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La generación perdida regresa a Argentina
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LOS PROTAGONISTAS DEL ÉXODO DE 2001

La generación perdida regresa a Argentina

La tendencia ha cambiado. Son más los argentinos que regresan que los que se van. Muchos de ellos forman parte del éxodo que provocó la crisis de 2001

Foto: Un hombre durante las protestas para exigir la devolución de sus ahorros en la divisa original ante una sucursal de Banco de Galicia, en 2002. (Reuters/Archivo)
Un hombre durante las protestas para exigir la devolución de sus ahorros en la divisa original ante una sucursal de Banco de Galicia, en 2002. (Reuters/Archivo)

Han emigrado para trabajar, estudiar o, simplemente, sobrevivir. Les ha ido mejor o peor, han ganado o han perdido… pero ya no son legión. Los argentinos están ahora lejos de atestar la calle Huertas de Madrid o el lujoso South Beach de Miami, como hicieron después de la tremenda crisis de 2001. Muchos se quedaron en sus nuevos países, aunque la mayoría, empujada por la recesión en Europa y EEUU, ya ha regresado. El “che, boludo” todavía resuena por el mundo, pero ya se escucha menos.

Marcelo Amable, sociólogo, 45 años, viajó por primera vez a Europa antes de la debacle política y económica que sacudió Argentina en 2001. Regresó cuando el país vivía sumido en el caos. “Se respiraba un ambiente muy pesado”, recuerda. Así que decidió instalarse en Cataluña. “Después de mi primer paso por Europa, había vuelto a una Argentina en la que era imposible pensar que podía sobrevivir como profesor universitario. Menos aún que podían emplearme como investigador. Era pleno 2001. Decidimos buscar dos becas en Barcelona y nos fuimos”, explica.

“Nunca tuve la idea de irme para siempre”, dice. En esos años estudió, trabajó e incluso tuvo un hijo. Hasta que en 2008, cuando una nueva crisis amenazaba con golpearle, esta vez en España, y la situación en Argentina cambiaba para mejor, optó por regresar.

'Sé que ahora todo está mucho mejor, pero los malos momentos que viví antes de irme de Argentina no se borrarán tan fácilmente. Un día cambiaba el presidente, otro día había secuestros extorsivos y así… no se podía vivir', cuenta Romina, que ahora vive en Miami

Como Marcelo, son miles los argentinos que han decidido volver. La mayoría forma parte de aquella camada que dejó el país en 2001 presa del desencanto, muchos de ellos con destino a España. En los últimos cuatro años, han salido del aeropuerto de Barajas más de los que han entrado. Algo similar sucede con los argentinos que decidieron probar fortuna en Estados Unidos, el otro gran destino. Desde la crisis de 2008, el número de emigrantes ha entrado en una meseta.

En vez de optar por Nueva York o Washington, la mayoría de los argentinos que emigraron a Estados Unidos se establecieron en Miami, uno de los destinos vacacionales predilectos durante la década de los noventa. Romina se acostumbró pronto a ese paraíso de playa y consumo. Llegó a los 23 años, después de haberse quedado sin trabajo en su país natal. No fue una decisión difícil: reunió sus pertenencias y se marchó porque siempre tuvo claro el destino; su tía y sus primos vivían desde mediados de los ochenta en Miami. Hoy, 11 años después, Romina tiene trabajo estable y pareja. No piensa en volver a Argentina.

“Somos una gran comunidad de argentinos, pero sobre todo de latinos. Eso te permite sufrir menos nostalgia. El trabajo es un poco sacrificado, pero el dinero alcanza muy bien”, dice Romina, empleada en un bar. No guarda rencor a su país, pero los recuerdos de los que fueron sus últimos meses en Argentina todavía la llenan de desesperanza. “Sé que ahora todo está mucho mejor, pero los malos momentos que viví antes de irme no se me van a borrar tan fácilmente. Un día cambiaba el presidente, otro día había secuestros extorsivos y así… no se podía vivir”, relata.

Hay casi un millón de argentinos viviendo en el extranjero, según los datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). España es el destino preferido: lo eligió hasta un 30% de los emigrantes. La sigue Estados Unidos, con el 23,5%. Mucho más lejos, en el tercer lugar, aparece Israel, con un 5%.

¿Cómo afectó al fenómeno migratorio argentino la crisis de 2001? Entre los años 2000 y 2005, la emigración hacia España creció un 248%; en toda la década, el incremento alcanzó el 173%. En la actualidad, los argentinos afincados en la piel de toro superan los 270.000, de acuerdo con los datos provistos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). En Estados Unidos, el número es ligeramente inferior. En Israel, en cambio, la emigración argentina está totalmente vinculada a la gran comunidad judía que vive en el país. Algunos eligieron volver a la tierra prometida cuando la crisis acechaba.

Un buen día, Marcelo se acercó al consulado argentino a realizar unos trámites, pero esa vez le ofrecieron adherirse al programa Raíces, una iniciativa del Gobierno para repatriar a científicos que dejaron el país en 2001. El programa corre con los gastos del viaje de regreso

Desde la OIM explican a El Confidencial los motivos que acercaron a los argentinos a España: el idioma, la cultura y la existencia generalizada de antepasados españoles. La mitad de los que llegaron después del año 2001 lo hizo con ciudadanía española. Otro dato: el 31% cuenta con estudios universitarios. “Siempre notamos que había dos tipos de inmigrantes argentinos. Estaban los más viejos, los que habían llegado por la dictadura, y los demás, la mayoría muy jóvenes, que llegaron después de 2001. Eran dos situaciones totalmente distintas”, dice Marcelo.

Marcelo realizó un doctorado de la Universidad Pompeu Fabra. También fue profesor. Los primeros años, el entusiasmo lo mantuvo satisfecho, pero nunca terminó de encontrar su lugar en la facultad. Hizo amigos, le encantaba la ciudad, pero no veía claro que fuese a surgir una oportunidad de oro por su condición de extranjero. No se sentía cómodo. “Ya en 2007 se vislumbraba una crisis. Los concursos comenzaron a retrasarse. No había nombramientos. Es difícil pensar en quedarte en un lugar cuando tienes un hijo pequeño y sabes que será difícil encontrar empleo”, dice Marcelo, que, todos los días escucha, aunque sea unos minutos, radio Cataluña desde Buenos Aires.

“España era una fiesta de créditos”

Francisco Cacho Martini se fue de Argentina en 2002. A este odontólogo no le iba mal: a sus 57 años tenía una clínica, disfrutaba de sus hijos y sus nietos... Estaba cansado, no era tiempo de volver a empezar. Pero ya no soportaba los vaivenes del país. “El corralito (una confiscación de depósitos bancarios) me volvió loco. No aguantaba más estar acá”, recuerda.

Dejó a sus hijos, ya hombres, y se fue con su mujer. Apostó sus ahorros en un proyecto en Almería, pero le estafaron. Llegó una mañana de otoño de 2002 a Zaragoza con 60 euros en el bolsillo. Había dejado dos casas por mantener. Era su última oportunidad. Y la aprovechó. Trabajó, viajó, compró un apartamento y fundó una clínica. “Trabajé más en España que aquí. Hacía jornadas de hasta 12 horas. Pero no me quejo: me llevaba unos 5.000 euros todos los meses. Pagamos las carreras universitarias de todos nuestros hijos, mantuvimos dos casas más… pero no volvimos como nos hubiese gustado: con una renta española que nos permitiera vivir en Buenos Aires los años de jubilación”, dice.

Eran épocas de bonanza. En lugar de alquilar, Cacho decidió comprar un apartamento, porque la cantidad a pagar era muy similar. “Era una fiesta de créditos”, dice. Todavía conserva la propiedad, aunque no sabe cómo hará para pagar el préstamo bancario cuando deje de alquilarla. La diferencia cambiaria entre el peso y el euro es insostenible.

El regreso a Buenos Aires…

El regreso a Buenos Aires es una tendencia, pero no influye de forma significativa en las cifras que dibujan el mapa de la migración argentina. ¿Cuáles son los motivos del retorno? Las crisis en Europa y Estados Unidos, pero sobre todo, el resurgimiento económico de Argentina. En 2002, volvían apenas 22.000 personas por año. La cifra se multiplicó para 2009 por el auge de la era Kirchner. Ese año, la OIM registró 228.000 retornados. El número bajó casi a la mitad en 2012, año del último informe del organismo, pero la tendencia se mantiene. Son más los que vuelven que los que se van.

Visto desde la orilla española, Barajas es ahora un puerto más de salida que de entrada. En los últimos cuatro años y medio (con el primer semestre de 2013 incluido), la cifra de argentinos en España ha disminuido en casi 25.000 personas, de acuerdo a los datos provistos por el INE. En promedio, hay 5000 argentinos menos por año, aunque todavía permanece una colectividad de unos 270.000.

… de los científicos

Un buen día, Marcelo se acercó al consulado argentino a realizar unos trámites, como era habitual. Sólo que esta vez le hicieron una propuesta. Le ofrecieron adherirse al programa Raíces, una iniciativa del Gobierno de Buenos Aires que tiene como objetivo repatriar a científicos que dejaron el país en 2001. El programa corre con los gastos del viaje de regreso.

¿Cuáles son los motivos del retorno? Las crisis en Europa y EEUU pero, sobre todo, el resurgimiento económico de Argentina. En 2002, volvían 22.000 personas cada año. La cifra se multiplicó en 2009 por el auge de la era Kirchner. Ese año, la OIM registró 228.000 retornados. La tendencia se mantiene: son más los que regresan que los que se van

“Teníamos ganas de volver. Ya estábamos en un contexto de crisis y no íbamos a tener muchas oportunidades en el mercado laboral como extranjeros. Nos sorprendió la oferta. Dejaba claro que algo había cambiado en Argentina, que el país estaba mucho mejor”, dice Marcelo, queahora trabaja como profesor e investigador en la Universidad de Avellaneda, en la provincia de Buenos Aires.

El programa Raíces ahora ofrece más posibilidades que incluyen, en el caso de algún científico con un perfil laboral particular, su inserción en el mercado de trabajo. Esta iniciativa ya ha logrado repatriar a 1.000 científicos. La mayor parte de los investigadores que han regresado a su país proceden de Estados Unidos. España ocupa el segundo lugar en el ranking.

“Es difícil medir el impacto económico, pero difícilmente un grupo tan pequeño de inmigrantes podrá generar alguna variación en la economía”, dice la portavoz de OIM a El Confidencial. No obstante, el Gobierno de los Kirchner ha transformado el regreso de los científicos que viven en el extranjero en un lema de su Ejecutivo e, incluso, lo ha utilizado en sus campañas electorales

Lo único que echo de menos es la seguridad. En Zaragoza podías pasear a cualquier hora por la calle y no había ningún riesgo”, añora Cacho. Marcelo, por su parte, reconoce que extraña “la ciudad. Barcelona es hermosa, muy práctica, con buen transporte”. Mientras, mate en mano, Romina insiste en que no quiere volver durante la media hora de conversación que mantuvo vía Skype. “Bueno, si pudiera volver por un rato, me gustaría tomar estos mates con mis viejos en mi casa de Barrio Norte”, zanja.

Han emigrado para trabajar, estudiar o, simplemente, sobrevivir. Les ha ido mejor o peor, han ganado o han perdido… pero ya no son legión. Los argentinos están ahora lejos de atestar la calle Huertas de Madrid o el lujoso South Beach de Miami, como hicieron después de la tremenda crisis de 2001. Muchos se quedaron en sus nuevos países, aunque la mayoría, empujada por la recesión en Europa y EEUU, ya ha regresado. El “che, boludo” todavía resuena por el mundo, pero ya se escucha menos.

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