El Museo del Bardo, un potente atractivo cultural para el turismo tunecino

Hoy ha sido presenciado el asesinato de varias personas después del asalto al Parlamento, pero hace tan solo unas horas enseñaba en paz sus tesoros a los curiosos visitantes que se habían acercado a conocerlo. El Museo del Bardo es uno de los destinos favoritos de los turistas que eligen Túnez para sus viajes, entre otros motivos por la excepcional colección de mosaicos que expone para disfrute y deleite de sus invitados en un edificio cercano al Parlamento tunecino –lugar donde se ha producido la matanza de al menos 17 turistas (entre ellos, un español) y dos policías.

Los ingresos provenientes del turismo son fundamentales para la economía de Túnez, que cuida mucho sus joyas culturales que puede ofrecer a pesar de que desde el surgimiento de movimientos yihadistas y las crisis políticas internas son menos los que se animan a visitar el país. Por ello, en 2012 se duplicó la superficie de exposición del Museo del Bardo –llegando a los 23.000 metros cuadrados– y se realizó una redistribución de sus piezas para conectar el espacio en una museología más acertada y cercana a los objetivos divulgativos del lugar.

Con obras que abarcan desde la prehistoria hasta la civilización romana, pasando por la cristiana, árabe, púnica o fenicia, el Museo del Bardo cobija entre sus paredes –pertenecientes a un palacio de la época del Imperio otomano– el mayor mosaico vertical del mundo, datado en el siglo II: ‘El triunfo de Neptuno’, con una altura de 13 metros y una anchura de ocho. Esta pieza es una de las más señaladas, pero no se quedan atrás otras como ‘La alcoba de Virgilio’ u otras esculturas de la época númida.