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Estos son los cuatro aspirantes a ser 'el Tsipras de la derecha'
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LA OPOSICIÓN GRIEGA NECESITA SU PROPIO 'CAMPEÓN'

Estos son los cuatro aspirantes a ser 'el Tsipras de la derecha'

De un joven representante de 'la casta' a un radical antiinmigración. La oposición busca un candidato con el carisma suficiente para vencer a Tsipras y la capacidad de transmitir una visión… de derechas

Foto: Simpatizantes reaccionan durante un mitin electoral de Alexis Tsipras en Atenas, el 18 de septiembre de 2015. (Reuters)
Simpatizantes reaccionan durante un mitin electoral de Alexis Tsipras en Atenas, el 18 de septiembre de 2015. (Reuters)

Para el principal partido de la oposición griega, encontrar a un contrincante de 'peso' para desbancar a Alexis Tsipras está resultando un verdadero parto. Nueva Democracia (ND) ha perdido tres elecciones en 2015 contra un líder proteico al que no saben cómo combatir: el primer ministro consiguió unir a la izquierda para derrotar a los conservadores cuando entonces lideraba Andonis Samarás; posteriormente, logró borrarla del mapa con un referendo en el que sumó casi el 70% de los votos; por último, fue capaz de traicionar y erradicar al ala izquierdista de un plumazo.

Votación tras votación, el secretario general de Syriza ha salido indemne de cualquier inconveniente mientras que ND no ha sabido capitalizar ninguno de los traspiés de Tsipras: ninguno de sus desencuentros con la troika o ninguna de sus rendiciones al memorándum. Por ello, los conservadores quieren descubrir cuál es el secreto de un líder como Alexis. Su propio ‘campeón’ con el carisma suficiente y la capacidad de transmitir una visión… de derechas. Y cuatro son los contendientes que han acudido a la llamada.

Mitsotakis: el joven representante de la 'casta'

Preguntando en Nueva Democracia, la respuesta es un rotundo 'no': no están buscando un Tsipras de derechas. Sin embargo, en algunos de los perfiles que se presentan en las primarias hay mucho de intento de imitación de lo que hace el jefe del Gobierno heleno. Syriza tiene seducidos a todos los sectores sociales: tanto al sector público como al privado, a los jóvenes y a los viejos. Y está claro que, sin atraer a ningún perfil de votante, no se puede ganar. Eso es lo que denuncia uno de los candidatos 'jóvenes' con nombre de rancio abolengo: Kyriakos Mitsotakis.

El llamado 'niño de oro' de la derecha es uno de los deseados por quienes quieren ver un partido ganador. Economista con estudios en Standford y Harvard, entrenado en el sector privado, hace un llamamiento a que los conservadores ‘vuelvan’ a hablar al sector joven de la sociedad, volcado hasta ahora por completo con Syriza. Es más, según Mitsotakis, "Nueva Democracia ha dejado de ser el partido del sector privado", su caladero de votos tradicional: "Nos hemos separado de ellos", se lamentaba no hace mucho.

Aunque Mitsotakis tiene un gran problema no buscado: su apellido. Mitsotakis, al mismo nivel que el de Papandreu o Karamanlis, representa lo más visible de 'la casta', del nepotismo que ha anquilosado la política griega durante generaciones en círculos de poder muy reducidos. Aunque él intente desmarcarse del fantasma de su padre -Constantinos, primer ministro entre 1990 y 1993-, está muy fresco en la memoria cómo en los años 2000 su apellido estuvo involucrado en el caso de corrupción de Siemens, uno de los más grandes de la democracia moderna griega y que sigue con algunos de los principales acusados en libertad. Con este bagaje, de poco sirve ser considerado el más 'liberal' o 'business friendly' de los candidatos, y más si llegas a la carrera sin ‘padrinos’ y con drama familiar incluido. Su hermana, Dora Bakoyianni, considerada uno de los barones del partido, no le apoya; parece más inclinada a estar en las filas de su rival y reciente candidato en las elecciones de septiembre: Evángelos Meimarakis. Ninguno de los grandes nombres del partido se ha pronunciado a su favor.

Meimarakis: el 'chulapo' ateniense

El viento sopla a favor para Meimarakis, que parte con el poso del líder -además de su experiencia como ministro, no en vano es 15 años mayor que Mitsotakis- que mantuvo unido al partido tras la renuncia de Samarás en esos primeros tiempos tormentosos. Aunque muchos le acusan de la derrota por haber sido demasiado 'blando' y 'centrista', tiene fama de 'hombre del pueblo' en sus maneras y en su discurso, con un ligero acento equivalente al de un 'chulapo' ateniense. Ha atraído a la corriente 'liberal' de Nueva Democracia como un mal menor frente al ala dura; aunque juega en su contra el tener una reciente experiencia de perdedor.

Hace poco, un evento ha ido a golpear su línea de flotación: el ridículo de la organización de las propias elecciones a la presidencia de la formación, que deberían haberse celebrado el 22 de noviembre. Un fallo informático masivo el día anterior impidió a los militantes ir a las urnas: fiasco descomunal y burlas sobre el partido, visto como incapaz siquiera de elegir a su propio líder. Como presidente interino, Meimarakis ha dimitido para "no ensuciar el proceso", y ha dejado el cargo al secretario del grupo parlamentario, Yiannis Plakiotakis. A pesar de que ningún candidato ha hecho demasiada sangre del asunto -al fin y al cabo, perjudica a toda ND-, la imagen de Meimarakis ha quedado tocada.

Georgiadis: un Donald Trump griego

Adonis Georgiadis no habla: grita. En Grecia, hay una gran probabilidad de que al encender la televisión uno se lo encuentre en alguna tertulia política ensañándose con algún adversario que aguanta el chaparrón estoicamente o intenta, en vano, gritar más. Es racista, machista y proviene de la extrema derecha. Aunque tiene un don de de la ubicuidad solo comparable al de algunos tertulianos patrios: es capaz de aparecer en dos o tres programas de tertulia diarios.

Georgiadis es una de las figuras que ascendieron en ND al calor de Samarás, cuando este pretendió integrar a lo más 'potable' del partido ultra LAOS. Se dice que Makis Voridis, más inteligente y astuto y también procedente de LAOS, utiliza a Georgiadis para medir sus apoyos dentro del partido conservador de cara a una posible candidatura suya en el futuro. Pero a este exvendedor de teletienda y exministro de SAnidad no le pillarán tratando de moderar el discurso: es un radical derechista antiinmigración incapaz de ganar unas elecciones generales. Para ND, Georgiadis ha sido hasta ahora un arma bastante ruidosa para atraer votos de Amanecer Dorado, una estrategia que no ha dado resultado en gran medida, pero que ha contribuido a que el partido se escore a la derecha.

Tzitzikosta: el 'trilero' del norte

Gran 'tapado' de las elecciones y el primero en ser calificado de 'Tsipras de derechas': joven, bien educado, carismático y con cierto aire de 'outsider'. Es el gobernador de la región de Macedonia central -donde está la segunda ciudad del país, Salónica- con un apoyo descomunal del electorado del norte, muy escorado a la derecha. Llegó a ganar unas elecciones contra un candidato de Nueva Democracia presentándose como independiente. Una de sus fortalezas es el gran ascendiente que tiene sobre los militantes y simpatizantes de esa región de Grecia, bastión de ND. Aunque al principio parecía el candidato con más opciones, estas se han ido reduciendo conforme Apostolos Tzitzikostas lanzaba una serie de 'ataques' nada deportivos en contra de Meimarakis en forma de 'spots' publicitarios y se confirmaba su imagen negativa de 'ganador a toda costa'.

Su lado populista, quizá demasiado exagerado, le ha hecho caer en contradicciones, y muchos le acusan de decir cualquier cosa con tal de ser elegido. Tiene el gran apoyo del que hasta hace poco era secretario general del partido, Andreas Papamikos (que cesó por el fiasco de las primarias hace unos días), aunque se enfrenta a una incompatibilidad que puede desanimar a muchos votantes potenciales: con su cargo de presidente regional no podría ser elegido diputado hasta 2019, lo que le dejaría -en caso de ser elegido líder- más de tres años sin pisar la Cámara y sin presentar la alternativa a Tsipras.

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El desenlace

A falta de una oposición articulada (To Potami es incapaz de llegar a un electorado mayoritario, Pasok está en la UCI y Amanecer Dorado, formado por dementes), Syriza se ha convertido en una fuerza hegemónica en el discurso, capaz de apoyar una huelga general -la última- contra el Gobierno sin que chirríe. El papel de oposición política lo ejerce... la troika. Nueva Democracia, llamado a ser el principal partido de la oposición, se muestra también incapaz. El tradicional polo conservador buscará, el 13 o 20 de diciembre, su respuesta a Tsipras. Quizá con su Tsipras de derechas.

Para el principal partido de la oposición griega, encontrar a un contrincante de 'peso' para desbancar a Alexis Tsipras está resultando un verdadero parto. Nueva Democracia (ND) ha perdido tres elecciones en 2015 contra un líder proteico al que no saben cómo combatir: el primer ministro consiguió unir a la izquierda para derrotar a los conservadores cuando entonces lideraba Andonis Samarás; posteriormente, logró borrarla del mapa con un referendo en el que sumó casi el 70% de los votos; por último, fue capaz de traicionar y erradicar al ala izquierdista de un plumazo.

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