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“Somos tu secretaria personal. Siempre que no vaya contra la ley, lo hacemos”
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EL BOOM DE LAS EMPRESAS PARA TODO

“Somos tu secretaria personal. Siempre que no vaya contra la ley, lo hacemos”

China vive el boom de las empresas para todo, unos pequeños negocios que han sabido identificar las nuevas necesidades de las crecientes clases medias

Foto: Un policía militar en medio de los pasajeros que caminan hacia sus trenes en la West Railway Station de Pekín. (Reuters)
Un policía militar en medio de los pasajeros que caminan hacia sus trenes en la West Railway Station de Pekín. (Reuters)

“Siempre que no vaya contra la ley, hacemos de todo”. Bajo este sencillo eslogan, cientos de pequeñas empresas han nacido en China en los últimos años para ahorrar tiempo a los ciudadanos y hacer sus vidas más fáciles. Se definen como empresas para hacer recados, pero la verdad es que los servicios que ofrecen son prácticamente ilimitados. Pueden hacerte la compra, regalarle flores a tu pareja, pagarte la electricidad, hacer cola en el banco o comprar billetes de tren por ti.

“Hace unos días ayudé a un cliente a entregar una bicicleta de montaña”, explica Su Ke, un joven que se lleva dedicando a este negocio desde mediados de 2013. En su caso se trataba de desplazar la bicicleta desde el sur de Pekín hasta el norte, cubriendo una distancia de unos 80 kilómetros. “En total necesité cinco horas. Desmonté la bicicleta e hice el trayecto en metro. El cliente me pagó 200 yuanes (24 euros)”, cuenta con satisfacción a este diario.

Estos pequeños negocios han sabido identificar las nuevas necesidades de las crecientes clases medias chinas. Conectadas permanentemente a internet, donde encuentran a estas empresas, y deseosas de un poco más de comodidad en sus vidas, están dispuestas a pagar algo de dinero por disfrutar de pequeños lujos

Aunque muchos de los encargos están relacionados con este tipo de entregas a domicilio, en otros casos se ofrecen servicios más originales. Uno de ellos consiste en acudir al rescate de aquellos conductores que han bebido más de la cuenta y no tienen cómo volver a casa. “¿Has bebido demasiado y no puedes conducir? Sólo hace falta que nos des la orden para que acudamos a tu servicio”, explica la página web de Niubang, con sede en Sichuan, en el centro-oeste de China.

Estos pequeños negocios han sabido identificar las nuevas necesidades de las crecientes clases medias chinas. Conectadas permanentemente a internet (donde encuentran a las empresas) y deseosas de un poco más de comodidad en sus vidas, están dispuestas a pagar algo de dinero por disfrutar de pequeños lujos. “Por llevarles una caja de condones y algo de bebida, algunos están dispuestos a pagar 100 yuanes (12 euros)”, dice a El Confidencial Yao Qi, cuya empresa de tres trabajadores opera en la zona de Shanghai.

Un hombre duerme en su negocio de reparación de bicicletas en Pekín (Reuters).Visitar a familiares enfermos o hacer colas

También en las obligaciones familiares han encontrado oportunidades de negocio. Hace dos meses, Yao Qi recibió un encargo para visitar a una enferma que se encontraba en el hospital. El cliente que hizo el pedido fue la hermana de la paciente, que vive en Estados Unidos y no podía viajar hasta Shanghai. El trabajo de Yao Qi consistió en hacerse pasar por amiga de la hermana, acompañar a la enferma durante tres días y darle conversación. En total, el precio por el servicio fue de 780 yuanes (92 euros). “En ocasiones no lo hago por el dinero, sino por echar una mano a la gente”, explica.

El ritmo frenético de las grandes ciudades chinas, unido a la falta de infraestructuras, explica también el surgimiento de estas empresas. En urbes como Pekín, una región con unos 20 millones de habitantes, se calcula que los ciudadanos necesitan de media 52 minutos para llegar al trabajo. Las grandes distancias, la superpoblación y los atascos de tráfico hacen que algunos pequeños trámites se puedan convertir en una pesadilla. Según Xiao Bi, una joven empresaria dedicada a este mundo de los recados, para pedir cita con un especialista en un hospital hay que hacer una cola de unas tres horas. Ella puede ahorrarte el trámite por unos 50 yuanes (6 euros).

En ese contexto de engorros diarios y largos trámites, aquellos que se lo pueden permitir prefieren emplear su tiempo en otras cosas. “Algunos clientes nos contratan porque no tienen tiempo, otros porque son demasiado vagos como para salir a la calle”, explica aEl Confidencialla señorita Zhang, quien montó su empresa a principios de 2013. Sus servicios también son muy valiosos para las personas que no viven en Pekín pero tienen que hacer trámites en la capital china, que de esta forma se ahorran el desplazamiento.

Una multitud hace cola para entrar en una estación de tren en Pekín (Reuters).

Pequeños y exitosos emprendedores

Aunque algunas pocas empresas, sobre todo las que se dedican a envíos, pueden contar con más de 10 empleados y realizar hasta 400 pedidos al día (especialmente durante las festividades más importantes, como el Festival de Medio Otoño o el Año Nuevo Chino), lo cierto es que la mayoría de estos servicios funciona de una forma bastante informal y amateur. En muchos casos las empresas no están registradas como tal y no pagan impuestos; la mayoría trabaja desde casa para ahorrarse el alquiler de una oficina; y muchas están formadas por grupos de dos o tres amigos con ganas de trabajar por su cuenta e intentar salir adelante.

Hace dos meses, YaoQi recibió un encargo para visitar a una enferma en un hospital. El cliente que hizo el pedido fue la hermana de la paciente, que vive en EEUU. El trabajo de YaoQi consistió en hacerse pasar por amiga de la hermana, acompañar a la enferma durante tres días y darle conversación. Cobró 92 euros

“Los que hacemos esto somos todos jóvenes. Trabajando en Pekín no puedes ganar mucho dinero, así que decidimos montar algo por nosotros mismos”, dice la señorita Zhang. En su caso, ella y su socio consiguen ganar al final del mes un total de unos 8.500 yuanes (algo más de 1.000 euros). Aunque no es una fortuna, es bastante más que el salario medio en Pekín, que en el año 2012 estaba en poco más de 3.000 yuanes al mes (355 euros). En la capital china, la mayoría de estos pequeños emprendedores son originarios de provincias cercanas como Hebei y Shanxi, quienes normalmente tienen más dificultades para abrirse un hueco y enriquecerse en la gran ciudad.

El relativo éxito de algunas de estas pequeñas empresas ha provocado que el fenómeno se extienda a todas las grandes urbes del país. Como lo único que hace falta para montar el negocio es anunciar los servicios en Taobao (la gran plataforma de venta online en China) o 56.com (una página de clasificados), prácticamente cualquier persona con un teléfono móvil puede buscar de esta forma una fuente de ingresos extra. En Guiyang, la capital de la provincia sureña de Guizhou, la prensa local hablaba a finales de 2013 de una saturación en el mercado.

“Siempre que no vaya contra la ley, hacemos de todo”. Bajo este sencillo eslogan, cientos de pequeñas empresas han nacido en China en los últimos años para ahorrar tiempo a los ciudadanos y hacer sus vidas más fáciles. Se definen como empresas para hacer recados, pero la verdad es que los servicios que ofrecen son prácticamente ilimitados. Pueden hacerte la compra, regalarle flores a tu pareja, pagarte la electricidad, hacer cola en el banco o comprar billetes de tren por ti.

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