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Los griegos regalan miel a los europeos para endulzar cuatro días de negociaciones
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EL EUROGRUPO TERMINA SIN ACUERDO

Los griegos regalan miel a los europeos para endulzar cuatro días de negociaciones

Nadie sabe cuándo terminará el interminable maratón entre Grecia y sus acreedores. El miércoles los encuentros duraron casi 12 horas. Hoy jueves, han empezado a las seis de la mañana

Foto: Moscovici habla con la directora del FMI, Lagarde, antes de la llegada del primer ministro griego a una de las reuniones en Bruselas (Reuters).
Moscovici habla con la directora del FMI, Lagarde, antes de la llegada del primer ministro griego a una de las reuniones en Bruselas (Reuters).

Nadie sabe en Bruselas cuándo terminará el interminable maratón entre Grecia y sus acreedores, la antigua troika. El miércoles los encuentros duraron casi 12 horas, hasta la madrugada. Este jueves, empezaron a las seis de la mañana, sin que ninguno de los bandos emitiera una sola palabra a la entrada del segundo round. El Eurogrupo terminó sin acuerdo y se volverá a reunir el sábado.

Pocas horas de sueño frente a las incontables horas de vigilia en la calle de los medios que esperaban una declaración o avance concreto. Los titulares de finanzas del Eurogrupo han sido desplazados por los principales dirigentes de la tragedia. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, en un lado; Jean Claude Juncker de la Comisión, Mario Draghi del BCE, Christine Lagarde del FMI y Jeroen Dijsselbloem, como representante de los países del euro, en el otro.

Solo el holandés habló en las últimas horas y para decir que “desafortunadamente no tenemos un acuerdo pero estamos determinados para continuar el trabajo”. Habrá nuevo Eurogrupo esta tarde, empezará después el Consejo de líderes europeos hasta el viernes y puede celebrarse una nueva Cumbre Extraordinaria de los países del euro el viernes tras la comida. Y nadie descarta otro Eurogrupo -sería el cuarto en una semana- para el fin de semana.

Entradas aceleradas y líderes que no saludan

Un nuevo asalto de las interminable negociaciones se libró este jueves en Bruselas. Los dirigentes de los acreedores internacionales de Grecia, -socios europeos, BCE y FMI- se reunieron con el primer ministro heleno, un encuentro que otra vez terminó sin acuerdo. De nuevo, hubo entradas aceleradas de los coches al parking de la Comisión Europea. Los relevos de los guardias de seguridad se suceden. Las instituciones consensuaron una serie de documentosque incorporan algunos aspectos de las propuestas griegas, pero que “no han sido aceptados” por Atenas, según fuentes del Ejecutivo comunitario.

El primer round negociador terminó a la una de la madrugada del miércoles, con los dirigentes abandonando el edificio dentro de sus vehículos oficiales. Solo el primer ministro heleno levantó la mano a modo de saludo desde el asiento trasero de su coche, el primero de una comitiva formada por cuatro vehículos, dos de ellos furgonetas, que abandonó la sede de la Comisión iluminando la noche.

Thomas Wieser, el llamado “fontanero del Eurogrupo”, la persona que gestiona los tiempos y trabajo previos a las reuniones de los ministros de Finanzas, dio una prueba de audacia: abandonó a pie las reuniones. Lidió con su ironía tradicional las insistentes preguntas de los periodistas, que lo seguían con micro y libreta en mano aunque sin hacer corrillo, conscientes de que era la una de la madrugada. “Nos reuniremos media hora después de levantarnos”, dijo el alemán mientras sus pasos se perdían en la noche.

Los líderes políticos discuten sin descanso en encuentros bilaterales o a varias bandas. Y solo interrumpen su trabajo para acudir a sus hoteles a descansar, hacer un aparte con asesores o mantener conversaciones telefónicas. No hay tiempo casi para comer, apenas un ritual de almuerzos de trabajo con café y pequeña repostería mientras se sigue discutiendo.

Y Juncker repartió besos

Pensemos en las primeras 24 horas de este último combate griego. Tsipras entró el mediodía del miércoles en la sede de la Comisión, el edificio Berlaymont, una torre verde acristalada de 14 plantas en forma de cruz desigual en sus lados. En el piso número 13, el último con oficinas, se reunió con Juncker y representantes de la Comisión, Mario Draghi, Jeroen Dijsselbloem y Christine Lagarde.

Los presidentes de la Comisión, BCE y Eurogrupo, más la jefa del FMI, estaban en esa planta noble desde una hora antes para fijar una postura común. Siguiendo la tónica habitual en las recepciones comunitarias cuando ejerce de anfitrión, Juncker repartió besos en los saludos iniciales. Dos a Jeroen Dijsselbloem, el segundo de ellos prolongado en la mejilla izquierda, o uno solo a Mario Dragui pero acompañado de un “ciao bello”.

El primer ministro griego pasó varias horas en esa primera reunión. Después mantuvo un encuentro bilateral también en el Berlaymont con el presidente del BCE y terminó con otra ronda colectiva a las 19:00 horas. El Eurogrupo empezó con retraso, aunque con Yanis Varufakis, el peón griego, dentro.

Precio especial para la delegación griega

La delegación griega suele alojarse en The Hotel, a poco más de diez minutos a pie del Palacio Real y justo al lado de la embajada griega. Tsipras descansó allí poco más de tres horas, cena incluida, tras toda una tarde de negociaciones y a las once de la noche volvió a la Comisión... para sentarse con las mismas personas hasta la una de la madrugada.

La delegación griega ronda los quince miembros, entre los que destacan el viceprimer ministro, Dragasakis, el ministro de Estado Nikos Papas,y el portavoz del Gobierno, que suele salir a la calle para fumar sus cigarrillos de liar y charlar en privado con los periodistas. Todo salieron de madrugada hacia The Hotel.

Las habitaciones de ese cuatro estrellas costarían 300 euros pero los griegos pagan menos, según una fuente de su Embajada. “No es cierto lo que ha publicado algún medio, no es lo que nosotros conseguimos a través de una agencia en Atenas o desde la Representación Permanente en Bruselas”, explicaba a El Confidencial el miércoles por teléfono, “porque solemos ir a ese hotel y obtenemos unos precios mejores”.

Miel para Moscovici

Este último maratón negociador comenzó a gestarse tras el rechazo del FMI a la última propuesta griega, plasmado el martes por la noche con una contrapropuesta llena de tachones en rojo. El documento sentaba como un auténtico desplante en la delegación griega tras la 'humillación' de que Tsipras cruzase varias líneas rojas.

Esa noche, las discusiones técnicas, en las que no estaban presentes los líderes, solo responsables económicos, terminaron también de madrugada en el edificio Charlemagne (Carlomagno), el cuartel general del Departamento de Economía que dirige el comisario Pierre Moscovici. Otra mole de cristal enfrente del Berlaymont. La delegación de To Potami regalaba a Moscovici miel procedente de una isla griega “por sus méritos” en las negociaciones.

Además, la plana mayor política griega estuvo también este miércoles en Bruselas: el antiguo primer ministro conservador Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia, y una delegación de To Potami, el partido centrista. Su responsable de política internacional, Odin Linardatou, confirmaba que sus 17 diputados en el Parlamento griego apoyarían cualquier acuerdo.

A Bruselas la preocupa la estabilidad parlamentaria en Grecia, de ahí las llamadas a consultas a los partidos pro-europeos. Si el ala izquierdista de Syriza rompe su disciplina de voto y rechaza el acuerdo podría haber sorpresas en Atenas.

La incertidumbre de los ministros del euro

Es uno de las paradojas que depara esta semana de negociaciones. Los todopoderosos ministros, acostumbrados a ser el centro de atención en los interminables Eurogrupos, son llamados a reunirse. Se ven las caras cuando el jefe Dijsselbloem hace un 'break' con los principales líderes. Falta el documento pactado al más alto nivel así que ellos, economistas, no pueden meter mano a las cifras para crear un programa de ajustes y reformas económicas.

A la breve reunión del Eurogrupo del miércoles le antecedió un encuentro de los ministros de finanzas del PP europeo en la sede del partido, a pocos metros del Parlamento europeo. Un encuentro que siempre se produce ante estas citas, a veces en un hotel cercano al Consejo Europeo. Esta semana, fue una reunión improvisada.

Participaba Luis de Guindos junto a Wolfgang Schäuble, el responsable de las finanzas alemanas que se ha visto desplazado parcialmente de las negociaciones al tomar el mando la canciller Merkel. Se trataba de una puesta en común, sin apenas contenido. El secretario general del PP europeo, López-Istúriz, junto a un par de asesores, estaba también presente.

De Guindos, como el resto de sus colegas, no sabe hasta cuándo deberá quedarse en Bruselas. Tenía hotel para la noche del miércoles al jueves, muy probablemente deberá ampliar su reserva. El griego Varufakis vive una incertidumbre similar, porque el viernes por la mañana, como muy tarde, contaba con estar Grecia. No será posible.

Los ministros del euro podrían permanecer en Bruselas el fin de semana. Una de las preguntas que circulan para deducir hasta cuándo se prolongarán las negociaciones es el número que camisas que traen. Si se les terminan, ¿deberán comprar algún modelo nuevo en las boutiques bruselenses?

Como reconocía una alta fuente diplomática el miércoles ante varios periodistas, “mi intuición es que habrá otra cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de los países del euro el viernes por la tarde para llegar a un acuerdo con Grecia porque el vértigo a lo desconocido es aun mayor”.

Nadie sabe en Bruselas cuándo terminará el interminable maratón entre Grecia y sus acreedores, la antigua troika. El miércoles los encuentros duraron casi 12 horas, hasta la madrugada. Este jueves, empezaron a las seis de la mañana, sin que ninguno de los bandos emitiera una sola palabra a la entrada del segundo round. El Eurogrupo terminó sin acuerdo y se volverá a reunir el sábado.

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