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Portazo de la UE al proyecto de Cameron: las cifras del 'premier' no cuadran
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"NO PUEDE HABER DISCRIMINACIÓN EN LA UNIÓN"

Portazo de la UE al proyecto de Cameron: las cifras del 'premier' no cuadran

Londres choca contra un muro en Bruselas. Ni en la carta introductoria del 29 de noviembre ni ayer ha explicado el impacto que suponen para las arcas británicas los supuestos abusos de los inmigrantes

Foto: Cameron, Merkel, Rajoy, Tusk y Borisov durante la cumbre celebrada en Bruselas, Bélgica, el 17 de diciembre de 2015 (Reuters).
Cameron, Merkel, Rajoy, Tusk y Borisov durante la cumbre celebrada en Bruselas, Bélgica, el 17 de diciembre de 2015 (Reuters).

Londres choca contra un muro en Bruselas si pretende hacer distinciones entre ciudadanos. Ayer jueves, en la cena que los líderes europeos mantuvieron para hablar sobre el referéndum en Reino Unido de permanencia en la UE, el enfrentamiento fue claro, aunque no abierto. Y las partes llamaron a la calma para encontrar, como dijo el presidente Mariano Rajoy, “soluciones imaginativas”.

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Las propuestas que planteó el 'premier' británico David Cameron contienen una bomba de relojería para el libre tránsito por la Unión Europea y el bienestar de los ciudadanos europeos en Reino Unido. Deberían contribuir cuatro años al Tesoro británico antes de beneficiarse del Estado del bienestar. Pero la no discriminación y la libre circulación son dos líneas rojas que nadie va a cruzar en la UE.

Ideas “inaceptables” en su mayor parte para Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, especialmente las que aparecen en el capítulo cuarto del documento explicado ayer por Cameron a sus colegas europeos. También se habló sobre la gobernanza económica, la competitividad o la soberanía pero el último punto, el de la inmigración, levanta ampollas entre el resto de socios europeos. 27 países enfrentados al Reino Unido.

La imposibilidad de llegar a un acuerdo provocó una patada hacia adelante del debate conocido como 'Brexit'. En febrero habrá una cumbre europea específica sobre el asunto y, para entonces, Cameron debe tener “un acuerdo mejor para el Reino Unido”. Un pacto que Tusk, muy duro al término de la reunión, insistió que no puede pasar por la discriminación entre europeos.

Cameron trata de ablandar a los socios

Con una hora de retraso empezó la cena de trabajo para debatir las propuestas con las que el 'premier' quiere reformar la UE y plantear en su país un referéndum de permanencia en el proyecto común. El británico se preparaba para “batallar por Reino Unido durante toda la noche” para conseguirlo. Y empezó fuerte su primer 'round' de la 'guerra'. Estuvo hablando durante 45 minutos a sus socios para explicarles que necesita un nuevo marco con el que contentar a sus votantes y dañar a los euroescépticos del UKIP, el Partido por la Independencia del Reino Unido.

Si el 'premier' sale derrotado en su negociación con el resto de países, el apoyo al proyecto comunitario caería diez puntos

El último sondeo realizado en las islas, para Open Europe por ComRes, destaca que buena parte del resultado del futuro referéndum pasa por el éxito de Cameron en Bruselas. Si se celebrase mañana, un 56% de los votantes británicos preferirían quedarse en la UE y solo un 35% optaría por irse. Sin embargo, si el 'premier' tory sale derrotado en su negociación con el resto de países, el apoyo al proyecto comunitario caería diez puntos. Que engrosarían los votos euroescépticos.

El nubarrón provocado en las regionales francesas por Marine Le Pen es demasiado grande como para no arrancar algo de los socios europeos. ¿Sería deseable un Reino Unido con los laboristas defenestrados y los 'tories' de Cameron acorralados por un partido populista? ¿Eso quiere la UE?, vino a decir el inglés.

"Lo que ha quedado claro es que sí necesitamos cambiar los tratados y creo que podría ser así. Estamos todos de acuerdo en que no puede hacerse ahora, sino que nos comprometeremos con los británicos a hacerlo en el futuro”, dijo Angela Merkel en rueda de prensa. De sus palabras tras la cena se extrae que Cameron sí ha abierto una puerta cerrada hace apenas unas semanas.

Sin embargo, la suculenta cena a base de pollo de corral prensado con setas y filete de ciervo en 'mousse' con pimienta no modificó las posiciones de la Comisión. “Que haya una solución satisfactoria para ambas partes en los cuatro apartados no significa que aceptemos las propuestas actuales”, advirtieron fuentes del equipo Juncker tras la cumbre de los líderes.

El largo camino hasta el referéndum

La consulta entre la población debe celebrarse a finales de 2017 como muy tarde, aunque los calendarios de la política británica podrían adelantarla al verano de 2016. Así que la fecha de febrero se antoja crucial, el definitivo 'round' entre británicos y europeos. “La verdad es que hay un trabajo complicado, no sólo sobre bienestar, también sobre todos los asuntos que planteamos, porque son sustanciales y suponen un cambio real”, explicó Cameron en una rueda de prensa no prevista. Tanto que hasta el escudo de la corona británica estuvo a punto de caerse, pegado al atril donde hablaba el dirigente.

Tal y como está planteado, el cuarto capítulo de las propuestas no tiene cabida en los Tratados de la UE, supone un recorte de la libertad de movimientos de los ciudadanos por el espacio comunitario. Sin embargo, en Downing Street parecen tenerlo claro al afirmar que “necesitamos ser capaces de ejercer mayores controles a las llegadas procedentes desde dentro de la UE”.

Lo que querían todos los países europeos antes de la cena de ayer era escuchar las ideas del británico, saber en qué términos lanzaría su referéndum. Aunque, como reconocía un alto funcionario europeo, el equipo de Tusk también tenía ganas de ver cómo respondían los líderes.

Las cifras de Cameron no cuadran

A Reino Unido también se le achaca que no presente cifras concretas sobre los motivos de sus demandas. Ni en la carta introductoria del 29 de noviembre ni ayer ha explicado el impacto económico que suponen para las arcas británicas los supuestos abusos de los inmigrantes. Según Cameron, “es más fácil para un ciudadano europeo llevar a su cónyuge no europeo a Reino Unido que para un británico... y hay que reducir el atractivo que nuestro sistema del bienestar puede ejercer a lo largo de Europa”.

Los números sí le cuadran al Gobierno inglés para destacar en la cuestión migratoria que, a diferencia de la mayoría de los socios europeos, su población está en expansión, que en las “próximas décadas alcanzarán los 70 millones de habitantes” y se convertirán en el país más poblado de la UE para 2050.

Sin embargo, la agencia de calificación FitchRatings ya ha avisado a la segunda gran economía europea y la quinta del mundo, como presumió Cameron en la cena, un voto negativo contra la UE en el referéndum tendría consecuencias a nivel crediticio al aumentar los riesgos para el crecimiento a medio plazo y las perspectivas de inversión. Una cara de la moneda que Cameron no ve y una baza que los socios europeos de momento prefieren no jugar para presionar al británico. Tiempo hay hasta febrero.

Londres choca contra un muro en Bruselas si pretende hacer distinciones entre ciudadanos. Ayer jueves, en la cena que los líderes europeos mantuvieron para hablar sobre el referéndum en Reino Unido de permanencia en la UE, el enfrentamiento fue claro, aunque no abierto. Y las partes llamaron a la calma para encontrar, como dijo el presidente Mariano Rajoy, “soluciones imaginativas”.

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