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China levanta una muralla contra las empresas occidentales
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SE SUCEDEN LAS ACUSACIONES POR CORRUPCIÓN

China levanta una muralla contra las empresas occidentales

La oftalmológica Alcon ha sido la última en su sumarse a la larga lista de empresas occidentales acusadas de corrupción, tras Danone y el caso GSK

Foto: Una estudiante china vestida con el uniforme del Ejército rojo participa en un concurso de canciones revolucionarias en Chongging (Reuters).
Una estudiante china vestida con el uniforme del Ejército rojo participa en un concurso de canciones revolucionarias en Chongging (Reuters).

La oftalmológica Alcon ha sido la última en su sumarse a la larga lista de empresas occidentales “corruptas”. Tras la investigación a la farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) por establecer una presunta red de sobornos en China, que se ha extendido después a otras firmas del sector, la prensa oficial del gigante asiático apunta también ahora a la compañía estadounidense, que pertenece al grupo suizo Novartis, como sospechosa de sobornar a médicos y centros sanitarios.

Según recoge hoy el diario oficial Shanghai Daily, Alcon ofreció a hospitales chinos fondos o becas para programas de prueba de tratamientos pos-clínicos para aumentar sus ventas de lentes intraoculares. Una fuente anónima citada por el periódico cantonés 21 Shiji Huanqiu Jingji Bao, ha presentado pruebas de que la compañía dedicó 1,4 millones de yuanes (171.194 euros) en el año 2012 a un programa de investigación con el que tentó a 200 hospitales de todo el país, incluidos algunos de los más prestigiosos como el Ruijin de Shangai o el Hospital Universitario Médico de Pekín.

La compañía ha reaccionado a estas acusaciones asegurando que llevó a cabo una investigación interna sobre el programa mencionado (bautizado como Estudio de Experiencia del Paciente) en la que “comprobó” que sus empleados actúan de acuerdo con la ley china y con sus estándares internos de comportamiento en esas operaciones.

Otros medios estatales del gigante han continuado en las últimas semanas sus propias investigaciones y acusaciones de sobornos a médicos contra firmas extranjeras, como ocurrió ayer mismo con la televisión nacional CCTV, que aseguró que la láctea francesa Danone pagó a personal de hospitales para que suministren la leche en polvo de su marca local a recién nacidos.

Una mujer china compra leche en polvo de la marca local de Danone en un supermercado en Pekín (Reuters).Protestas de la Cámara de Comercio de la UE

Tras el escándalo de GSK, las autoridades chinas empezaron a investigar también a la farmacéutica francesa Sanofi por presunta corrupción, y han visitado plantas de las danesas Novo Nordisk y Lundbeck, la belga UCB, la británica AstraZeneca y la estadounidense Eli Lilly. Un cuadro parecido al que se dibujó después de la encarcelación de cuatro altos directivos del gigante minero anglo-australianoRio Tintoen 2010.

La campaña ya ha provocado las protestas de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en Pekín, que tacha la investigación de “discriminatoria” por estar dirigida únicamente contra firmas extranjeras y no contra las farmacéuticas chinas.

Lo cierto es que las acusaciones y multas a multinacionales extranjeras se suceden. Tal y como publicó este diario, seis multinacionales del sector lácteo recibieron en agosto una multa récord por pactar sus precios: 668 millones de yuanes (82 millones de euros), a repartir entre empresas comola estadounidense Mead Johnson Nutrition, laneozelandesa Fonterrao la filial de la francesaDanone.

Policía china descubre sobornos en la farmacéutica británica gskLa Comisión Nacional de Desarrollo y Planificación de China, el órgano fiscalizador, las condenó por violar la ley antimonopolio. Las compañías admitieron los hechos. Sin embargo, otras tres firmas evitaron ser multadas porque“cooperaron con la investigación, rectificaron rápidamente y dieron valiosa información”,según señaló entonces Pekín.

Los casos anteriores -a los que se suman la reciente presión a 30 empresas extranjeras (General Electric, Microsoft, IBM e Intel, entre ellas) para que confesaran públicamente sus violaciones de la ley antimonopolio- apuntalan la teoría de que China ha declarado su guerra contra la corrupción empresarialsólo para atacar a las multinacionales y proteger su propia industria. El asunto no es descabellado y admite muchos matices, pero desvía el foco de lo sustancial: existen empresas extranjeras enclavadas en el gigante que atentan repetidamente contra la ley.

La oftalmológica Alcon ha sido la última en su sumarse a la larga lista de empresas occidentales “corruptas”. Tras la investigación a la farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) por establecer una presunta red de sobornos en China, que se ha extendido después a otras firmas del sector, la prensa oficial del gigante asiático apunta también ahora a la compañía estadounidense, que pertenece al grupo suizo Novartis, como sospechosa de sobornar a médicos y centros sanitarios.

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