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Obama redefine el papel de EEUU como 'policía global' y 'faro de la libertad' mundial
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Del “no a la guerra” al bombardeo de yihadistas

Obama redefine el papel de EEUU como 'policía global' y 'faro de la libertad' mundial

Obama se esfuerza por marcar diferencias con Bush. Hablan de bombardeos humanitarios e incluso se ha creado un Comité de Prevención de Atrocidades

Foto: Barack Obama, en su despacho de Washington. (Reuters)
Barack Obama, en su despacho de Washington. (Reuters)

La oposición a la guerra de Irak ha sido una de las banderas más reconocibles de Barack Obama. La sacó cuando era un desconocido senador, la agitó con energía en su carrera hacia la presidencia y, una vez en el poder, se preocupó por cumplir la promesa de retirar las tropas, aunque tardase más de lo que hubiesen deseado sus votantes. A la hora de defender al presidente, muchos de sus simpatizantes todavía empiezan por ahí.

Pero la noche del jueves Obama ordenó bombardear precisamente el norte de Irak para frenar la expansión de los milicianos del Estado Islámico. Lo hizo con un discurso plagado de peros y justificaciones, en el que recordó que EEUU es hasta cierto punto responsable de la situación en la región. “Soy consciente de cuántas (personas) se sienten consternadas por una acción militar en Irak, incluso por ataques limitados como éstos (...) Las tropas de combate estadounidenses no van a volver a combatir en Irak, porque no hay una solución militar estadounidense en esta crisis”, insistió.

En Washington algunos (generalmente sus detractores) lo interpretan como un baño de realismo y otros (generalmente sus simpatizantes) como un intento honesto de establecer una línea entre intervenciones equivocadas (como la invasión de Irak) y otras justificadas (como la actual). “Obama ha reducido la implicación militar de EEUU en el mundo, y es algo con lo que están de acuerdo la mayoría de los americanos, pero es imposible desentenderse del todo y muy difícil trazar la línea divisoria. Hay escenarios en los que siempre va a ser necesario actuar. Pero, ¿cuáles? ¿Cuál es el criterio?”, se pregunta John Tanton, consultor de defensa de la organización World Vision. En su opinión, Obama titubeó en Siria, titubeó en Ucrania y "ahora necesita dar un puñetazo en la mesa”.

En el discurso con el que anunció los bombardeos la noche del jueves, Obama utilizó una palabra que no pronuncia a menudo. Habló de “genocidio” para referirse al avance de los yihadistas del Estado Islámico y la amenaza que suponen para cientos de miles de iraquíes que no aceptan su interpretación extrema del Islam. “Tenemos que actuar, responsable y cuidadosamente, para evitar un potencial acto de genocidio. Eso es lo que estamos haciendo en esa montaña (...) Estados Unidos no puede mirar para otro lado (mientras) se produce una masacre”, dijo.

De fondo late el intento de redefinir el papel que EEUU juega como 'policía del mundo'. Una buena muestra de ello es la creación, hace dos años, del llamado Comité de Prevención de Atrocidades, organismo de cometido bastante abstracto e ideas poco claras que ha sido objeto de burlas y críticas desde entonces. Este mismo jueves, horas antes del anuncio de atacar posiciones yihadistas en Irak, el congresista republicano Frank Wolf enviaba una carta pública a Obama preguntando para qué demonios servía. “¿Qué sentido tiene mantener un Comité de Prevención de Atrocidades si no actúa para parar las atrocidades?”, cuestionaba, citando la situación de Siria e Irak.

Aunque no haya definido aún bien cuál es su papel, la Casa Blanca insiste en que el Comité forma parte de esta nueva política exterior, en la que cualquier intervención armada se calcula hasta la extenuación, bajo la premisa de actuar sólo para afrontar emergencias y asumiendo que los problemas de fondo no se solucionan enviando soldados americanos. Interrogado al respecto, el portavoz de Obama, Josh Earnest, lo vendió ayer como una muestra más del compromiso de su presidente en el combate de atrocidades y genocidios. “Defiende los mismos principios que el presidente defendió anoche, y es que Estados Unidos tiene que mantenerse como el faro de la libertad y de la protección básica de los derechos humanos (...) incluyendo a las minorías de todo el mundo”, declamó. Mientras, un portavoz del Comité aseguraba que la decisión de bombardear el norte de Irak “entra dentro del espíritu del propio Comité”.

El tipo de ataque (limitado, relativamente barato y centrado sólo en unos pocos objetivos) también entra de estos nuevos parámetros. Solo hace falta escuchar la reacción del senador John McCain, uno de los veteranos “halcones” republicanos, quien ayer calificó los bombardeos como simples “pinchazos” carentes de “ningún sentido”. “Hacer esto es casi peor que no hacer nada porque el presidente de los EEUU amenaza y luego no pasa nada (...) Es la respuesta más débil posible y EEUU no puede permitir que (el Estado Islamista) tome Erbil (la capital kurda)”, se quejó.

Las órdenes explícitas de Obama son, de hecho, limitarse a la protección del personal americano desplegado en la zona y de las minorías. No existe un plan a largo plazo para derrotar al Estado Islamista más allá de apoyar al gobierno kurdo y al iraquí. “Hay que asumir que EEUU no puede resolver todo mandando sus soldados”, repite la Casa Blanca.

Se trata de una estrategia, se quejan los republicanos, que ya está naufragando y cuya debilidad "aprovechan los enemigos de EEUU". Por ejemplo, los combatientes del Estado Islámico se acercan a Erbil con piezas de artillería Howitzer, Humvees y acorazados MRAP, armas americanas donadas por EEUU al Ejército iraquí y robadas por los integristas tras la captura de Mosul. Mientras tanto, los peshmerga kurdos les hacen frente con soldados equipados con antiguallas rusas.

La oposición a la guerra de Irak ha sido una de las banderas más reconocibles de Barack Obama. La sacó cuando era un desconocido senador, la agitó con energía en su carrera hacia la presidencia y, una vez en el poder, se preocupó por cumplir la promesa de retirar las tropas, aunque tardase más de lo que hubiesen deseado sus votantes. A la hora de defender al presidente, muchos de sus simpatizantes todavía empiezan por ahí.

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