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Todos contra Obama, el indeciso
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CADA VEZ MENOS RESPALDO AL ATAQUE A SIRIA

Todos contra Obama, el indeciso

Barack Obama ofreció ayer seis entrevistas de televisión con la intención expresa de persuadir a la opinión pública, al Congreso y a la comunidad internacional sobre la necesidad

Foto: El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en San Petersburgo (Rusia) (Efe).
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en San Petersburgo (Rusia) (Efe).

Barack Obama ofreció ayerseis entrevistas de televisióncon la intención expresa de persuadir a la opinión pública, al Congreso y a la comunidad internacional sobre la necesidad de lanzar misiles contra Siria. La impresión que dio es que es más bien él quien necesita ser convencido. La inseguridad e indecisión que ha transmitido su equipo de Gobierno en los últimos días ha logrado poner en su contra a prácticamente todo el mundo. Es un hecho: el presidente cuenta hoy con menos respaldos que nunca para castigar a AlAsad y ya parece dispuesto a aceptar una alternativa al ataque lo más digna posible.

Los últimos sondeos indican que apenas un15%de los estadounidenses defienden la intervención (eran un 20%hace una semana). Algo parecido ocurre en el Congreso, donde se está logrando lo inverosímil: unir en un mismo frente a demócratas izquierdistas, miembros del ultraconservador Tea Party y libertarioscomo Ron Paul. Aunque la voluntad de los legisladores es siempre volátil, los recuentos realizados a golpe de teléfono por la prensa estadounidense anuncian a un duro golpe en el pleno. Eso si es que la votación llega algún día a la Cámara Baja.Ni siquiera en el Pentágonoseduce la idea, que muchos generales consideran digna de un “aprendiz” de los juegos de guerra.

Menos respaldo internacional que Bush en Irak

Por no hablar de esteconfuso comunicadofirmado ya por25 países (incluida España) que la Casa Blanca pretende hacer pasar por una carta de apoyo a la intervención. Agitando dicho papel en medios de comunicación y redes sociales lo que demuestran es que no han conseguido arrancar a sus aliados nada mejor que un texto descafeinado y lleno de ambigüedades en el que se dice claramente que “el conflicto de Siria no tiene una solución militar (...) sino pacífica”. Un fracaso diplomático que hurga en una dolorosa verdad: el respaldo internacional que tiene Obama para atacar Siria es mucho menor al que consiguió George W. Bush para atacar Irak.

Muchos analistas señalan ya la puerta de atrás: la mejor opción que le queda ahora a la Casa Blanca es fabricar una excusa creíble, ponerle un lazo y sacarla a la calle. Recular olvidando las líneas rojas en Oriente Medio y la impresionante ofensiva mediática de las últimas semanas, así como el hecho de haber llamado a filas a los congresistas durante sus vacaciones de verano y de haber utilizado todos los adjetivos y argumentos posibles contra el régimen de Bachar Al Asad (incluído el del peligro para la seguridad de Estados Unidos). Se trataría de un mal menor para salir del entuerto, aún a sabiendas de que sus enemigos lo utilizarán para ensañarse con la caricatura de “bambi”.

placeholder Barack Obama participa en un encuentro con estudiantes en la Universidad de Binghamton (Reuters.

El boceto de una “salida honrosa” se dibujó ayer por casualidad y su gestación está a la altura del resto, fruto de la propia indecisión y la falta de claridad del equipo de Obama en el tema sirio. Todo empezó con un error de comunicación de Kerry, a quienuna periodista cogió desprevenidodurante una rueda de prensa al preguntar si hay algo que Siria podría hacer para evitar el ataque. El jefe de la diplomacia titubeó, se salió aparentemente del guión, y dijo sin mucha convicción que Al Asad podría librarse si“entrega todas y cada una de sus armas químicas a la comunidad internacional la semana próxima”.

El foco está sobre "la solución pacífica"

En una intervención para olvidar, Kerry declaró también que el ataque, de producirse, sería “increíblemente pequeño” y que la Casa Blanca prefiere siempre una “solución pacífica”. Mientras su gabinete preparaba una matización coherente, Rusia tiró de reflejos y propuso que Al Asad ponga su arsenal químico bajo control internacional. Horas después, Damasco se decíadispuesta a negociarlo. Presumiblemente, sería una salida aceptable también para Al Asad, que no necesita armas químicas para terminar de machacar a los rebeldes, pero cuya supervivencia si podría depender a medio plazo de Estados Unidos.

El fotógrafo mexicano javier manzano gana el premio pulitzerCuando Obama llegó a los estudios de televisión por la tarde, la idea de dar marcha atrás y encontrar una “solución pacífica” se había convertido ya en la pregunta que había que hacer, y a la que el presidente tuvo que responder varias veces. Obama no quiso desmentir a Kerry y aseguró que “considerará seriamente” la propuesta rusa, agregando que él “prefiere (desmantelar el arsenal químico de Asad) sin recurrir a la fuerza”. Después se esforzó por vestirlo como una muestra de que la presión de la amenaza militar está funcionado.

Malabarismos retóricos aparte, la indecisión ha paralizado ya el debate en el Senado. El líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, decidió suspender la votación programada para el miércoles hasta que en la Casa Blanca se aclare y les explique qué es lo que quieren hacer exactamente en Siria. Aún pueden pasar muchas cosas, cierto es. Está por ver si realmente Rusia quiere mediar, si Al Asad está dispuesto como dice a entregar el control de su arsenal y si las negociaciones prosperan. Pero la sensación que queda es que Obama está deseando acabar cuanto antes con el “expediente sirio” y dedicarse a las prioridades de su mandato y a asuntos en los que tiene las ideas más claras. Ya casi da igual que sea el Congreso, Putin o el propio Al Asad quien lo rescate del lío en el que se ha metido.

Barack Obama ofreció ayerseis entrevistas de televisióncon la intención expresa de persuadir a la opinión pública, al Congreso y a la comunidad internacional sobre la necesidad de lanzar misiles contra Siria. La impresión que dio es que es más bien él quien necesita ser convencido. La inseguridad e indecisión que ha transmitido su equipo de Gobierno en los últimos días ha logrado poner en su contra a prácticamente todo el mundo. Es un hecho: el presidente cuenta hoy con menos respaldos que nunca para castigar a AlAsad y ya parece dispuesto a aceptar una alternativa al ataque lo más digna posible.

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