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Intento de asesinato, compra de votos… la Justicia contra la quinta fortuna de Francia
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EL HEREDERO DEL IMPERIO DASSAULT

Intento de asesinato, compra de votos… la Justicia contra la quinta fortuna de Francia

Intento de asesinato, blanqueo de dinero, compra de votos... La tela de araña judicial se cierra sobre la quinta fortuna de Francia, el industrial Serge Dassault

Foto: Nicolás Sarkozy (d), acompañado por Serge Dassault (2i) en una imagen de archivo (Efe).
Nicolás Sarkozy (d), acompañado por Serge Dassault (2i) en una imagen de archivo (Efe).

Intento de asesinato, blanqueo de dinero, compra de votos, asociación de malhechores... La tela de araña judicial se cierra sobre la quinta fortuna de Francia, el industrial y senador de derechas, Serge Dassault, propietario del grupo de armamento que lleva su nombre y dueño del diario Le Figaro. Sólo la inmunidad parlamentaria ha vuelto a impedir que termine en la cárcel.

Serge Dassault, 88 años, heredó de su padre la empresa que fabrica los Falcon, los Mirage y los Rafale, entre otras joyas de la aviación de guerra francesa. Pero, como su padre, sabía que un "capitán de la industria"necesita de apoyos políticos para poder mantener los beneficios y, sobre todo, para evitar problemas judiciales.Por ello se presentó a alcalde de la ciudad de Corbeil Essonnes en 1995y se convirtióenSenador de la República por el partido que aglutina al centro-derecha de su país.

Como su padre, sabía que un capitán de la industria necesita de apoyos políticos para poder mantener los beneficios y, sobre todo, para evitar problemas judiciales. Por ello se presentó a alcalde de la ciudad de Corbeil Essonnes en 1995

Corbeil-Essonnes es una ciudad a treinta kilómetros del centro de París con mucha historia pero, como le sucede a la mayoría de las poblaciones de la banlieue, la degradación y la inseguridad han gangrenado los barrios surgidos del boom industrial apagado hace décadas.Y es aquí donde el heredero del imperio Dassault decide presentarse a la alcaldía. El candidato millonario fue recibido al principio con pedradas e insultos en los barrios más problemáticos.

Eso no le echó para atrás; enseguida encontró la fórmula mágica para ganarse el aprecio de los ciudadanos.Desde 1995 hasta su elección invalidada por la Justicia en 2008, Dassault ha sido acusado de comprar los votos de sus administrados.

Dinero y empleo para matones agitadores

Un rico no podía entrar en los guetos con el chófer y la chequera. Así que eligió a unos cuantos matones de barriada para que hicieran de distribuidores del maná entre los vecinos,a cambio de la adhesión política al Padrino. El sistema clientelista incluía también, por supuesto, la distribución de empleos públicos y apartamentos que la autoridad municipal le permitía otorgar.

Poco podían hacer sus rivales comunistas y socialistas para combatir sus "argumentos"entre los votantes locales.A los candidatos del Frente Nacional, siempre peligrosos para la derecha en los "ballotages", Dassault les integró hace años en su lista.

Serge Dassault no tiene fama de inteligente, pero sí de listo y, a veces, de ingenuo. Muchos se preguntan si nunca ha visto una película de mafiosillos, en las que los pequeños delincuentes que huelen el dinero fácil no se conforman jamás con el cierre del grifo.El caso es que alguno de los capos encargados de repartir el botín entre sus pares, se lo quedaba y despertaba las protestas de los estafados, que pedían cuentas al alcalde.

Apellido, dinero e inmunidad parlamentaria

La protección que le confería su apellido, su dinero y la inmunidad parlamentaria permitieron a Serge Dassault sortear las cornadas de algunos jueces valientes, a quienes sus superiores siempre intentaban calmar el ardor.La venganza de los caídes del gueto llegó gracias a la tecnología de supermercado. Algunos de sus administrados filmaron con cámara oculta sus conversaciones. En una de ellas, Dassault protestaba diciendo que él había ya pagado a uno para que distribuyera el dinero y que no pensaba pagar el doble.

Las cintas llegaron a manos de la prensa y a las autoridades político-judiciales les fue ya imposible frenar la investigación. Horas de grabaciones telefónicas ponen en evidencia el sistema Dassault. El anciano, se hace el despistado y sus abogados siempre encuentran una buena estrategia para detener el asalto judicial. Dassault reconoce que él ayudaba como hombre generoso, "a uno con 100.00 euros para abrir una pizzería, a otro con una cantidad parecida para que pudiera comprarse un apartamento…".

Ahí se descubrió otro asunto delictivo: el dinero de Dassault transitaba a veces por el Líbano antes de retornar a Corbeil-Essonnes. El supuesto blanqueo de dinero y la evasión fiscal se añadían ahora a la compra de votos.

A la presión de los juzgados el magnate de la aviación y de la prensa debía añadir el continuo chantaje de los delincuentes, que amenazaban con contar más a los periodistas si no recibían el precio del silencio. El capítulo más escabroso de este largometraje de serie se produjo hace justo un año.

Pistoleros a sueldo y la embajada de Marruecos

Dassault, su mano derecha y actual alcalde hereditario de Corbeil Essones, Jean-Pierre Bechter, y el número dos de la embajada de Marruecos en París, Riad Ramzi, celebran un almuerzo en la misma sede de la compañía. En teoría, van a hablar sobre la venta de aviones Rafale al Ejército de Rabat. En realidad, los tres personajes preparan un plan para hacer detener arbitrariamente a su llegada a Marruecos a dos de los chantajistas del patrón.

Una de las víctimas, Fatah Hou, se percata de la confabulación y amenaza a su vez con cantar los manejos para la compra de votos del senador-alcalde. Paga su osadía con plomo: es tiroteado en pleno centro-ciudad por otro delincuente, aún a sueldo del poderoso gestor municipal de Corbeil-Essones. Fatah no muere y el pistolero huye a Argelia.

Cuando Dassault se entera de la refriega, no puede detener la carcajada de satisfacción. Confiesa después, según dicen las grabaciones de la policía, que sí, que le dió un ataque de risa, y añade, "ese ya no nos tocará más los cojones".

Eligió a unos cuantos matones de barriada para que hicieran de distribuidores del maná entre los vecinos, a cambio de su adhesión política. El sistema clientelista incluía la distribución de empleos públicos y apartamentos que la autoridad municipal le permitía otorgar

Esta no sería un auténtica historia de cine si no se aderezara con el necesario toque novelesco que confiere la participación de la famiglia. Serge heredó el emporio Dassault de su padre, Marcel, quien a su vez se hizo rico en la posguerragracias a su alistamiento enla Resistencia. Los especialistas aseguran que Marcel se resistiótambién hasta el final a dejar la empresa en manos de su hijo, al que no consideraba muy capaz.

Los cuatro vástagos de Serge Dassault estarían ya hartos de las aventuras de su padre y se pelean por la sucesión como máximo dirigente del grupo. Los más atrevidos analistas no descartan que la acumulación de sinsabores judiciales del patriarca sea vista como el fin de la pesadilla para unos cachorros ávidos por heredar el mando y limpiarla empresa de los delitos paternos.

Serge Dassault ha pasado años como presuntodelincuente al frente de una de las joyas empresariales de Francia, de uno de los periódicos más influyentes, de una alcaldía y de un sillón en el Senado. Si un día la justicia consigue procesarle, uno de los lemas de la página web de Dassault Aviation dejará quizá de hacer reir: "La ética y la integridad son valores que mostramos día a día en nuestro comportamiento".

Intento de asesinato, blanqueo de dinero, compra de votos, asociación de malhechores... La tela de araña judicial se cierra sobre la quinta fortuna de Francia, el industrial y senador de derechas, Serge Dassault, propietario del grupo de armamento que lleva su nombre y dueño del diario Le Figaro. Sólo la inmunidad parlamentaria ha vuelto a impedir que termine en la cárcel.

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