La contraofensiva que preparan los aliados de Asad
Tropas iraníes se aprestan a apoyar los bombardeos rusos en una gran operación terrestre. Apuntalar las zonas bajo control del régimen podría desembocar en la partición de Siria
Cazabombarderos rusos, tropas iraníes, milicianos chiíes iraquíes, miembros de las fuerzas especiales de Hizbulá… “El ejército sirio y sus aliados regionales están preparando una gran ofensiva terrestre en el noreste, mientras que los rusos proporcionarán apoyo aéreo”, asegura el general Nizar Abdelkader. Según este militar libanés retirado, la campaña de bombardeos rusos sobre Siria ha coincidido con la llegada de cientos de soldados iraníes al territorio en la última semana, una información que también confirmó hace pocos días la agencia Reuters.
La intervención de Rusia y de Irán en apoyo del régimen sirio llega en un momento en el que la suerte del conflicto se había vuelto contra el Gobierno de Asad. “Los bombardeos rusos son un elemento de cambio, dirigido a revertir las ganancias de los insurgentes”, señala el analista militar.
No obstante, según este experto, casi la mitad del país está en manos del Estado Islámico, mientras que el resto de la oposición controla entre el 10 y el 15% del territorio de Siria. En estas circunstancias, “la asistencia a Damasco también se enmarca dentro de la lucha contra los yihadistas, que son la verdadera amenaza”, subraya el general Abdelkadera El Confidencial.
Moscú y Washington aseguran tener el mismo enemigo: el Estado Islámico. Sin embargo, todo apunta a que Rusia está utilizando la campaña de bombardeos como pretexto para atacar a grupos salafistas apoyados por Washington y sus aliados, como una forma de proteger al Gobierno de Damasco. Los ataques rusos han tenido como principal objetivo posiciones de grupos islamistas rebeldes en Hama, Homs e Idlib, en lugar de instalaciones militares del ISIS.
“Aquí no se trata de Asad, sino del apoyo ruso al Estado de Siria, cuyo Gobierno legítimo se sienta en Damasco”, matiza Abdelkader. “La repentina decisión de Rusia de unirse a la guerra, así como el aumento de la participación militar de Irán, podría marcar un punto de inflexión en un conflicto en el que están implicadas la mayoría de las potencias militares del mundo”, advierte.
Competición entre superpotencias
Así, Moscú ha emergido como líder de una alianza regional a favor del régimen sirio. La otra coalición, dirigida por EEUUcon el apoyo de los países del Golfo, Arabia Saudí, Qatar y Turquía, combate contra los yihadistas, pero también apoya con armas y entrenamiento a grupos rebeldes suníes sirios que luchan contra el régimen de Damasco.
“Rusia y Estados Unidos están compitiendo entre sí para mostrar cuálde las dos superpotencias tiene un rol más importante en la región”, declara a El Confidencial, Bassam Lahoud, analista político de la Universidad Libanesa Americana (LAU).
El hecho de que el régimen sirio pueda recuperarse militarmente supone una amenaza para el otro bando regional que apoya a los rebeldes suníes. Alertados por el resurgimiento de los chiíes, con el apoyo de Rusia, los clérigos wahabíes (una de las corrientes más radicales del Islam suní) han llamado a los musulmanes del mundo a prestar ayuda financiera, militar y política a los rebeldes suníes de Siria en su lucha contra la intervención militar rusa en el país, que califican de "guerra contra los suníes".
"Los muyahidín [guerreros santos musulmanes] del Levante [Siria] defienden a toda la nación [islámica], y si son derrotados, llegará el turno al resto de los países suníes, uno tras otro", advierte en un comunicado un grupo de ulemas de Arabia Saudí, acérrimo enemigo de Irán y Asad.
Hacia la partición de Siria
“El acuerdo al que podrían llegar Obama y Putin sería el de coordinar la división del país”, asevera Lahoud. “La partición confesional de Siria es ya un hecho. Este plan, diseñado en 1973 por [el estadista estadounidense] Henry Kissinger, planteaba una nueva división por sectas de Oriente Medio. En el caso de Siria, estaría dividido en tres regiones: una alauí, una suní y otrakurda”, explica con detalle elanalista de la Universidad Libanesa Americana (LAU).
Precisamente, la estrategia militar del régimen sirio pasa por afianzar el corredor hacia el Mediterráneo, desde Damasco, pasando por Hama y Homs, hasta llegar a los bastiones costeros de Tartús y Latakia. Y más que la supervivencia del presidente Bashar Al Asad, el principal interés de Moscú es mantener su base naval en Tartus. “Rusia tiene interés en el mar Mediterráneo, y Siria es su último bastión allí. Está luchando contra el ISIS, pero al mismo tiempo protege al régimen de Asad para mantener su influencia militar en la zona. El día que Asad no se ajuste a sus planes, va a dejar de protegerlo. En política no existe la amistad, solo el interés”, puntualiza el analista libanés.
El Estado Islámico ha sido “un factor posterior”. La guerra civil siria (alimentada desde el exterior, según este analista)“ha partido de facto el país en estas tres regiones”, insiste Lahoud. “Los yihadistas desde luego han ayudado a acelerar la desintegración de Siria”, agrega.
De acuerdo con Lahoud, el régimen alauí ha logrado mantener desde el principio del conflicto sus posiciones estratégicas, apuntalando un territorio que definirá el nuevo mapa de Siria. Un Estado alauí independiente, cuyas fronteras abarcarían desde la costa noroeste del país hasta la ciudad de Homs. Los cantones históricos kurdos, que ya están prácticamente en manos de las milicias kurdas, se mantendrían. El otro problema será cómo dividir el resto de Siria, fraccionada entre los diferentes ejércitos rebeldes suníes, que luchan entre ellos y contra el Estado Islámico.
Cazabombarderos rusos, tropas iraníes, milicianos chiíes iraquíes, miembros de las fuerzas especiales de Hizbulá… “El ejército sirio y sus aliados regionales están preparando una gran ofensiva terrestre en el noreste, mientras que los rusos proporcionarán apoyo aéreo”, asegura el general Nizar Abdelkader. Según este militar libanés retirado, la campaña de bombardeos rusos sobre Siria ha coincidido con la llegada de cientos de soldados iraníes al territorio en la última semana, una información que también confirmó hace pocos días la agencia Reuters.
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