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Egipto pierde sus últimos oasis turísticos
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LAS PIRÁMIDES Y LOS MUSEOS SIGUEN VACÍOS

Egipto pierde sus últimos oasis turísticos

Los empleados de la multitud de agencias de viajes existentes en la céntrica calle cairota de Talaat Harb ya no saben cómo matar el tiempo

Foto: Un carruaje espera turistas al pie de la Gran Pirámide de Giza en El Cairo (Reuters)
Un carruaje espera turistas al pie de la Gran Pirámide de Giza en El Cairo (Reuters)

Los empleados de la multitud de agencias de viajes existentes en la céntrica calle cairota de TalaatHarbya no saben cómo matar el tiempo. Los vestíbulos de sus negocios están vacíos. El tráfico continúa fluyendo en el exterior, pero turoperadores y turistas no abren las puertas de sus desangelados negocios para preguntar sobre la que durante décadas ha sido la demanda estrella en la ciudad: “¿Qué precio ofrecen ustedes para ir a las pirámides?” -se encuentran a poco más de media hora de El Cairo-.

La gente tiene miedo y lo entiendo”, explica en buen castellano Saleh Atris, un guía turístico del distrito cairota de Heliópolis, que ejerció como intérprete para grupos de españoles durante más de 20 años. “Estamos completamente parados, pero trabajamos para que esta segunda revolución que hemos vivido nos devuelva un país seguro y libre”, explica. Por sus palabras se vislumbra que Atris apoya el golpe militar que derrocó al presidente electo Mohamed Mursi. Mejor no adentrarse en cuestiones políticas, dice, centrémonos en el sector.

El turismo constituye tradicionalmente una de las principales fuentes de ingresos de la economía egipcia, ya que supone alrededor del 12% del producto interior bruto, sólo superado por ingresos generados por los royalties obtenidos por el paso del Canal de Suez y las remesas enviadas por los emigrantes que residen o trabajan en los países del Golfo Pérsico (en el pasado también desde Libia, donde antes de la caída de Muamar el Gadafi llegaron a vivir dos millones de egipcios).

Antes del derrocamiento del régimen de Hosni Mubarak -que gobernó el país con puño de hierro durante 30 años- la media de visitas anuales era de casi 14,7 millones de turistas, según el Instituto Nacional de Estadística egipcio. En 2011, esta cifra se redujo hasta los 9,8 millones y en 2012, se elevó hasta un 17%, para llegar a 11,5 millones de turistas anuales. No obstante, la inestabilidad generada en el país tras el derrocamiento de Mursi, el pasado 3 de julio, provocará, sin duda, una bajada drástica en el recuento anual. Y no sólo en cifras macroeconómicas, sino también en la economía familiar.

“Hay 4 millones de egipcios (de una población de unos 85 millones) que viven directa o indirectamente del sector turístico”, comenta Atris, que cuenta calamidades, como la historia de un amigo guía que antes de la revolución mantenía con su salario a 2 y 3 familias (la media de un guía puede rondar los 1.000 euros en un país con una salario medio de entre 200 y 300 euros mensuales) y ahora sobrevive, junto a los suyos, gracias a la exigua pensión de su madre. “Esto no es ninguna tontería”, añade Saleh. “En mi familia, que somos seis, tenemos suerte. Tiramos gracias al alquiler de una casa que recibí como herencia”, añade el guía.

Los turoperadores europeos dan la espalda al país

Ministerio de sanidad confirma 95 muertos y 874 heridos en choques en egiptoLa incertidumbre desencadenada por el golpe de Estado del pasado 3 de julio y, sobre todo, los múltiples episodios violentos que se han vivido por todo el país tras el desalojo forzoso de las plazas de Rabaa al Adawiya y Nahda el 14 de agosto han llevado a varios Gobiernos y turoperadores europeos a desaconsejar las visitas al país del Nilo.

Por ejemplo, el Gobierno alemán recomendó inicialmente a sus ciudadanos que se abstuvieran de viajar a El Cairo, a las principales ciudades y al delta del Nilo, aunque esta recomendación no afectaba a los enclaves turísticos del Mar Rojo y el sur de la península del Sinaí. Sin embargo, el pasado viernes desde el Ministerio de Exteriores alemán se aconsejó formalmente a sus ciudadanos que no viajen a ninguna parte del país, incluidos destinos hasta ahora ajenos a los incidentes, como Sharm El Sheij. “Incluso allí están cancelando reservas”, puntualiza Atris.

Tras este aviso, los grandes turoperadorescomoTUI yThomas Cookhan anunciado que suspenden todas las salidas hacia Egipto hasta mediados de septiembre. Estas compañías ya han contactado con aquellos clientes que tenían previsto viajar al país en las próximas semanas y les han ofrecido destinos alternativos.Por lo que respecta a los turistas que ya se encuentran en estos momentos en Egipto, fuentes de estas compañías han explicado que podrían finalizar sus vacaciones en los resorts, donde no se han producido incidentes ni revueltas significativas, tal y como ha ocurrido en las grandes ciudades. “Esperemos que la situación se resuelva y que volvamos a tener la seguridad de antes en Egipto”, concluye Atris. “Ojalá vuelva pronto el turismo y sobre todo nuestros amigos españoles”, suplica.

Los empleados de la multitud de agencias de viajes existentes en la céntrica calle cairota de TalaatHarbya no saben cómo matar el tiempo. Los vestíbulos de sus negocios están vacíos. El tráfico continúa fluyendo en el exterior, pero turoperadores y turistas no abren las puertas de sus desangelados negocios para preguntar sobre la que durante décadas ha sido la demanda estrella en la ciudad: “¿Qué precio ofrecen ustedes para ir a las pirámides?” -se encuentran a poco más de media hora de El Cairo-.

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