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Las fronteras europeas de la muerte
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La vía italiana, más accesible que la española

Las fronteras europeas de la muerte

El mar de Lampedusa no es la costa de la muerte por casualidad. Lo es por decreto. Desde 1990, cerca de 9.000 inmigrantes se han ahogado frente a él

Foto: Coches fúnebres en el puerto de Lampedusa (Efe)
Coches fúnebres en el puerto de Lampedusa (Efe)

El mar de Lampedusa no es la costa de la muerte por casualidad. Lo es por decreto. Y, como dirían los Corleone de la cercana Sicilia (205 kilómetros), el mar hace que la muerte en Sicilia parezca un accidente. Desde el año 1990, cerca de 9.000 inmigrantes se han ahogado frente a sus costas, según datos oficiales. Sale a una media superior a un ahogado por día. Son inmigrantes. Inmigrantes de patera. O de barco. Como los quizá 300 (la cifra oficial dependerá del número de cadáveres encontrados, no de los que se queden en el fondo del mar) que han muerto esta semana tras incendiarse y volcar una barcaza en un mar donde todo parece un accidente.

Lampedusa ya ha visto llegar a sus costas muchos cadáveres flotando desde hace muchos años. En el invierno de 1996, 300 africanos se ahogaron tras chocar dos barcas. En 2011, fueron 250 los muertos en un naufragio. Quizá la primera cifra sea más casual. Pero desde el inicio de la Primavera Árabe de 2011, se rumorea (el fondo del mar no da datos fiables) que no son 9.000, sino unas 20.000 las personas pueden haber muerto ahogadas intentando llegar a esta isla. Esa es, al menos, la estimación que dan diversas ONG y organismos.

Carmen Navarro es diputada del PP, responsable de inmigración y almeriense. “Conozco el tema porque lo he vivido desde pequeña”, le dice al periodista. "¿Y cómo te sientes cuando acaban de morir quizá 300 personas? Algo estamos haciendo mal desde la UE", le pregunta él. “Tenemos que sensibilizarnos más. Se están dando pasos desde la UE. Incluso hemos conseguido que la Unión aporte un fondo a los países mediterráneos para intentar que esto no vuelva a ocurrir. Pero la realidad es tremenda”.

Sistemas de detección

Los mares de la muerte, en España, bañan las Islas Canarias, la costa malagueña y la almeriense, Algeciras a la cabeza. Sin embargo, en los últimos años la 'vía italiana' se ha convertido en más accesible. La razón la explica Fran Pérez, responsable de Inmigración de Izquierda Unida: “Marruecos se ha transformado en una especie de comisario político de España, y por eso hay más información y es más difícil que la gente se pueda embarcar desde allí para venir a España. Por eso la vía mejor es Italia. En todo caso, la política de la UE en este sentido es inhumana, desalmada y poco inteligente. Hay un control fronterizo tan grande en las costas que es ridículo decir que se han colado. Los ven y los dejan navegar hasta que se ahogan. Si no llegan, el problema está resuelto”.

Salvamento Marítimo traslada a algunos inmigrantes al puerto de Tarifa, en Cádiz (Efe)La diputada del PP Carmen Navarro está de acuerdo en que los sistemas de detección son formidables. “Se perciben los puntos de calor y se sabe cuándo y dónde hay un barco grande, con mucha gente. La Policía de Costas enseguida los detecta”. ¿Y por qué entonces pasan estas cosas?. Difícil respuesta. “También la policía está recibiendo información de Cruz Roja y de Acnur para saber cuándo va a salir un barco. Hemos mantenido las partidas presupuestarias con ellos, por ejemplo, por ese trabajo de colaboración que realizan”.

En el otro extremo político, Fran Pérez discrepa hasta la indignación: “Es una actitud totalmente hipócrita. Y ahora nos rasgamos las vestiduras porque hay 300 muertos. Hay patrullas de sobra [en el Mediterráneo]. Pero vigilan otras cosas. Nadie hizo ni caso a la alcaldesa de Lampedusa, que en los últimos años ya ha pedido muchas veces más medios a la UE para evitar estas tragedias. Y nadie le ha hecho caso. La UE dedica muy pocos medios reales al control fronterizo de la inmigración ilegal. Dejan las barcazas al albur de lo que pase. Si se ahogan, se ahogaron. Parece mentira que una organización de izquierdas como la nuestra le esté dando la razón a un Papa: cuando el Papa está denunciando que esto es una vergüenza, está denunciando el abandono y la inhumanidad. La política europea con este tema se puede resumir en una frase: si no llegan, no llegan”.

Descontrol en Libia

Desde el Ministerio del Interior, confirman que la política policial de colaboración con Marruecos se ha reforzado en los últimos años. Aunque no se prestan a confirmar que es una de las razones por las que el problema de las pateras se ha desplazado más hacia el este africano. Concretamente, hacia Libia. Tras la caída del régimen de Muamar el Gadafi, el descontrol en la fronteras libias es absoluto, confirman todas las fuentes consultadas menos el más prudente Ministerio del Interior. Fran Pérez cuenta la versión de Izquierda Unida: “Allí han montado una guerra miserable por el control del petróleo, y lo que está pasando con el tráfico de inmigrantes desde Libia hasta Italia tiene que ver con eso. Nosotros hasta hemos reclamado por vía parlamentaria un listado de las empresas españolas e italianas que, desde la caída de Gadafi, han firmado acuerdos con Libia. Sin respuesta”.

Las rutas de la inmigración africana hacia Europa dibujan un mapa en el continente negro con más carreteras de las que realmente existen. Desde Sáhara, Senegal, las dos Guineas, Sierra Leona, Senegal y Ghana se reciben inmigrantes procedentes de Nigeria, Camerún, Burkina Faso y Mali que se embarcan en la costa occidental africana hacia Canarias…. Los argelinos y los libios, y cada vez más los nigerianos, los emigrantes de Ghana, de Togo o de Chad, prefieren la ruta oriental hacia Malta, Lampedusa y Sicilia porque el trayecto marítimo es más fácil. Son los mares de la muerte. Ningún organismo europeo o internacional sabe cuántas personas mueren cada año en el hermoso Atlántico que azulea los mapas desde Liberia hasta las Islas Canarias. “Si la barcaza que se hundió en Lampedusa se hubiera hundido frente a las costas de Senegal o Mauritania, nadie nos habríamos enterado”, señalan fuentes de la policía especializadas en inmigración. Los muertos y el mar.

El mar de Lampedusa no es la costa de la muerte por casualidad. Lo es por decreto. Y, como dirían los Corleone de la cercana Sicilia (205 kilómetros), el mar hace que la muerte en Sicilia parezca un accidente. Desde el año 1990, cerca de 9.000 inmigrantes se han ahogado frente a sus costas, según datos oficiales. Sale a una media superior a un ahogado por día. Son inmigrantes. Inmigrantes de patera. O de barco. Como los quizá 300 (la cifra oficial dependerá del número de cadáveres encontrados, no de los que se queden en el fondo del mar) que han muerto esta semana tras incendiarse y volcar una barcaza en un mar donde todo parece un accidente.

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