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Erdogan recupera la mayoría absoluta con su estrategia de forzar otras elecciones
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la oposición del hpd se hunde

Erdogan recupera la mayoría absoluta con su estrategia de forzar otras elecciones

El AKP apuntaba a una supermayoría, lo que permitiría una nueva Constitución que refuerce los poderes presidenciales, completando, según los críticos, la transición hacia un régimen dictatorial

Foto: Simpatizantes del AKP ondean banderas turcas en la sede del partido en Estambul, el 1 de noviembre de 2016 (Reuters).
Simpatizantes del AKP ondean banderas turcas en la sede del partido en Estambul, el 1 de noviembre de 2016 (Reuters).

A media tarde de este domingo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan no ocultaba su satisfacción: con el 85%de los votos escrutados, estaba claro que su Partido Justicia y Desarrollo (AKP) recuperaba la mayoría absoluta, y que el opositor Partido Popular Democrático (HDP) iba a tener problemas para acceder al Parlamento. De ser así, el AKP obtendría una supermayoría, lo que le permitiría redactar una nueva Constitución en la que se reforzasen los poderes presidenciales, completando así, según los críticos, la transición hacia un régimen dictatorial. En aquel momento, los resultados le otorgaban nada menos que 370 diputados, así que el mandatario turco no dudó en compartir una foto en su cuenta de Twitter en la que se le veía sonriendo de oreja a oreja.

Pres Erdogan shares his real-time photo after election results: pic.twitter.com/pmgbU1saib

Al final, el resultado ha sido algo diferente. Con el 99,2 % escrutado, el HDP supera la barrera electoral del 10%y permanece en el hemiciclo, y el AKP se queda con 316 diputados, superando holgadamente los 276 necesarios para obtener la mayoría absoluta. No solo recupera los 53 diputados que perdió en las elecciones del pasado junio, sino que obtiene cuatro más. La estrategia de forzar la repetición de los comicios, clamando mientras tanto contra los males del caos y el desgobierno, parece haber funcionado para el partido de Erdogan, arrastrando casi tres millones y medio de votos más que el pasado 7 de junio.

Un resultado espectacular que ha desatado las sospechas de posible fraude, alimentadas por sucesos como el apagado del sistema de recuento de votos ‘online’ por parte de la Alta Comisión Electoral (YSK), que legalmente debe estar activo durante tres días tras las elecciones, o las acusaciones sobre la desaparición de más de 672.000 nombres de las listas de votantes del pasado 1 de junio, denunciada por Erdal Aksünger, asesor del opositor Partido Republicano Popular (CHP). Además, despiertan suspicacias los espectaculares resultados obtenidos por el AKP en ciudades como Bingöl o Hatay, tradicionalmente dominadas por partidos opositores. Por ahora, sin embargo, estos parecen estar aceptando la derrota y no se han producido grandes muestras de desacuerdo.

Al AKP le ha beneficiado la altísima participación (un 86 por ciento), y aparentemente incluso los propios miembros centrales del partido están sorprendidos por este éxito. La explicación más plausible es que, ante la escalada del conflicto kurdo, los votantes hayan decidido castigar a los nacionalistas tanto kurdos como turcos (los miembros del Partido de Acción Nacional, que habría perdido casi la mitad de sus diputados), optando por la opción considerada más estable, la que representaría el partido hasta ahora gobernante. La economía, muy castigada por la inestabilidad de los últimos meses, también habría jugado un papel importante.

El propio Erdogan tuvo una participación estelar cuando un grupo de reporteros trató de leerle una carta enviada por los editores de varias organizaciones internacionales de prensa, en la que protestaban contra el deterioro de la libertad de prensa en el país. “¿Qué os importa? Ocupaos de las elecciones en vuestros propios países”, les espetó el presidente turco. “Leéis declaraciones hechas por algunas organizaciones internacionales de prensa contra mí y cierto partido [el AKP] siguiendo órdenes de una mente suprema. Bastante significativo”, afirmó Erdogan, que arremetió también contra un artículo del semanario ‘The Economist’ en el que se pedía a los turcos que no reforzasen los poderes del presidente con su voto. “Usando mi nombre, y el nombre de cierto partido, y diciendo ‘no voten por ellos’, eso está muy feo. Nada que ver con la ética política”, declaró.

El CHP ha ganado medio millón de votos adicionales, lo que le ha proporcionado tres diputados más que en los comicios anteriores. El HDP pierde 21 escaños, pero todavía puede congratularse de haber conseguido mantener una representación parlamentaria significativa, con 59 escaños. El gran perjudicado es el ultranacionalista MHP, que ha visto desvanecerse el apoyo de un cuarto de sus votantes y pierde 39 diputados, pasando a ser la cuarta fuerza del país.

Al conocerse los resultados, el Primer Ministro Ahmet Davutoglu ha tuiteado un significativo "Elhamdülillah" ("Gracias a Dios"). "Esta victoria no es nuestra, es la victoria de la nación", ha declarado desde su ciudad natal de Konya, una de las más conservadoras del país. "Que Dios os bendiga por abrazarnos en los peores tiempos para nosotros", ha dicho.

"Fue Erdogan quien presionó a favor de la estrategia de darle al AKP una segunda oportunidad de recuperar la mayoría a través de unas nuevas elecciones, y fue Davutoglu quien implementó dicha estrategia. Parece que los votantes del AKP entendieron el mensaje y decidieron darles esa segunda oportunidad", escribe el comentarista Murat Yetkin, del diario "Radikal". "Ahora Davutoglu ha consolidado un cómodo gobierno unipartidista, pero también su propia carrera política; ha mostrado que las bases del partido le han dado luz verde a su estilo de liderazgo, en estrecha coordinación con Erdogan", indica.

A media tarde de este domingo, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan no ocultaba su satisfacción: con el 85%de los votos escrutados, estaba claro que su Partido Justicia y Desarrollo (AKP) recuperaba la mayoría absoluta, y que el opositor Partido Popular Democrático (HDP) iba a tener problemas para acceder al Parlamento. De ser así, el AKP obtendría una supermayoría, lo que le permitiría redactar una nueva Constitución en la que se reforzasen los poderes presidenciales, completando así, según los críticos, la transición hacia un régimen dictatorial. En aquel momento, los resultados le otorgaban nada menos que 370 diputados, así que el mandatario turco no dudó en compartir una foto en su cuenta de Twitter en la que se le veía sonriendo de oreja a oreja.

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