Un avance revolucionario en la UE

La Unión Europea (UE) se ha construido en las últimas décadas gracias a decisiones tomadas para afrontar necesidades concretas que iban apareciendo y, también a menudo, aprovechando las oportunidades que ofrecían los momentos de crisis.

Esto es también lo que ha sucedido con el nombramiento del Presidente de la Comisión Europea para los próximos cinco años, Jean-Claude Juncker. Por primera vez en la historia de la UE, los ciudadanos han influido en esta importante decisión con su voto de las pasadas elecciones de mayo.

Es cierto que ha sido una eleccion indirecta, ya que debía ser respaldada luego por los Gobiernos de los 28 y que los ciudadanos no votaban a los candidatos europeos, sino a los partidos políticos de cada país. También es cierto que todo este proceso se ha desarrollado con dudas sobre la manera de concretar la intención genérica de dar más voz a los ciudadanos en la elección de ese puesto politico.

Pero lo más importante es el resultado y cómo se ha llegado a el: lo importante es que los grandes partidos transnacionales eligieron por primera vez candidatos a presidir la Comision Europea antes de las elecciones europeas; que estos candidatos (cinco en total) hicieron una campaña paneuropea en todos los paises explicando sus programas políticos debatiendo ademas entre ellos; y que una vez hubo un vencedor el 25 de mayo (el Partido Popular Europeo) la mayoria de los Gobiernos aceptaron que su candidato debia ser el primero en intentar obtener la confianza del Parlamento Europeo, institución que también juega un papel clave en todo este proceso.

Este círculo acaba de cerrarse estos días con el voto mayoritario del Parlamento Europeo a favor de Jean-Claude Juncker. Se logra así un hito histórico que puede sentar un precedente trascendental para el futuro y que seguramente pasará a integrar el ADN del proyecto comunitario en los próximos lustros.

No en vano, lo ocurrido estas últimas semanas supone un cambio revolucionario respecto a todas las elecciones europeas celebradas hasta ahora. El presidente Juncker tendrá una doble legitimidad derivada tanto de los ciudadanos, que votaron mayoritariamente a favor de la opción política que representaba (la del PPE) y que además eligieron al Parlamento Europeo, como de los gobiernos que también le dieron su confianza.

Confío en que esto permitirá que los ciudadanos se sientan más cerca de Europa, ya que después de todo el proyecto europeo no pertenece sólo a las instituciones de Bruselas y Estrasburgo, sino a los 500 millones de ciudadanos de los 28 países miembros.

Esta doble legitimidad también le da a Juncker el respaldo para hacer frente a una legislatura que va a ser muy difícil. Estamos saliendo de la crisis económica gracias a reformas emprendidas en los últimos años, como la creación de los mecanismos de coordinación de las políticas económicas y la unión bancaria.

Sentadas esas bases, ahora tenemos que seguir trabaando para fomentar la competitividad de las empresas europeas y para acelerar el crecimiento económico con el objetivo final de crear más y mejores puestos de trabajo. 26 millones de desempleados en la UE siguen siendo una cifra inaceptable que no nos podemos permitir.

También vamos a tener que, entre otros objetivos, avanzar hacia una política energética común que nos haga menos vulnerables a crisis geopolíticas como la de Ucrania y más capaces de afrontar retos permanentes como el cambio climático. Todo ello sin olvidar desafíos como la inmigración ilegal, el terrorismo o el crimen organizado. En todos estos ámbitos obtendremos buenos resultados trabajando juntos y sabiendo que más Europa es la mejor manera de lograr mayor prosperidad y estabilidad para todos.

A pesar de las imperfecciones del proyecto de la UE y de las críticas legítimas que recibe, no podemos paralizarnos por el discurso antieuropeo que no ofrece ni ideas ni propuestas. Debemos aprender de los errores, pero sin caer en el pesimismo y sin olvidar los grandes logros que la UE ha obtenido en las últimas décadas.

Es importante explicar más y mejor a todos los ciudadanos lo que está haciendo la UE. El cambio antes mencionado con respecto a la elección del Presidente de la Comisión es un paso importante en esa dirección. Y sobre todo es un avance en el proceso democrático que espero nos permita recuperar progresivamente el entusiasmo de todos en el proyecto europeo.

*Antonio López-Istúriz es Secretario General del Partido Popular Europeo (PPE) y eurodiputado.