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¿Dónde estaba Obama mientras el mundo ardía? Recaudando para su campaña
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tres días de gira por la costa este

¿Dónde estaba Obama mientras el mundo ardía? Recaudando para su campaña

Ucrania, Gaza, Siria, Irak, crisis migratoria en México... pese a todo, lo único inamovible en su agenda es la recaudación de fondos para las legislativas

Foto: Obama saluda a los comensales del restaurante Canter's Deli de California (Efe)
Obama saluda a los comensales del restaurante Canter's Deli de California (Efe)

La tensión aumenta en el este de Ucrania, en Gaza hay ya cerca de 800 cadáveres, en Siria continúa la carnicería, el islamismo radical llama a las puertas de Bagdad, por la frontera con México siguen llegando miles de menores centroamericanos y los incendios se tragan pueblos enteros... En un verano particularmente agitado, en el que el Secretario de Estado, John Kerry, está abocado a la ubicuidad, lo único inamovible en la agenda del presidente de los Estados Unidos es la recaudación de fondos para sufragar las elecciones legislativas de noviembre.

Las prioridades son las prioridades: este invierno los demócratas podrían perder el control del Senado y, con ello, cualquier esperanza de sacar adelante alguna de sus iniciativas en los dos años de presidencia que le restan a Obama.

El Air Force One regresó a Washington ayer por la tarde, después de tres días de gira por la Costa Este con paradas en Los Ángeles, San Francisco y Seattle, un trayecto que se diseñó exclusivamente para recaudar dinero, aunque se maquillase después con pequeños actos institucionales como la visita de un instituto de formación profesional.

Los republicanos no desaprovecharon la ocasión para lanzarse a la yugular, e incluso han hecho circular un vídeo titulado irónicamente “Fundraiser in chief” (El recaudador en jefe). “Con todo lo que está pasando en nuestro país y alrededor del planeta, todo el mundo estará de acuerdo en que la última cosa que un presidente debería hacer es recaudar fondos”, se queja la portavoz del Comité Nacional del partido, Kirsten Kukowski.

La Casa Blanca insiste en que, independientemente de donde se encuentre físicamente, el presidente está al tanto de lo que sucede y en comunicación constante con asesores y agencias de Inteligencia. Su portavoz, Josh Earnest, confirmó que lo único que se vieron obligados a cancelar a causa del sombrío panorama mundial es una aparición en un programa de humor (Jimmy Kimmel Live). “Sería un desafío hacer un programa de comedia en medio de todos estos serios asuntos con los que el presidente está lidiando en la escena internacional”, explicó.

El martes, Obama admitió ante sus donantes que los americanos tienen razones para estar “preocupados”, sobre todo por “la agresión de Rusia hacia sus vecinos”. “Hay una sensación de que el viejo orden mundial no se está sosteniendo y no estamos todavía donde deberíamos estar para crear un nuevo orden basado en una serie de principios distintos”, argumentó.

¿Pero cuánto consigue recaudar Obama en estos actos, por qué es tan importante? Pues, por ejemplo, una de las citas incluidas en esta gira consistió en un breve encuentro celebrado en la casa de un productor, Shonda Rhimes. Acudieron un puñado de simpatizantes de la industria de Hollywood que firmaron cheques de entre 1.000 y 32.000 dólares para el Partido Demócrata. Según un borrador de la invitación obtenido por la Sunlight Foundation, 10.000 dólares bastaban para hacerse una foto con Obama, pero pagando 20.000 te podías sentar a cenar y con 34.000 tu nombre se inscribía en la tarjeta del evento. En Seattle consiguió quizá algo más en la mansión de un ex alto ejecutivo del gigante de la distribución Costco, una cena cuyo cubierto salía por un mínimo de 25.000 dólares.


Como las primarias o los mensajes televisados, la recaudación de fondos es parte del sistema norteamericano, pero los políticos especialmente talentosos sacando dinero se ven empujados a dedicarle cada vez más tiempo. Y Obama, dicen, es uno de los mejores. De hecho, a principios del 2012 prometió no volver a participar en estos eventos mientras fuese presidente, admitiendo su perverso efecto. Según The New York Times, fue su entorno quien acabó persuadiéndolo de lo contrario, tras constatar que resultaba imposible plantar cara a los republicanos sin la presencia del primer espada. Ahora la justificación oficial es que, en teoría, Obama no pide dinero personalmente, sólo se deja caer por allí y pronuncia unas palabras.

El dinero se utiliza para ganar elecciones y los partidos no tienen ninguna otra manera legal de conseguirlo. En las elecciones legislativas de 2010, el Comité de Campaña Senatorial Demócrata recaudó 27 millones de dólares entre julio y septiembre y llegó a las semanas finales de la campaña con 25,6 millones en el banco. Mientras, el grupo para la Cámara de Representantes reunió 41,6 millones. Muy poco comparado con las cifras que se manejan en las presidenciales.

En las últimas, en 2012, Obama superó los 715 millones de dólares, 300 más que su oponente, Mitt Romney. Entre todos los republicanos, sin embargo, juntaron 1.240 millones, ciento y pico más que los demócratas. Alrededor del 75 por ciento de las donaciones procedieron de multinacionales, corporaciones o grandes fortunas.

La tensión aumenta en el este de Ucrania, en Gaza hay ya cerca de 800 cadáveres, en Siria continúa la carnicería, el islamismo radical llama a las puertas de Bagdad, por la frontera con México siguen llegando miles de menores centroamericanos y los incendios se tragan pueblos enteros... En un verano particularmente agitado, en el que el Secretario de Estado, John Kerry, está abocado a la ubicuidad, lo único inamovible en la agenda del presidente de los Estados Unidos es la recaudación de fondos para sufragar las elecciones legislativas de noviembre.

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