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Kiev pierde control en el este de Ucrania
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NO DESCARTA UN REFERÉNDUM SOBRE EL ESTADO

Kiev pierde control en el este de Ucrania

El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turnichov, ha firmado el decreto para lanzar una operación antiterrorista en todo el este del país

El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, ha firmado el decreto para lanzar una operación antiterrorista en todo el este del país. Previamente, Turchínov había propuesto a la ONU llevar a cabo la iniciativa de forma conjunta, durante una conversación telefónica con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Además, el presidente no descartó llevar a cabo un referéndum sobre la estructura del Estado ucraniano que podría coincidir con las elecciones presidenciales previstas para el próximo 25 de mayo.

La firma del decreto llega después de que el ultimátum dado por el Gobierno ucraniano para que los manifestantes prorrusos abandonen los edificios oficiales que mantienen ocupados en el este de Ucrania se cumplió este lunes a las 9.00 horas (8.00 hora peninsular española) sin que los separatistas dieran indicios de deponer su actitud, según testigos consultados por Reuters.

Un corresponsal de Reuters ha explicado que en la ciudad de Slaviansk, en el este de Ucrania, los manifestantes prorrusos no han dado muestras de querer poner fin a sus acciones y no han entregado las armas. En esta localidad, la bandera rusa todavía ondeaba a las 9.00 horas en el cuartel general de la Policía, uno de los dos edificios oficiales tomados por los separatistas. En ese edificio sigue habiendo hombres armados enmascarados que montan guardia en barricadas frente a ese edificio de la Policía. Además, este lunes por la mañana ha llegado un camión que ha puesto más neumáticos en las barricadas para reforzarlas.

El domingo por la noche, el presidente interino de Ucrania, Alexander Turchínov dio un ultimátum a los rebeldes prorrusos. Turchínov prometió una operación militar a gran escala para recuperar los edificios oficiales capturados en el este de Ucrania. Mientras tanto, su antecesor, el depuesto Víktor Yanukóvich, afirmaba desde su exilio ruso que Ucrania “tenía un pie en la guerra civil”.

¿Gobierno federal o unión con Rusia?

A la pregunta de hasta qué punto quiere el Donbás una Ucrania federal o incluso la unión con Rusia (dos opciones que se mezclan confusamente en los actos prorrusos), van llegando respuestas cada vez más crudas: desde las cintas de San Jorge que cuelgan de chaquetas y espejos retrovisores en Donétsk, hasta la toma de edificios oficiales por milicianos armados en diversas ciudades del este de Ucrania.

Este Maidán de signo contrario ha nacido militarizado y caótico; parece de clase humilde, claramente rusófono, fatigado por la depresión industrial y encendido por un Gobierno que consideran ilegal y fascista por la presencia en él de grupos de extrema derecha. Las zanjas abiertas por el terremoto político dejan salir conflictos de identidad, memoria y clase social que han cristalizado en acciones armadas, sin que se haya podido confirmar orquestación de ningún tipo.

Foto: Reuters
Esta politización anímica se ha notado en el flujo de información; de un lado y de otro han llegado a circular las mismas fotos de muertos y heridos con pies completamente diferentes. El Ministerio del Interior ucraniano anunciaba este mediodía las primeras víctimas de la “operación antiterrorista” lanzada para recuperar los edificios ofiales en Slaviansk; a continuación ha borrado la información de su página web. Ninguno de los periodistas que ha pasado varias horas en el centro de Slaviansk ha sido capaz de confirmar la operación militar, salvo el movimiento de tanques y helicópteros en los alrededores. Mientras escribo estas líneas, la cifra oficial es de un muerto y varios heridos.

El corresponsal del diario francés Le Figaro, Stephane Siohan, describía en Facebook su frustración tras haber pasado el día circulando por los lugares calientes del Donbás: "Slaviansk. Alucinación colectiva. Rumores, histeria, disparos sobre coches en la calle. Muertos, no muertos; fuerzas especiales, no fuerzas especiales; rusos, no rusos. Hace una hora, un tiroteo ha estallado en una calle no muy lejana, uno. Nadie es capaz de decir qué ocurre. Hora de volver a Donétsk".

El único ganador de la creciente inestabilidad en Ucrania es Rusia, cuyo discurso alarmista sobre la integridad física de los rusohablantes ucranianos puede cobrar cuerpo en cualquier momento

Quizás sea el juego de la imagen, donde un Gobierno aporrea la mesa para demostrar que tiene el control y que le importa la unidad nacional, sin que se implique totalmente. Lo mismo con los ultimátums. ¿Cumplirá su palabra el presidente? Ya hubo ultimátums en Crimea que no se cumplieron. El último el pasado viernes, cuando acabó el plazo dado por Kiev a los rebeldes prorrusos para que abandonasen los edificios oficiales de Donétsk y Lugánsk “por negociación o a la fuerza” (en palabras del ministro del Interior). No hubo asalto. El primer ministro viajó al este para pedir paz a cambio de más autonomía, con apoyo del magnate y rumoreado mandamás local, Rinat Ajmétov.

Los corresponsales extranjeros miraban billetes de vuelta a casa, cuando varias horas después la ciudad de Slaviansk inauguraba un efecto dominó de rebeliones armadas en la región del Donbás. En estos momentos los activistas prorrusos también controlan edificios administrativos en Mariupol, Yenákievo y Kramatorsk, y han intentado tomar el Ayuntamiento de Járkov.

Pérdida de control

Un signo más de la cada vez mayor pérdida de control gubernamental en el este de Ucrania. Sergei Taruta, el gobernador de Donétsk nombrado por Kiev para reemplazar la estructura deshecha de Yanukóvich, manda ahora desde un hotel, y el jefe de policía fue ayer obligado a dimitir por las presiones de prorrusos que terminaron asaltando la sede regional del ministerio del Interior. Los agentes locales destacan por su ausencia en torno a los edificios tomados y muchos de ellos portan en sus pechos la cinta de San Jorge.

Otra tarea candente del Gobierno interino es desarmar a las milicias que adquirieron notoriedad en las luchas de febrero en Kiev, como demostró ayer el grupo ultraderechista Pravy Sektor. Su líder, Dmytro Yarosh, no sólo llamaba este sábado a la “movilización total” para mantener la integridad de Ucrania; también amenazaba al Ejecutivo por haber traicionado en su falta de reacción hacia la rebelión.

Foto: Reuters
El único ganador de la creciente inestabilidad en Ucrania es Rusia, cuyo discurso alarmista sobre la integridad física de los rusohablantes ucranianos puede cobrar cuerpo en cualquier momento. Las rebeliones armadas en su frontera y las amenazas de Kiev dan a Moscú un cheque en blanco para actuar, y para llegar este jueves a Ginebra con mucho más peso diplomático que en las últimas semanas. Rusia lleva tiempo defendiendo la opción federal para una Ucrania estable, opción abrazada por uno de los candidatos presidenciales del Partido de las Regiones, Mijaíl Dobkin, y varias ramas rebeldes.

Desde que las protestas comenzaron en el Maidán hace ya casi cinco meses, la inestabilidad política en Ucrania tiene, por lo menos, un patrón: los grandes acontecimientos ocurren el fin de semana. Queda por ver si las fuerzas en conflicto seguirán la pauta los próximos días.

El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, ha firmado el decreto para lanzar una operación antiterrorista en todo el este del país. Previamente, Turchínov había propuesto a la ONU llevar a cabo la iniciativa de forma conjunta, durante una conversación telefónica con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon. Además, el presidente no descartó llevar a cabo un referéndum sobre la estructura del Estado ucraniano que podría coincidir con las elecciones presidenciales previstas para el próximo 25 de mayo.

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