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¿Por qué los alemanes votan por Merkel?
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SUS FIELES EXPLICAN LOS LOGROS DE LA CANCILLER

¿Por qué los alemanes votan por Merkel?

Angela Merkel se perfila como ganadora de las elecciones del domingo. Sus fieles nos explican las razones de su apoyo a la canciller de Alemania

Foto: Angela Merkel se dispone a pronunciar un discurso en un acto de campaña en Ausbur (Efe)
Angela Merkel se dispone a pronunciar un discurso en un acto de campaña en Ausbur (Efe)

Angela Merkel tiene un índice de popularidad del 67%. Las últimas encuestas otorgan al partido de la canciller, la formación democristiana CDU, el 40% de los votos de las elecciones federales de mañana. El 74% de los alemanes considera que ha hecho un buen trabajo al lidiar con la crisis europea. Incluso es la política favorita entre los menores de 18 de años. A no ser que haya una sorpresa mayúscula, este domingo será reelegida canciller por tercera vez consecutiva. Y todo ello sin ser especialmente carismática, manteniendo siempre un perfil bajo y prudente y mostrando cierta timidez a la hora de tratar con la prensa. ¿Cuál es el secreto de Merkel?

Casi el 10% de la población de Berlín es extranjera y, por tanto, no podrá votar en estas elecciones federales. Además, la ciudad ha estado gobernada desde hace 12 años por los socialdemócratas del SPD. En definitiva, no es el paraíso electoral de Merkel, y aun así no es difícil encontrar a 'fieles' de la canciller en la capital que expliquen por qué le entregarán de nuevo su voto. “Yo creo que su mayor éxito ha sido mantener a Alemania fuera de la crisis, sobre todo viendo cómo están otros países en la Unión Europea”, cuenta Klaus a El Confidencial para resumir de esta manera el sentir de los seguidores de Merkel.

“España debe hacer las reformas que hicimos aquí hace diez años”

Mientras pasea por las calles del barrio residencial de Charlotenburg, este alemán de mediana edad repite el mantra de los conservadores germanos: “Para mí, Alemania no está perjudicando a los países del sur, más bien todo lo contrario. Lo que pasa es que España, Italia, Grecia (…) tienen que hacer las reformas que hicimos aquí hace 10 años”.

Un hombre saca una foto a un cartel electoral con el rostro de Merkel cubierto con pintura negra tras un acto vandálico en Berlín (Efe).Es cierto que los datos macroeconómicos de Alemania son envidiables. Su tasa de paro se situó a finales del mes pasado en el 6,8%, y se encuentra en los niveles más bajos desde la absorción de la comunista RDA por parte de la República Federal. El desempleo juvenil se encuentra en el 8,1%, el porcentaje más bajo de toda la Unión Europea. Y, mientras el resto de países se estrangulan para reducir su déficit, Alemania terminó 2012 con un superávit del 0,2%. En estos datos se basan los mensajes electorales de Merkel que durante semanas se han podido leer por todo el país: “Deutschland ist stark. Und soll es bleiben” ("Alemania es fuerte. Y seguirá siéndolo"); “Gemeinsam erfolgreich” ("Juntos con éxito").

Lo que olvidan recordar a los alemanes los responsables de la campaña electoral de la canciller es que el país sigue sin salario mínimo y que hay cerca de 7,5 millones de los llamados minijobs, de los que casi 2,6 millones son realizados por personas que necesitan dos empleos para poder llegar a fin de mes.

“Alemania depende de que los países del sur vayan bien”

“Entiendo que la gente esté enfadada con Alemania, pero la austeridad es la única forma de equilibrar las economías y hacer que todo vuelva a ir bien. Es algo que aquí también necesitamos, porque Alemania depende de que el euro vaya bien y de que los países del sur vayan bien”, explica a este diario Michael, un abogado de 33 años. Según el Instituto alemán de demoscopia Infratest-dimap, el 58% de los alemanes piensa como este jurista berlinés, es decir, que su Gobierno está haciendo todo lo posible por mejorar la crisis del euro.

placeholder Militantes de Unión Cristianodemócrata (CDU) asisten a un acto de campaña electoral delante de la sede de su partido en Berlín (Efe).

Sin embargo, también hay algunos que ya empiezan a pensar de forma diferente, que ya están cansados de que “Alemania pague por todos”. Alternative für Deutschland (Alternativa para Alemania) es un partido que figuras conservadoras, cansadas de las 'sutiles' políticas de Merkel con los países del euro, crearon hace unos pocos meses con una sola finalidad: desmontar la eurozona tal y como la conocemos y permitir que únicamente compartan moneda aquellos miembros económicamente más potentes. Y parece que este mensaje empieza a calar en la sociedad germana, porque AfD ronda el 5% de votos necesarios para entrar en el Bundestag, el Congreso de los Diputados alemán.

La “mamá” germana

Otro de los aspectos con los que Merkel consigue la atracción magnética que reflejan las cifras es su personalidad. Reservada y correcta. Reflexiva, sin precipitación, pero con decisión. No son pocos los alemanes que se ven reflejados con su forma de ser. Y por si no bastara, su 'origen'oriental, puesto que ella se crió en la antigua RDA, le da ese halo de unidad y pragmatismo que tanto gusta en este país. De ahí que no extrañe que se refieran a ella como “Mutti”, "mamá" en alemán.

Numerosas personas muestran pancartas en las que se puede leer “No tengo claro aún que vaya a votar el domingo. Creo que ningún partido está diciendo verdaderamente lo que hará después. Pero si tengo que votar, votaré a Merkel, que es la que más estabilidad da al país”. Así se expresa Eva Reiter desde el corazón comercial de la capital germana, la calle Kurfürstendamm.

“A mí me gusta porque ha demostrado que es capaz de manejar todo tipo de situaciones, desde las más tensas hasta las más complicadas. Es una muy buena política”. Esta otra confesión llegaba desde donde menos se lo podría esperar uno: un mitin de sus rivales del SPD. Quizá por ello, la joven que expresaba estas ideas prefería no revelar su nombre.

La energía nuclear y otros golpes de timón

Uno de los puntos que los expertos han destacado en la forma de hacer política de Frau Merkel es su capacidad para cambiar de opinión sin que eso resulte en su contra. El mayor golpe de timón, en este sentido, fue el de la energía nuclear. Tras el desastre de Fukushima en 2011, la canciller decidió que su país tenía que emprender una revolución verde y cerrar todas las centrales nucleares hasta el año 2022. La medida fue aplaudida por los alemanes, a pesar de que antes ella había hecho campaña a favor de este tipo de energía, a pesar de que sus compañeros de Gobierno son abiertamente pronucleares y a pesar de que los Verdes y la SPD ya llevaban esa medida en sus programas.

Y no sólo eso. Desde entonces, la factura eléctrica de los ciudadanos germanos se ha disparado. Según el gremio de empresarios del sector energético, la Bundesverband der Energie und Wasserwirtschaft (Asociación Federal de Energía y Tratamiento de Agua), el coste para los ciudadanos se ha incrementado un 70% en 15 años. El tema se ha colado en las portadas de los diarios durante la campaña electoral, pero poco más. No ha conseguido erosionar la solidez de Merkel.

La canciller habla con varios ciudadanos durante un acto de campaña electoral en una plaza de Barth (Efe).Otro punto valorado por los ciudadanos es su pacifismo. Los alemanes, debido a su historia conocida por todos, son muy cautos a la hora de ver marchar a sus soldados. Merkel destacó por su rechazo a participar en cualquier tema relacionado con la intervención en la Libia de Gadafi y, ya en este 2013, fue muy precavida respecto al papel de Alemania en las crisis de Mali y Siria. No obstante, parece que este ‘no a la guerra’ no fue problema para sí intervenir en Afganistán y, sobre todo, para mantenerse como el tercer país que más armas exporta del mundo, por detrás de Estados Unidos y Rusia.

Su precaución y los buenos resultados económicos del país son los que han cimentado el aura casi mágica de Angela Merkel. Su sola presencia transmite estabilidad a gran parte de los ciudadanos alemanes, quienes al mismo tiempo recelan del humor y el sarcasmo de su principal rival en las elecciones, el candidato socialdemócrata Peer Steinbrück. “Necesitamos a Merkel, ella es la figura que necesita Alemania y Europa”, exclamaba Lisa Gradow, miembro de las juventudes de la CDU. Ella también se había infiltrado en el mitin del SPD, y aprovechaba la ocasión para repartir octavillas con la inscripción “Keep calm and vote for Angie” (“Mantén la calma y vota por Angela”) al tiempo que insistía: “Ella es la buena imagen que ha de representar a Europa. Sólo ella puede atraer los inversores internacionales que tanto necesitamos”.

Angela Merkel tiene un índice de popularidad del 67%. Las últimas encuestas otorgan al partido de la canciller, la formación democristiana CDU, el 40% de los votos de las elecciones federales de mañana. El 74% de los alemanes considera que ha hecho un buen trabajo al lidiar con la crisis europea. Incluso es la política favorita entre los menores de 18 de años. A no ser que haya una sorpresa mayúscula, este domingo será reelegida canciller por tercera vez consecutiva. Y todo ello sin ser especialmente carismática, manteniendo siempre un perfil bajo y prudente y mostrando cierta timidez a la hora de tratar con la prensa. ¿Cuál es el secreto de Merkel?

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