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El pulitzer que dejó el periodismo porque no llegaba a fin de mes
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PREMIO A LA PRECARIEDAD

El pulitzer que dejó el periodismo porque no llegaba a fin de mes

Cuando le otorgaron el premio al mejor periodismo local, Rob Kuznia no estaba en la redacción ni haciendo una entrevista. Había dejado la profesión para poder pagar el alquiler

Foto: Rob Kuznia, Premio Pulitzer al mejor periodismo local (@robkuznia)
Rob Kuznia, Premio Pulitzer al mejor periodismo local (@robkuznia)

Cuando este lunes el Daily Breeze ganó el Premio Pulitzer al mejor periodismo local, uno de los tres reporteros galardonados, Rob Kuznia, no estaba en la redacción. Ni tampoco recorriendo las calles, contrastando información o haciendo una entrevista. Rob Kuznia había dejado el periodismo para poder pagar el alquiler, según publicó LA Observed con esta nota:

“Debemos apuntar que Kuznia dejó el Breeze y el periodismo el año pasado y actualmente es publicista en el departamento de comunicación de la USC Shoah Foundation. Hablé con él esta tarde y admitió sentir una punzada de remordimiento por no seguir siendo periodista, pero dijo que era demasiado difícil llegar a fin de mes en el periódico alquilando en el área de Los Ángeles”.

Es uno de esos momentos incómodos en que un periodista se convierte en noticia: sujeto y objeto, quedándose a punto, como en este caso, de abordar las miserias del sector. Daily Breeze podría encarnar el tipo de periódico en peligro de extinción: un baluarte local que, 120 años después de su fundación, sobrevive en el seno de un conglomerado, con siete reporteros y 63.000 suscriptores.

No es la primera vez que precariedad y Pulitzer van juntos. Hace dos años, el edificio que alojaba la redacción de Press-Enterprise, periódico menguado por los despidos y ganador de 24 premios periodísticos, entre ellos el Pulitzer, fue vendido por 30 millones de dólares. Los empleados que quedaban acabaron realojados en un barrio deshabitado de Riverside County, en California.

El diario online Gawker echaba mano del látigo y lo describía así: “La vida como reportero de periódico es una serie aplastante de indignidades que terminan con tu despido final de la última redacción de periódico impreso a 100 millas de tu apartamento (hipotecado)”.

Según el buscador de empleo CareerCast.com, el peor trabajo de Estados Unidos es reportero de periódico. El estudio factoriza el sueldo (36.000 dólares anuales, cuando el salario medio nacional es de 45.000), el estrés y las pocas perspectivas de un sector cuarteado por internet y la caída de le publicidad. Entre 2001 y 2009, Estados Unidos despidió a un quinto de sus periodistas. La ola de cierres ha crecido desde entonces: 151 periódicos desaparecieron en 2010 y 152 en 2011.

CareerCast.com observa una migración cada vez mayor del periodismo hacia campos más rentables como las relaciones públicas. Un estudio de la agencia Pew Research indica que en 2013 había en Estados Unidos unos 9.000 reporteros menos que en 2004. Por el contrario, los especialistas de relaciones públicas han pasado de ser 166.210 a 202.503 en el mismo periodo. La diferencia salarial entre ambos sectores también ha crecido. Hoy en día el reportero gana un 35% menos que el trabajador publicitario, que ingresa 20.000 dólares más al año.

Premio por denunciar “la corrupción generalizada”

La epopeya del Daily Breeze empezó por una cifra: 663.000 dólares. La cantidad que José Fernández, administrador escolar del distrito Centinela Valley, una humilde zona de California, se embolsó hace dos años entre salario y compensaciones. A partir de ahí, los reporteros Rob Kuznia y Rebecca Kimitch descubrieron una trama de sobornos a miembros de la junta escolar para que beneficiasen a la constructora TELACU en las obras del distrito.

El administrador, José Fernández, no sólo se había otorgado sueldo y compensaciones de lujo. También adquirió un seguro de vida de 750.000 dólares y un préstamo hipotecario de 950.000 al interés del 2%. Los padres de los alumnos reaccionaron con protestas. Exigieron explicaciones y uno de ellos, según el relato del periódico, arrojó dinero sobre la junta escolar.

La fiscalía de Los Ángeles inició una investigación. El condado aprobó por ley limitar el salario del administrador y Fernández fue despedido. Había terminado su “reino de terror”.

La serie de 50 artículos ha sido premiada con el Pulitzer por su denuncia de la “corrupción generalizada” y su “impresionante utilización de la página web”. Kuznia ha reconocido en Twitter que sigue en estado de shock.

La revista Slate cerró la noticia con un guiño: “Así que, si algún periódico solvente de la zona busca un reportero capacitado, parece que hay un ganador del Pulitzer esperando. Ahí queda eso”.

Cuando este lunes el Daily Breeze ganó el Premio Pulitzer al mejor periodismo local, uno de los tres reporteros galardonados, Rob Kuznia, no estaba en la redacción. Ni tampoco recorriendo las calles, contrastando información o haciendo una entrevista. Rob Kuznia había dejado el periodismo para poder pagar el alquiler, según publicó LA Observed con esta nota:

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