El chavismo gana en votos pero pierde plazas importantes
Los candidatos del chavismo y la oposición madrugaron hoy para participar temprano en las elecciones municipales, unos comicios que por el momento presentan una asistencia moderada y menor que en anteriores procesos, después de dos votaciones con una par
Maduro ha pasado su revalida. El chavismo haganadolas elecciones municipales en Venezuela al sumar 5,1 millones de votos (49,2%) frente a 4,4 millones de votos (42,7%) de la opositora Mesa de la Unidad (MUD), que había planteado la elección como un plebiscito sobre el desempeño del presidente. El sucesor del fallecido Hugo Chávez ha ganadoen votos, pero no ha podido evitar quela oposición conquisteplazas importantes como Valencia, Barinas o Barquisimeto y retengala Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo, la segunda ciudad más importante del país.
La jornada se desarrolló con una participación del 58,9% de los algo más de 19 millones de votantes convocados en la jornadapara elegir a 337alcaldes municipales, un alcalde metropolitano, un alcalde de distrito y unos 2.500 concejales en todo el país,en una cita con las urnas en la que había mucho más en juego que cientos de alcaldías.
Maduro ganó en votos, aunque la oposición conquistó plazas importantes como Valencia, Barinas o Barquisimeto y retuvo la Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo
Sin aglomeraciones ni grandes incidentes, sin las habitualescolasdelas elecciones presidenciales, los venezolanos acudieron ayera votar, ocho meses después de que cerca de 16 millones de ciudadanos, prácticamente el 80% del censo, participaran en los comiciospresidenciales, los centros electorales abrieron de nuevo en un día soleado que arrancó con retrasos en la instalación de algunas mesas para la cita electoral.
Tras una larga jornada de votación que se prolongó más allá del horario previsto en no pocos colegios en los que, según establece la normativa electoral, hubo que esperar hasta que los votantes más rezagados pudieran depositar su voto, Maduro salió a celebrar lo que consideró una victoria de la democracia y contra la "desestabilización". "Este gran logro va a bañar de paz, de estabilidad, a toda Venezuela para el trabajo que tenemos que hacer en lo que resta de este año y el próximo año de 2014", indicó Maduro ante sus seguidores.
"Es una garantía nuestro triunfo, imagínense ustedes que hubiera ganado la derecha, ¿qué estaría pasando ahora?", agregó, recordando que la oposición había planteado la cita en términos de plebiscito sobre la gestión de Maduro en medio de la complicada situación económica que vive el país.
"Un país dividido" y sin dueño
Por su parte, el líder de la oposición Henrique Caprilesdestacó que en las elecciones solo participó un 58 % del electorado, lo cual no es para celebrar, y Venezuela queda como "un país dividido" y sin dueño. "Hoy nos tiene que quedar claro a todos los venezolanos y a todas las venezolanas es que este país no tiene dueño, que aquí ningún partido es dueño de Venezuela, ni del oficialismo ni de la oposición", indicó junto a los candidatos en Caracas de la oposición, que mantuvo los cuatro municipios de la capital.
"Este país no tiene un dueño (...) y este país dividido nos reclama de todos", agregó el también gobernador del estado Miranda (que abarca parte de Caracas), asegurando que no iba a entrar a hacer valoraciones en base a los números puntuales de la cita electoral. En su opinión, "salir con un discurso de amenaza y de intimidación", como hizo Maduro, es "querer desconocer lo que pasó el día de hoy, donde votó el 58% es decir, muchos venezolanos no salieron hoy a votar, no salieron a expresarse, eso hay que leerlo".
Los resultados, no obstante,indican que el arco opositor agrupado en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tiene por delante un camino lleno de obstáculos, con un Gobierno que domina la agenda política y que ha hecho del conflicto con la oposición uno de sus rasgos característicos.La lista de desafíos para las filas de Capriles en esta citaera larga,destacando el reto de volver a movilizar a su electorado tras la ajustada victoria de Maduro sobre su contrincante(unos 225.000 votos de diferencia) en las pasadas elecciones presidenciales.
Consciente de la importancia de la cita,la oposición llamóa su base electoral a volcar en las urnas este 8 de diciembre su descontento con el Gobierno y con una economía golpeada por la inflación más alta de la región ypor una escasez crónica de bienes básicos.
Sin embargo, los acontecimientosrecientes no le daban motivos para el optimismo. El fin de semana pasado realizó un ensayo para medir su poder de convocatoria conuna marcha en todo el país que apenas arrastró seguidores,un hecho que fue celebrado por el Gobierno. La oposición padececrecientes dificultades financieras y tiene graves problemaspara acceder a los medios.El cerco a la oposición se extiende también a sus fuentes de financiación, en un país donde no está previsto que haya recursos públicos para los partidos políticos.
A esto se suma la pérdida de una de sus principales tribunas mediáticas con un reciente cambio de los dueños del canal privado Globovisión, que dejó de cubrir en directo las actividades de la oposición, y una menor cobertura en diversas websde noticias.
La abstención, el mayor desafío
El dilema de laabstención erael mayor desafíoal que se enfrentan los candidatos de ambos bandos.Tras una una seguidilla de tres elecciones en los últimos 12 meses, el país llegóanímica y económicamente exhausto a esta nueva fiesta de la democracia. A la tradicional apatía que despiertan las votaciones locales se unierondos poderosos factores que conspiraron para que muchos no respaldaran la cita electoral.
En la oposición se ha vuelto a instalar el nocivo debate sobre si participar en “una farsa electoral” después de que su líder Henrique Capriles cantara fraude en las presidenciales de abril y se niegue todavía a reconocer al Gobierno del “urpador” Nicolás Maduro. El antichavismo ya probó esa ruta en 2005 al boicotear las legislativas como protesta por las condiciones electorales. El resultado: 75% de abstención y cinco años de travesía por el desierto que dejaron vía libre al avance de la revolución bolivariana.
Entre el chavismo también habíadudas, como demostró el frágil triunfo de Maduro. Es palpable que la fidelidad de muchos incondicionales del fallecido Hugo Chávezflaquea ante la nueva gestión revolucionaria, mientras los crecientes problemas económicos desmotivan a unas bases cuyas críticas con la gestión local de los socialistas ya no puden ser apaciguadas con el carisma del Comandante.
Maduro ha pasado su revalida. El chavismo haganadolas elecciones municipales en Venezuela al sumar 5,1 millones de votos (49,2%) frente a 4,4 millones de votos (42,7%) de la opositora Mesa de la Unidad (MUD), que había planteado la elección como un plebiscito sobre el desempeño del presidente. El sucesor del fallecido Hugo Chávez ha ganadoen votos, pero no ha podido evitar quela oposición conquisteplazas importantes como Valencia, Barinas o Barquisimeto y retengala Alcaldía Metropolitana de Caracas y Maracaibo, la segunda ciudad más importante del país.
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