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¿Cuánto cuesta políticamente un zorro?
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los nacionalistas escoceses vencen a CAMERON

¿Cuánto cuesta políticamente un zorro?

Gran derrota del 'premier' en Westminster por la presión de los nacionalistas escoceses por la ley de caza del zorro. El mensaje es claro: o logran más competencias o harán la vida imposible a Cameron

Foto: Miembros del club de caza Old Surrey Burstow se preparan para una jornada en Chiddingstone, sureste de Inglaterra. (Reuters)
Miembros del club de caza Old Surrey Burstow se preparan para una jornada en Chiddingstone, sureste de Inglaterra. (Reuters)

David Cameron se ha convertido en el cazador cazado. Y han sido los nacionalistas escoceses los que han hecho del premier una presa fácil. Los de Nicola Sturgeon apenas han tardado dos meses en atestar la primera cornada al Gobierno tory, obligándole a aparcar una ley queni siquierase iba a aplicar al norte de la frontera.

La caza del zorro ha regresado a Westminster once años después de ser prohibida por el Ejecutivo de Tony Blair. Entonces, la normativa supuso un enfrentamiento entre diputados y lores nunca vista desde 1949. Pero ahora las consecuencias políticas son, si cabe, mucho más interesantes. Los conservadores han dejado al descubierto la fragilidad de su mayoría parlamentaria. Los nacionalistas han demostrado que están dispuestos a bloquear asuntos que solo atañen a Inglaterra y Gales hasta que Edimburgo tenga los poderes suficientes equiparables a una independencia. Y por su parte, los liberal-demócratas, la otrora tercera fuerza política, han perdido la oportunidad de volver a primera escena.

La caza del zorro siempre ha supuesto un asunto de extrema importancia (y polémica) en el Reino Unido. No en vano, sus señorías reciben por parte de los ciudadanos más cartas sobre este tema que de cualquier otro. En cuestiones puramente técnicas, el Gobierno de Cameron quería suavizar la ley de 2004, para permitir a los cazadores rastrear a los zorros utilizando una jauría de perros. Actualmente, en Inglaterra y Gales solo se pueden utilizar dos para acorralar al animal antes de matarle con escopeta.

En Escocia, sí es legal cazar con manadas caninas. Sin embargo, los 56 diputados del SNP anunciaron esta semana su intención de oponerse a cualquier cambio y el primer ministro finalmente se ha visto obligado a retrasar la votación, protagonizando así su primera gran derrota tras las elecciones generales de mayo.

Sturgeon ha explicado que el Parlamento escocés se encuentra actualmente revisando la normativa al norte de la frontera. Pero Angus Robertson, líder del SNP en Westminster, ha sido más explícito en los pasillos de la Cámara. Reconoció que todo forma parte de una venganza ante la negativa del Número 10 de delegar mayores poderes a Holyrood. También adelantó que los nacionalistas van a hacer todo lo que esté en sus manos para que Cameron no pueda poner en práctica su plan con el fin de que los diputados de las circunscripciones inglesas puedan votar sobre los asuntos que afecten solamente a Inglaterra. Y aquí está la clave.

Los independentistas –que antes de los últimos comicios sólo tenían seis escaños–siempre se habían abstenido sobre asuntos que no implicaban a Escocia. Sin embargo, ahora consideran que la propuesta tory de “votos ingleses para leyes inglesas” convertiría su representación en la Cámara de los Comunes en “segunda categoría”. Y no van a tener reparos en cambiar de estrategia hasta que consigan su gran objetivo, que no es otro que repatriar más poderes a Edimburgo.

Después de humillar a Cameron con la caza del zorro, los de Sturgeon están ahora considerando pronunciarse sobre la ley de eutanasia para Inglaterra –que se debatirá el próximo mes de septiembre–e incluso no descartan votar sobre leyes de educación o sanidad, materias que ya están totalmente transferidas a Holyrood. El mensaje no puede ser más claro: o consiguen más competencias o van a hacer la vida imposible al premier.

Blair: "Prohibirla fue un error fatal"

Por su parte, los liberal-demócratastambién se han visto afectados después de que el proyecto de ley sobre la caza del zorro se haya visto aparcado. La formación, que ha elegido a Tim Farron como nuevo líder después de la dimisión de Nick Clegg tras la derrota en las urnas, siempre se había mostrado contraria a esta práctica. Sin embargo, Roger Williams, diputado por el distrito de Brecon & Radnorshire desde 2001 hasta que en mayo se lo arrebató Chris Davies, tory exmaestro de caza, advirtió que el partido podría perder el voto clave de las zonas rurales "por una generación entera y tal vez para siempre" si se opone a las reformas.

En sus memorias, Blair calificó de "error fatal" la decisión de prohibir la caza del zorro con jaurías. El ex premier admitió que se dejó manipular por un prejuicio urbano contra los hombres del campo. “Luego me di cuenta de que esto no era un grupito de innatos tíos raros que disfrutan de la crueldad, sino que es una tradición, profundamente arraigada por la historia, con profundos vínculos comunales y sociales, que eran parte integral de un modo de vida”, especifica.

"Amenaza a la vida rural" o "guerra de clases"

En 1998, alrededor de 250.000 personas participaron en una manifestación que llegó hasta el Big Ben para protestar contra lo que consideraban “la amenaza a la vida rural”. Aseguraban que no había pruebas de que los zorros sufrieran más que con otras formas de control de plagas y denunciaban que el Gobierno laborista estaba utilizando el cebo para “librar una guerra de clases”.

En España, la Fiesta que atrapó a Hemingway cada vez ocupa más protagonismo en el debate político. Por lo tanto, en caso de que, en un futuro, se planteara una normativa que la modificara, la polémica fácil de imaginar nada tendría que envidiar a la que se vivió en Westminster en 2004.

La Cámara de los Comunes, entonces con mayoría de los de Blair, tuvo que aplicar la llamada Parliament Act para que la tradición centenaria se convirtiera en una práctica ilegal. La Parliament Act, que permite a los diputados imponer su opinión a la Cámara de los Lores si ésta bloquea sistemáticamente una iniciativa, solo se había utilizado previamente cinco veces desde 1911.

En la última década, sin embargo, el número de miembros de asociaciones de caza ha aumentado en cerca de 45.000, según la organización nacional Alianza del Campo. Por su parte, la Asociación de Cazadores de Zorro asegura que hay reconocidas 186 cacerías en todo el país. Se calcula que en días señalados como el Boxing Day (26 de diciembre) cientos de miles de personas participan en estos eventos.

Por su parte, quienes se oponen a la caza de animales –como Liga Contra Deportes Crueles–aseguran que aún hay muchos zorros que están siendo asesinados por los perros. Por eso, piden que la ley añada penas de prisión de hasta seis meses a las sanciones económicas actuales de 5.000 libras (7.000 euros) que tienen que pagar aquellos que no matan al zorro con escopeta y permiten que sean los perros los que acaben con la presa.

El número de zorros en las zonas rurales ha crecido considerablemente. En las ciudades, se estima que hay alrededor de 33.000. En el mismo Londres, es fácil encontrarse con ellos e incluso algún ejemplar ha paseado en más de una ocasión a sus anchas por la puerta de Downing Street. Los granjeros piden mantenerlos bajo control para mitigar las pérdidas de los corderos, cuyo precio en el mercado es de 60 libras (86 euros).

En noviembre de 2013, una encuesta encargada por la Liga Contra Deportes Crueles y realizadapor Ipsos MORI sugirió que el 80% de la población considera que la caza del zorro no debe legalizarse de nuevo. La Alianza del Campo cuestiona estas cifras.

David Cameron se ha convertido en el cazador cazado. Y han sido los nacionalistas escoceses los que han hecho del premier una presa fácil. Los de Nicola Sturgeon apenas han tardado dos meses en atestar la primera cornada al Gobierno tory, obligándole a aparcar una ley queni siquierase iba a aplicar al norte de la frontera.

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