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¿Es el Magreb sexi para invertir? Supera a América Latina en exportaciones españolas
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¿Es el Magreb sexi para invertir? Supera a América Latina en exportaciones españolas

El Magreb ya supera a América Latina en comercio exterior español. ¿Qué sucede? ¿Acaso la Primavera Árabe no afectó a la inversión? Sí, pero con matices

Foto: El primer ministro de Túnez, Mehdi Jomaa, durante una rueda de prensa tras regresar de una visita a EEUU. (Reuters)
El primer ministro de Túnez, Mehdi Jomaa, durante una rueda de prensa tras regresar de una visita a EEUU. (Reuters)

“El norte de África empieza a estimular el apetito a largo plazo de los inversores”. Así titulaba recientemente el prestigioso Financial Times un reportaje en el que aseguraba que países como Argelia, Marruecos, Túnez o incluso Libia representan la nueva gran oportunidad de inversión, a pesar de que muchas personas consideran la zona del Magreb como “un lugar conflictivo al que mejor no ir”.

El diario financiero ponía como ejemplo a Emerging Capital Partners, una private-equity con sede en Washington que acaba de desembolsar 80 millones de dólares por un tercio de la embotelladora de Pepsi en Argelia, Atlas Bottling Corporation. “Pocos dudan del potencial de crecimiento a largo plazo de la región”, rezaba el artículo. “Los signos de estabilidad política tientan a los inversores a volver, al mismo tiempo que están más prestos a acomodar al capital extranjero, especialmente en Argelia”.

El 'Financial Times' aseguraba en un reportaje que países como Argelia, Marruecos, Túnez o incluso Libia representan la nueva gran oportunidad de inversión

¿Qué está pasando? ¿Acaso la inversión no se vio afectada por la primavera árabe? Sí, pero con matices. Cierto es que aquel movimiento político en cadena provocó una caída de la entrada de dinero internacional, incluso en países relativamente estables como Marruecos o Argelia. Entonces se temía un efecto contagio y que unas revueltas tan imprevistas e improbables como las que sacudieron Egipto y Túnez expulsaran a la actual clase dirigente. Sin embargo, no ha ocurrido así.

“A pesar de la inestabilidad y los cambios profundos de la zona de los últimos años, a nivel económico está yendo bastante mejor de lo que podría parecer. 2012 ha sido el cuarto mejor año de la última década en atracción de inversiones de la zona”, cuenta a El Confidencial Javier Albarracín, director del área de desarrollo socioeconómico del Instituto Europeo del Mediterráneo.

Si a eso se le suma una población joven, altas reservas de moneda en el caso de Argelia, y una clase media que a trancas y barrancas está estableciéndose en la región, muchos están empezando a preguntarse, ¿por qué no entrar en este mercado, aún inmaduro?

Supera a Latinoamérica en exportaciones españolas

Para España, África, con el Magreb a la cabeza, acaba de sobrepasar a América Latina en el ranking de exportaciones: 6,6% frente al 5,9% en los dos primeros meses de 2014. Sólo a Marruecos y Argelia se han vendido en los dos primeros meses de este año mercancías por valor de 1.400 millones de dólares, frente a los 2.231 de toda América Latina. “Yo ya he dicho que es la hora de África”, asegura a este diario Jesús Banegas, presidente de la sección internacional de la patronal española CEOE.

Banegas hace estas declaraciones en medio de un viaje comercial a Túnez con el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y una veintena de empresas (Aluminios Franco, Banco Santander, CAF, Elecnor, Indra o Ineco, entre otras). “España está muy bien considerada en países como Marruecos y Argelia, y ahora queremos hacer lo mismo en Túnez, en Libia y en todo el norte de África, donde España tiene mucho que hacer”, afirma.

A pesar de la inestabilidad y los cambios profundos de la zona de los últimos años, a nivel económico está yendo bastante mejor de lo que podría parecer. 2012 ha sido el cuarto mejor año de la última década en atracción de inversiones de la zona

Se abren, señalan él y otros actores involucrados en la zona, muchas puertas para las empresas globales en todo lo relacionado con alimentación y la agricultura, en Marruecos, Argelia o Egipto; en el sector de la construcciones, por los grandes movimientos poblacionales y la concentración en las ciudades, ya sea de viviendas o de infraestructuras, en Argelia; y en toda la zona en el sector turístico, incluida la maltrecha Libia en un futuro no muy lejano.

Con estas oportunidades en ciernes y la cercanía geográfica, ¿por qué países como España exportan relativamente tan poco a sus vecinos del Sur? “Notamos el miedo que les da a los empresarios españoles la simple idea de ir a hacer negocio a algún país africano, e incluso para el Magreb, que está muy cerca”, nos explica Pablo Gómez, presidente de la consultora de exportación Oftex, que da servicios para la internacionalización de empresas. Los productos que demandan estos países son normalmente de calidad media y baja, y a precios muy competitivos. Es decir, con poco margen de beneficio. “Muchas veces los empresarios no quieren ir porque se han gastado dinero innovando y haciendo productos de valor añadido por el que allí no están dispuestos a pagar”.

Vientos de apertura

Soplan, además,­­ vientos de apertura en la región. Argelia ha empezado a permitir a las empresas extranjeras pujar por proyectos de viviendas y ha relajado las reglas de préstamo. Si a las acuciantes necesidades de alojamiento que siente una población cada vez más urbana (tres de cada cuatro argelinos viven en una ciudad) se le suma su enorme juventud (tres de cada diez tienen menos de 15 años y la mitad no sobrepasa los 25), puede comprenderse el hambre de ladrillo que se espera en los próximos años.

El Gobierno, que practica una mezcla de socialismo y capitalismo de Estado, invierte de forma importante en alojamiento social y alimentación para una buena parte de sus 37 millones de habitantes. Y lo hace en gran parte con dinero público. Es un potentado en términos de reservas de liquidez: nada menos que 200.000 millones de dólares, derivados de la venta de gas (un quinto de todo el que consume la Unión Europea).

El Gobierno, que practica una mezcla de socialismo y capitalismo de Estado, invierte de forma importante en alojamiento social y alimentación para una buena parte de sus 37 millones de habitantes. Y lo hace en gran parte con dinero público

Es cierto que Argelia sigue siendo el país del norte de África más proteccionista en lo que a implantación de empresas se refiere. Pero se está facilitando el comercio de producto acabado y de grandes proyectos de infraestructura, de vivienda, de energías renovables, de gestión de utilities y plantas desalinizadoras, solar y renovables. Uno de los problemas que empiezan a tener es de eficiencia energética. El gas es la fuente principal de recursos, sí, pero eminentemente para su exportación.

Abdelaziz Buteflika acaba de ser reelegido para un cuarto mandato, tras 15 años en el poder. Pero el 'presidente eterno' está hecho unos zorros: un derrame cerebral le ha dejado sin apenas poder hablar o andar. Dicen que su intención es amarrar la presidencia para nombrar un delfín, del que se espera una apertura económica que hasta ahora renquea.

“El Gobierno no es muy sensible a la hora de fomentar la empresa privada autóctona, y tiene a las pymes atormentadas con su capitalismo de amiguetes y la corrupción de las empresas extranjeras”, asegura Albarracín. “La Administración Pública, el ejército y la élite burocrática están manteniendo el statu quo gracias a que están usando la enorme cantidad de reservas para hacer grandes proyectos de infraestructuras o para mantener los subsidios que garantizan el acceso de toda la población a la energía y a los alimentos”.

El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, acude a votar en silla de ruedas (Efe).
Buteflika se ha negado a realizar ningún cambio relevante en la gobernación del país para calmar las protestas de una población joven con un 25% de desempleo y crecientemente harta de la corrupción. No hay día en que los periódicos del país no se hagan eco de un nuevo escándalo de connivencia y colusión entre el poder político y económico. Y de todo ello surge el principal escollo para la inversión.

Marruecos es otro de los grandes ejemplos de boom económico en la región. Sólo lo supera Sudáfrica en crecimiento de la inversión internacional: esta aumentó un 12,5% en 2012, hasta los 2.800 millones de dólares, una aceleración muy alta incluso para un país en vías de desarrollo. No es el paraíso para hacer negocios, pero tampoco el infierno: ha subido ocho puestos en el ranking de “Facilidad Para hacer Negocios 2014” del Banco Mundial –hasta el 87 de 189–.

Para Marruecos, España y la Unión Europea son los principales socios comerciales y el primero o el segundo, dependiendo del año, en temas de inversión. Sin embargo, sólo el 5% del comercio exterior de la UE va a Marruecos, frente al 40-70% de su sector exterior que depende de la UE. Hay mucho margen para ampliar la cuota de exportación.

Marruecos es otro de los grandes ejemplos de 'boom' económico en la región. Sólo lo supera Sudáfrica en crecimiento de la inversión internacional

En cuanto a Túnez, tras una revolución que ha puesto al país patas arriba, su Gobierno se ha puesto manos a la obra para facilitar la entrada de inversión internacional, y por eso negocia un plan con el Banco Mundial para simplificar la forma de hacer negocios en el país. “Los sectores clave son el turismo, las infraestructuras y la energía”, concreta el presidente de la CEOE internacional, Jesús Banegas.

En la zona extendida (la que incluye a países aún en plenas turbulencias como Egipto), que se conoce como MENA (Norte de África y Oriente Próximo, en sus siglas en inglés) existe, además, un polo de atracción extra para los financieros internacionales. El préstamo de los bancos a empresas de capitalización pequeña y mediana (SME) de la región es de tan sólo 8%, muy por debajo del 27% de la media de la OCDE. Muchísimas pymes y SME sufren la falta de crédito: se necesitarían entre 110.000 y 140.000 millones para aproximadamente dos millones de empresas de ese tipo, según un estudio de IFC / McKinsey.

Invertir en Marruecos, Argelia o Túnez entraña riesgos bien conocidos. Famoso se ha hecho ya el derribo de unas edificaciones en la ciudad de Agadir porque estropeaban la vista de un palacio recién heredado por el rey Mohamed VI. En general, la inseguridad jurídica es alta. La corrupción está totalmente extendida, como han denunciado empresarios españoles. En Argelia, siempre hay que contar con un socio local que muchas veces termina embaucando al extranjero ignorante e incauto. Sin embargo, los expertos consultados por El Confidencial creen que, si se toman las necesarias precauciones, la zona es un buen sitio para invertir en el medio y largo plazo. Los inconvenientes no son nuevos; el caso es posicionarse para aprovechar las aperturas jugosas que se avecinan.

“El norte de África empieza a estimular el apetito a largo plazo de los inversores”. Así titulaba recientemente el prestigioso Financial Times un reportaje en el que aseguraba que países como Argelia, Marruecos, Túnez o incluso Libia representan la nueva gran oportunidad de inversión, a pesar de que muchas personas consideran la zona del Magreb como “un lugar conflictivo al que mejor no ir”.

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