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Merkel avanza "consecuencias" para los refugiados tras las agresiones sexuales
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"no son casos esporádicos"

Merkel avanza "consecuencias" para los refugiados tras las agresiones sexuales

Las agresiones sexuales cometidas presuntamente por refugiados han desatado una espiral de indignación en Alemania que amenaza con traducirse en consecuencias legales, policiales y sociales

Foto: Ciudadanos alemanes caminan ante la principal estación de tren de Colonia, el 5 de enero de 2016 (Reuters).
Ciudadanos alemanes caminan ante la principal estación de tren de Colonia, el 5 de enero de 2016 (Reuters).

Las múltiples agresiones sexuales cometidas presuntamente por refugiados en Colonia en Nochevieja han desatado una espiral de indignación en Alemania que amenaza con traducirse en consecuencias legales, policiales y sociales. Angela Merkel no pretende cerrar fronteras, pero sí contempla expulsiones para delincuentes.El Gobierno alemán trata de reaccionar con firmeza ante las críticas de la oposición y de los movimientos populistas de la ultraderecha emergente, mientras los colectivos musulmanes acusan a la sociedad, los medios y la política de basarse en prejuicios y ponerles, por su religión, bajo sospecha general.La polarización es cada vez más patente podría dar al traste con el mayor desafío que suponen los peticionarios de asilo: su integración.

La canciller alemana aseguró ayer que va a dar una "respuesta adecuada" y contundente a unos sucesos que tachó de "totalmente inaceptables" y que, además, "no son casos esporádicos". En primer lugar, Merkel avanzó que su Ejecutivo está estudiando "cambios legales" para permitir, por ejemplo, la revocación del permiso de residencia de extranjeros e incluso su expulsión. Además, va a elevar la presencia policial en lugares sensibles o percibidos como de mayor riesgo.

Además, la canciller apostó por llegar a la raíz del problema, para identificar las causas profundas de los hechos ocurridos en la estación central de trenes de Colonia y sus alrededores, entre las 10 de la noche del 31 de diciembre y las 7 de la mañana del 1 de enero y por los que hasta el momento la policía ha recibido al menos 121 denuncias, de las que unas 90 dan cuenta de agresiones sexuales, 50 hablan de robos y dos, de violaciones. Los sospechosos, alrededor de un millar de hombres de aspecto "árabe o norteafricano" altamente alcoholizados, según la policía de Colonia, que actuaron con premeditación y total impunidad generando un caos difícil de encajar en un Estado de derecho.

Las fuerzas de seguridad -que están siendo fuertemente criticadas por su actuación durante y después de los hechos- no han podido por el momento detener a ningún sospechoso relacionado con los estos actos delictivos, pese a haber arrestado a una decena de personas en los últimos días en el curso de la investigación. Entre estos últimos, la mayoría serían sirios llegados recientemente al país, según un medio local. El único avance que ha trascendido hasta el momento de sus pesquisas es que, gracias a varias grabaciones, han reconocido a 16 personas involucradas en las agresiones sexuales, aunque se desconocen sus identidades.

placeholder Alemanas gritan durante una protesta 'contra el sexismo y el racismo' ante la estación de tren de Colonia (Reuters).
Alemanas gritan durante una protesta 'contra el sexismo y el racismo' ante la estación de tren de Colonia (Reuters).

"Nunca he vito a tantas mujeres chillar"

Varias víctimas han relatado a medios alemanes la inenarrable crudeza de lo sucedido. Sus testimonios hablan de decenas de grupos de entre cinco y veinte hombres, de entre 18 y 35 años y aspecto extranjero (árabes y norteafricanos, coinciden en apuntar la mayoría de declaraciones), que rodeaban a mujeres solas y abusaban de ellas para terminar robándoles el teléfono, la cartera o el bolso. Algunas refieren tocamientos brutales e insultos como "zorra" y "puta". A algunas de las agredidas llegaron a arrancarles la ropa interior. "Nunca he visto a tantas mujeres chillar", asegura una alemana de 31 años en las páginas del Süddeutsche Zeitung.

Además, está el protocolo escrito por la policía, filtrado al diario Bild. El relato del responsable del dispositivo de Nochevieja en Colonia habla de caos, violencia incontrolable, e impotencia y frustración por parte de los agentes. "Podría haber habido muertos", se reconoce en el texto, en el que se refiere el lanzamiento de cohetes y botellas a la policía, el importante grado de intoxicación por alcohol y otras drogas de la mayoría de los allí presentes, así como decenas de peleas. En el curso de la noche "aparecieron numerosas mujeres y jóvenes llorando ante los agentes para denunciar agresiones sexuales", subraya el texto.

El protocolo incide además en uno de los asuntos más espinosos de este escándalo. Muchos de los agresores eran o decían ser refugiados. Así, un joven, al tratar de ser identificado por la policía, rompió sonriendo su permiso temporal de residencia y les dijo a los agentes: "No podéis hacerme nada, mañana me hago uno nuevo". Otro les gritó: "Soy sirio, ¡tenéis que tratarme bien! Merkel me ha invitado", según este documento. No obstante, hasta el momento no ha podido confirmarse que efectivamente alguno de los agresores fuera peticionario de asilo.

El incidente ha sido el detonante de una nueva escalada en la polarización que sufre la sociedad alemana a raíz de la crisis de los refugiados. Con más de un millón de demandantes de asilo llegados al país en 2015, una cifra récord confirmada esta semana por el ministro de Interior, Thomas de Maizière, Alemania está profundamente dividida. Unos, con Merkel, consideran que su país debe cumplir con sus responsabilidades y acoger a quienes precisan protección. Otros critican amargamente la política de puertas abiertas de la canciller por motivos económicos, políticos y de índole cultural.

placeholder Un cartel alertando contra los carteristas delante de la Estación Central de Colonia, escenario de muchas de estas agresiones (Reuters)
Un cartel alertando contra los carteristas delante de la Estación Central de Colonia, escenario de muchas de estas agresiones (Reuters)

La ultraderecha busca rédito político

La ultraderecha, en una fase claramente ascendente en los últimos meses, está tratando de sacar rédito político del escándalo. "La inmigración sin control representa un gran peligro para la paz social", aseguró ayer Alice Weidel, miembro de la dirección federal de la ultraconservadora Alternativa para Alemania (AfD). Para su formación, es un hecho que Merkel ha alentado a los traficantes de personas y eliminado de forma "infantil" los controles fronterizos permitiendo este "amenazante fenómeno". "El Estado ha capitulado ante esta forma de violencia en Colonia y otras ciudades", concluyó. Además, el movimiento xenófobo Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) ya ha anunciado una manifestación frente a la estación central de Colonia para este sábado.

Por su parte, la comisionada del Gobierno alemán para los Refugiados, la socialdemócrata Aydan Özoguz, se mostró "alarmada" por la reacción de la extrema derecha, que a su juicio ha aprovechado lo sucedido para manipular y extender el odio contra los refugiados. "Los delincuentes deben ser arrestados y castigados: hasta la expulsión si fueran refugiados", asegura tras alertar sobre el riesgo de poner a todos peticionarios de asilo "bajo sospecha general".

Aiman Mazyek, presidente del Consejo Central de los Musulmanes en Alemania (ZMD), fue aún más allá. Tras exigir que "todo el peso de la ley" caiga sobre quienes cometieron los delitos de la Nochevieja de Colonia, lamentó que gran parte de la clase política y los medios de comunicación en el país se estén dejando llevar por los "prejuicios". En este sentido, argumentó que apenas se está abordando en clave religiosa los centenares de ataques contra centros de refugiados que se produjeron el año pasado en Alemania. Según la Oficina Federal para la Investigación Criminal (BKA) hasta principios de diciembre se produjeron 817 delitos contra centros para peticionarios de asilo, frente a los 170 de todo 2014.

Los analistas coinciden en que la fractura de la sociedad alemana en este asunto va a agravarse de forma notable si se confirma que alguno de los agresores de Colonia es un refugiado. Y todos destacan que la unidad sería esencial para lograr que la ingente e inédita tarea de tratar de integrar a la masiva oleada de refugiados que está recibiendo el país sea un éxito en términos económicos y sociales. En peligro no está sólo Merkel y su legado, su visión y su apuesta en esta crisis, sino el modelo de convivencia del mayor país de la Unión Europea.

Las múltiples agresiones sexuales cometidas presuntamente por refugiados en Colonia en Nochevieja han desatado una espiral de indignación en Alemania que amenaza con traducirse en consecuencias legales, policiales y sociales. Angela Merkel no pretende cerrar fronteras, pero sí contempla expulsiones para delincuentes.El Gobierno alemán trata de reaccionar con firmeza ante las críticas de la oposición y de los movimientos populistas de la ultraderecha emergente, mientras los colectivos musulmanes acusan a la sociedad, los medios y la política de basarse en prejuicios y ponerles, por su religión, bajo sospecha general.La polarización es cada vez más patente podría dar al traste con el mayor desafío que suponen los peticionarios de asilo: su integración.

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