Cuatro rebeldes que tumbaron un Gobierno
La oposición ucraniana obtuvo ayer dos de sus exigencias: la renuncia del primer ministro y de todo su gabinete y la derogación de las leyes antiprotesta
La oposición ucraniana se apuntó ayer una victoria. Con el Gobierno asediado por los disturbios que se extienden por todo el país, fue capaz de obtener de las autoridades dos de sus principales exigencias para poner fin a las protestas: la renuncia del primer ministro Nikolái Azárov y de todo su gabinete y la derogación de las leyes represoras que limitaban el derecho de manifestación.
Fueun día de júbilo para los manifestantes atrincherados en Kiev. Asediado por los enfrentamientos cada vez más violentos, el presidente Víktor Yanukóvich sacrificó a Azárovpara facilitar la salida de la grave crisis que sacude a la antigua república soviética desde noviembre. Además, en una concesión a los opositores para rebajar la tensión en las calles,una amplia mayoría de diputados de la Rada votó a favor de revocar la norma que restringía derechos fundamentalescomo el de reunión y expresión, una ley aprobada el 16 de enero de forma irregular (la votación se produjo con la tribuna de la Rada bloqueada por la oposición y sin mediar debate parlamentario) y que agravó los disturbios en la capital.
Pocas horas después del anuncio del Parlamento, Yanukóvich promulgaba no sólo la renuncia del primer ministro, sino la de todo el Gobierno, al que la oposición y los manifestantes acusan de dar la espalda a Europa por rechazar la firma de un Acuerdo de Asociación con la UE en favor del fortalecimiento de las relaciones con Rusia. Azárov, ruso de nacimiento, siempre defendió la suspensión del pacto con la Unión y el rechazo de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional, con el argumento de que habrían supuesto la ruina de Ucrania.
Puede que la oposición haya ganado una batalla, pero en Ucrania queda mucha guerra por delante. La cámara reanudará hoy sus sesiones, interrumpidas ayer por la tarde sin que se hubiera sometido a votación la ley de amnistía, otra exigencia clave de los opositores, que dejaría en libertad a la mayoría de ucranianos detenidos durante las multitudinarias manifestaciones. La negativa de Yanukóvich al acuerdo con la UE fue la chispa que encendió las protestas, pero ahora la oposición reclama también una remodelación del sistema y la renuncia del presidente. Esta lucha contra el Gobierno ha unido a grupos proeuropeos y líderes ultranacionalistas en el mismo bando. Y estos son algunos de los principales actores detrás de las barricadas.
El “puñetazo” de Vitali Klitschko
Podría decirse que el antiguo campeón del mundo de los pesos pesados es el representante más prominente del campamento de protesta en Maidán, la Plaza de Independencia de Kiev. Klitschko lidera la Alianza Democrática Ucraniana para la Reforma (UDAR), cuyo acrónimo significa “puñetazo”. Este partido proeuropeo quedó tercero en las elecciones parlamentarias del pasado año y hace campaña contra la corrupción rampante del Gobierno.
El exboxeador ha rechazado la oferta de Yanukóvich para ocupar el cargo de primer ministro interino, definiéndola como un gesto “envenenado” que pretende dividir a la oposición. Klitschko lleva una década criticando al presidente de Ucrania, acusándole de nepotismo y de sabotear deliberadamente los lazos del país con la Unión Europea.
“El sistema actual está diseñado para favorecer al clan, a la familia (el círculo cercano del presidente), y no a la sociedad en su conjunto. Yanukóvich no quiere un cambio. Dice que lo quiere. Pero también dijo que quería integrarse en Europa y aquello se convirtió en una estafa”, afirmó en una reciente entrevista. Klitschko, que planea presentarse a las elecciones generales de 2015, asegura que la única forma de detener las protestas es lograr que el presidente dimita.
Tyahnybok y la libertad de ultraderecha
El líder del partido ultranacionalista y de extrema derecha Svoboda aparece habitualmente junto a Klitschko como una de las figuras claves en las protestas. Su formación es la cuarta más importante de Ucrania, con 37 escaños de los 450 del Parlamento en su poder. Svoboda (Libertad) cosechó un éxito inesperado en las elecciones parlamentarias de 2012, al hacerse con un 10% de los sufragios.
Conocido anteriormente como Partido Nacional-Socialista, Svoboda todavía mantiene vínculos informales con otro grupo, los Patriotas de Ucrania, calificado por algunos como protofascista. Tyahnybok se promociona como un defensor ferviente de la cultura tradicional y el idioma ucraniano frente a las influencias extranjeras. Pese a que insiste en que no es xenófobo o antisemita, fue expulsado del Parlamento en 2004 tras proclamar que una “mafia judía y moscovita” controlaba el país.
Varios analistas señalan que la participación de Svoboda en las protestas contribuye a la división política de Ucrania; sus bases proceden mayoritariamente del oeste, mientras que los votantes del este y el sur los consideran extremistas. No obstante, Tyahnybok ha afirmado que espera jugar un papel fundamental en el futuro político del país.
La “Juana de Arco” de la Revolución Naranja
El segundo mayor partido de Ucrania, Fatherland (Patria), está liderado por la encarcelada ex primera ministra, Yulia Tymoshenko, la archienemiga de Yanukovich. La “Juana de Arco de la Revolución Naranja” fue condenada a siete años en 2011 por abuso de poder, sentencia interpretada por sus seguidores como una venganza política tras haber ayudado a revocar la elección de Yanukóvich como presidente en 2004 entre acusaciones de fraude electoral. Según la Corte, firmó contratos de suministro de gas con Rusia perjudiciales para Ucrania.
En noviembre, la Unión Europea exigió que Tymoshenko, que padece problemas de salud, fuese trasladada a Alemania para recibir tratamiento médico. Era una condición clave para la firma del Acuerdo de Asociación con la UE. Pero el Gobierno ucraniano nunca permitió que abandonase el país. Poco después, el presidente Yanukóvich anunció que retiraba totalmente el pacto con la Unión.
Desde entonces, Tymoshenko ha emitido varios comunicados desde la cárcel, pidiendo la dimisión del presidente e instando a la comunidad internacional a intervenir. “Si no, en Ucrania se construirá un cementerio de la libertad”, advirtió en diciembre. Tanto el Parlamento Europeo como activistas de derechos humanos han luchado por su causa. Sus críticos, sin embargo, afirman que el abuso de poder es sólo la punta del iceberg, asegurando que Tymoshenko amasó una fortuna gracias al sector energético en la década de los noventa.
Arseniy Yatsenyuk, el abogado que no pacta
Importante aliado de Tymoshenko, Yatsenyuk es el líder parlamentario del partido Fatherland. Este abogado de 39 años afirma que “no hay un acuerdo” sobre la mesa a pesar de que Yanukóvich le ofreció el puesto de primer ministro. Todo lo contrario. Anima a los manifestantes a continuar con las protestas hasta que se cumplan todas sus demandas.
“Estamos terminando lo que empezamos. El pueblo elige a nuestros líderes, no tú”, dijo en un tweet dirigido al presidente. Al igual que el excampeón de los pesos pesados Klitschko, Yatsenyuk aboga por una mayor integración en la Unión Europea y por combatir la corrupción en el país.
La oposición ucraniana se apuntó ayer una victoria. Con el Gobierno asediado por los disturbios que se extienden por todo el país, fue capaz de obtener de las autoridades dos de sus principales exigencias para poner fin a las protestas: la renuncia del primer ministro Nikolái Azárov y de todo su gabinete y la derogación de las leyes represoras que limitaban el derecho de manifestación.
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