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Cuando la policía británica no actúa por miedo a ser tachada de "racista"
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EL "RACISMO INSTITUCIONAL", LACRA EN REINO UNIDO

Cuando la policía británica no actúa por miedo a ser tachada de "racista"

Los abusos de Rhotherham. Las autoridades conocían las atrocidades que ocurrían, pero no actuaron contra los criminales por miedo a ser tachadas de racistas

Foto: Una musulmana británica pasea por Hyde Park, en el centro de Londres. (Reuters)
Una musulmana británica pasea por Hyde Park, en el centro de Londres. (Reuters)

¿Puede ser acusado de racista un policía que detiene a un supuesto violador de color? La pregunta es pertinente hacerla hoy en día en el Reino Unido. La sociedad británica ha quedado conmocionada esta semana después de que un informe publicado por el ayuntamiento de Rotherham (al norte de Inglaterra) haya reconocido que, durante dieciséis años, 1.400 menores –algunos de sólo once años– han sido abusados sexualmente por bandas paquistaníes. Las atrocidades se cometieron entre 1997 y 2013 y las autoridades eran conocedoras de lo que ocurría, pero se negaban a actuar por miedo a ser tachadas de racistas.

La noticia protagoniza ahora todas las portadas. Sin embargo, no es ni mucho menos la primera vez que los agentes miran para otro lado cuando los supuestos culpables pertenecen a minorías étnicas. Aunque el término minoría es cada vez más relativo. En Londres, según el último censo, menos de la mitad de los 8,2 millones de habitantes (concretamente el 45%) es blanco.

Las atrocidades se cometieron entre 1997 y 2013 y las autoridades eran conocedoras de lo que ocurría, pero se negaban a actuar por miedo a ser tachadas de racistas. Muchos de los 1.400 menores que fueron violados en Rotherham aseguran que hoy siguen viendo a sus agresores paseando como si nada por la calle

El racismo es hoy en día una de las cuestiones más delicadas en las instituciones. Según los expertos, sigue existiendo un problema y, en algunos casos, se ha cruzado la barrera pasando a la discriminación positiva.

“Rotherham ilustra hasta qué punto las sensibilidades y ansiedades antirracistas han penetrado no sólo en la policía, sino en la burocracia, la política y el sistema legal. Si usted fuera un agente o un comisario, ¿no tendría indulgencia con los posibles delincuentes con el fin de evitar la carga imposible de refutar de "racismo institucional"? Se trata de una acusación hecha hoy en día con mucha facilidad”. Las declaraciones a El Confidencial son de Jon Gower Davies, responsable de un estudio publicado por la reputada organización Civitas donde ya en 2012 se advertía de que la policía no investigaba los crímenes cometidos por las minorías étnicas por temor a ser acusados de racistas.

Agentes “petrificados” por el miedo

El informe salió a la luz después de que una banda –en la que todos menos uno de sus miembros eran paquistaníes– fueran condenados por violar en repetidas ocasiones a 47 menores en la ciudad de Rochadle. Dos años antes, una joven de 15 años ya había denunciado abusos sexuales, pero las autoridades no investigaron adecuadamente el caso porque, tal y como se escuchó en el juicio, estaban “petrificados” por miedo a ser tildados de racistas.

El racismo es hoy en día una de las cuestiones más delicadas en las instituciones. Según los expertos, sigue existiendo un problema y, en algunos casos, se ha cruzado la barrera pasando a la discriminación positiva

Nada de lo que pasa hoy en las comisarías del país se puede llegar a entender si uno no conoce el nombre de Stephen Lawrence. El asesinato del adolescente cometido en abril de 1993 mientras esperaba pacíficamente la llegada del autobús marcó un antes y un después en la historia del Reino Unido. La víctima era negra y los asesinos blancos. El crimen –y el fracaso de la policía para detener a los culpables– conmocionó al país.

La campaña de la familia no sólo llevó a cambiar la ley penal –que condenó en 2012 a los culpables gracias a las pruebas de ADN–, sino que obligó a las autoridades a realizar una investigación independiente. El conocido informe Macpherson concluyó que había habido “negligencia y racismo institucional”.

¿Hay personas intocables? “Sí”

Según Davies, el informe dejó a la policía “encadenada” por la burocracia. Para el experto, la investigación de Macpherson tiene muchos fallos, ya que “no sólo obvió la necesidad de hacer un análisis real sobre las limitaciones de la actuación policial en aquel momento, sino que también llevó a la dirección policial a hacer el ridículo mediante la adopción de políticas que no son ni operativamente ni socialmente ni éticamente correctas ni adecuadas”. ¿Hay personas ahora intocables? Según Davis “sí”.

Rotherham ilustra hasta qué punto las sensibilidades y ansiedades antirracistas han penetrado no sólo en la policía, sino en la burocracia, la política y el sistema legal

Sin embargo, muchos activistas dicen que la policía sigue discriminando a las personas de minorías étnicas y sus actuaciones perjudican la confianza de la comunidad. En este contexto, un estudio publicado el año pasado por la Universidad de Oxford señala que en la última década el número de negros y asiáticos parados en la calle para ser identificados se ha duplicado –del 4,9% en 1999 al 10,8% en 2009–, mientras que la tasa de blancos sólo ha aumento un 0,1%.

Lee Jasper, activista de derechos de los negros y exasesor político del alcalde de Londres, trabaja ahora en la operación Esperanza y Recuperación, creada tras los disturbios de 2011. Las manifestaciones violentas que duraron varias semanas empezaron en el barrio londinense de Tottenham cuando un joven de 29 años padre de cuatro hijos, de raza negra, fue asesinado por los agentes durante un tiroteo. "Estos hechos demuestran la gran tensión que existe todavía”, recalca. Jasper añade que más de 20 años después de la muerte de Lawrence, el sistema de justicia británico aún no se ha redimido a sí mismo.

Una encuesta publicada por el think tank The British Future señala que el 60% de la población cree que las respuestas de la policía a los casos por motivos raciales son ahora más rápidas, justas y menos racistas.

¿Puede ser acusado de racista un policía que detiene a un supuesto violador de color? La pregunta es pertinente hacerla hoy en día en el Reino Unido. La sociedad británica ha quedado conmocionada esta semana después de que un informe publicado por el ayuntamiento de Rotherham (al norte de Inglaterra) haya reconocido que, durante dieciséis años, 1.400 menores –algunos de sólo once años– han sido abusados sexualmente por bandas paquistaníes. Las atrocidades se cometieron entre 1997 y 2013 y las autoridades eran conocedoras de lo que ocurría, pero se negaban a actuar por miedo a ser tachadas de racistas.

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