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10 países donde se habla (en serio) de legalizar la marihuana
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El congreso URUGUAYo APROBÓ ESTA SEMANA UNA LEY HISTÓRICA

10 países donde se habla (en serio) de legalizar la marihuana

En América, cada vez más personas defienden que acabar con la prohibición es la mejor manera de combatir la delincuencia ligada al tráfico de drogas

Foto: Activistas piden al Estado uruguayo no atrasar la legalización de la marihuana. (EFE)
Activistas piden al Estado uruguayo no atrasar la legalización de la marihuana. (EFE)

El Congreso de Uruguay aprobó esta semana unaley históricapara legalizar la producción, venta y consumo de marihuana. Aunque aún tiene que pasar por el Senado, todo parece indicar que la iniciativa va a salir adelante. No se trata de la excentricidad de un país pequeño y radicalizado. Al revés, es la expresión de un debate que ha prendido con fuerza en toda América, donde cada vez más personas defienden que acabar con la prohibición es la mejor manera de combatir la delincuencia ligada al tráfico de drogas.

Se parte de la base de que el cannabis es el negocio más rentable de los ultraviolentos grupos narcotraficantes. Para los cárteles mexicanos, por ejemplo, supone alrededor de un60%de sus ganancias. Un porcentaje que sigue creciendo, ya que mientrasel consumo de cocaína se desplomaen Estados Unidos, la marihuana es cada vezmás popularentre los jóvenes y despiertamenos fobiasentre los adultos.

También es un asunto de mentalidad, una transformación que está cambiando la percepción en casi todo el mundo occidental, pero sobre todo en América. La propia Organización de Estados Americanos (OEA) sorprendió a principios de verano con un informe en el que abordaba ladespenalización de las drogas blandascomo un escenario a medio plazo. “La idea es abrir un diálogo real sobre las políticas de drogas en el continente”, explicaba a El Confidencial hace un par de semanas Paul Simons, Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana para el Abuso de Drogas (CICAD), organismo dependiente de la OEA.

Estos son algunos de los países donde el diálogo avanza deprisa, con un caso “especial” de postre.

1. Estados Unidos

Aunque el Gobierno federal se opone por ahora de manera firme a la legalización de la marihuana y mantiene intactas las prohibiciones, cada vez más estados desobedecen su autoridad y aprueban leyes que lo contradicen. Los estados de Colorado y Washington (no la capital, que es Washington Distrito de Columbia, sino el estado de Washington, donde se encuentra Seattle) ya despenalizaronel uso de cannabis con fines recreativosy se preparan para regular su producción y venta controlada. Otros 20 estados permiten el uso y la venta con fines médicos mediante normativas bastante flexibles de la que se aprovechan decenas de miles de personas que se han hecho con el “carnet” necesariopara comprar en las tiendas especializadas.

La producción de marihuana se esta convirtiendo de hecho en un sector más de la economía estadounidense. Un sector que mueve ya miles de millones de dólares. Proliferan informes de mercado, gráficas de rentabilidad, fondos de inversión e incluso consultorías especializadas. También hay escuelas donde se aprende a cultivarla, e incluso bolsas de trabajo en internet para jornaleros en épocas de recolección. El número de productores legales supera los 4.000. De acuerdo con algunas encuestas, en torno a la mitad de la población aprueba su legalización (en estados como California el consenso es mucho mayor) y hay condados enteros entregados a la producción intensiva, muchos de ellos de manera irregular pero hasta cierto punto tolerada.

2. México

En el país más azotado por el narcotráfico también aumentan los partidarios de la legalización, a pesar de que el Gobierno federal sigue en contra. Dos expresidentes, Vicente Fox y Ernesto Zedillo, se han convertido en paradójica punta de lanza del “movimiento”. Paradójica porque, durante sus mandatos, ambos dedicaron enormes recursos y esfuerzos a luchar contra las drogas con métodos policiales. Han cambiado de opinión y ahora aseguran que la única manera de acabar con la violencia es abriendo un canal de distribución legal y regulando el consumo. Al debate, que ocupa las portadas de los principales diarios todas las semanas, se han unido destacados intelectuales, políticos, exfuncionarios y empresarios. En la Ciudad de México, donde gobierna el izquierdista Miguel Ángel Mancera, ya se ha abierto un diálogo institucional y algunos creen que podría aprobarse una ley que despenalice su usoantes de que acabe el año.

3. Uruguay

El Gobierno del presidente José Mujica parece dispuesto a que su país apruebe una ley única en el mundo, mucho más permisiva que la que ampara los famosos “coffee shop” de Amsterdam. El partido del exguerrillero Mujica tiene mayoría en ambas cámaras legislativas y todo parece indicar que sacará adelante el proyecto, que ha empezado a recibir por cierto lasprimeras críticasoficiales en el extranjero. Los uruguayos podrían cosechar, comercializar (en farmacias) y consumir marihuana de manera legal, en virtud a licencias otorgadas por el Estado. Se prevé limitar la venta a 40 gramos al mes por persona para evitar entre otras cosas el contrabando de salida. Uruguay no es en absoluto un estado fracasado, sino que presenta una de las economías más saludables del continente, unbuen índicede Desarrollo Humano y un envidiable puesto en el ranking de los países con menos corrupción del continente, según Transparencia Internacional. En este contexto, su decisión es recibida con respeto en el entorno.

4. Chile

Los congresistas del país con la economía más robusta de América Latina ya se han reunido en privado con sus homólogos uruguayos para estudiar la iniciativa. Aunque la opinión pública parece muy dividida entre partidarios y detractores de las drogas blandas, el diálogo está ya maduro y en 2007 se dio un primer paso hacia la despenalización. Por ahora sólo se tolera el consumo, no la producción y la venta.

5. Guatemala

Se trata de otro de los países azotados por el narcotráfico y con índices de delincuencia altísimos. Su presidente, Otto Pérez Molina, lanzó el año pasado un globo sonda y dijo públicamente que los países de Centroamérica deberían considerar legalizar la producción, el transporte y consumo de drogas como medida para acabar con la violencia. La biografía de Molina es otra muestra de que el debate no lo capitaliza la izquierda. Se trata de un candidato conservador procedente del Ejército: fue exgeneral y durante años se encargó de frenar el narcotráfico. Como Fox o Zedillo en México, ha dejado dicho que tratar de erradicar el mercado de las drogas mediante la militarización del territorio sólo produce violencia. Por ahora, sin embargo, ni su Gobierno ni su Parlamento han presentado iniciativas al respecto, se cree que por las presiones de Washington.

6. Colombia

Otro país cuya historia reciente está manchada por la sangre del narcotráfico y gobernado por un presidente conservador, Juan Manuel Santos, y uno de los socios más estables de Estados Unidos. En 2012, la Corte Suprema confirmó una norma ya existente según la cual la posesión de drogas para uso personal no es un crimen. El máximo permitido se estableció entonces en los cinco gramos de marihuana y un gramo de cocaína. Santos ha repetido desde entonces que hacen falta “nuevas estrategias” para afrontar el problema de las drogas y se ha mostrado de acuerdo en legalizar las drogas blandas pero sólo si otros países del entorno hacen lo mismo. Como otros dirigentes de la zona, defiende que la medida tendría que tomarse de manera consensuada con sus vecinos.

7. Ecuador

El mes pasado se despenalizó el consumo de drogas blandas. El presidente Rafael Correa ha dicho que apoya “parcialmente” la legalización y que la “guerra contra las drogas” ha demostrado ser un fracaso. Como algunos de sus colegas, lo prefiere debatir antes con el resto de países de la región y por ahora no se ha debatido ningún proyecto concreto sobre producción y comercialización en el Parlamento.

8. Argentina

En 2009, la Corte Suprema prohibió a la policía arrestar a personas descubiertas con pequeñas cantidades de droga para uso personal. Mientras tanto, el Parlamento argentino ha debatido varias propuestas de ley para apuntalar la despenalización del consumo de cannabis, aunque no su cultivo ni comercialización. La presidenta, Cristina Kirchner, se ha mostrado ambigua al respecto hasta ahora.

9. Portugal

Nuestros vecinos despenalizaron el uso personal de drogas en 2001 y han incrementado los programas de desintoxicación. Los excelentes resultados obtenidos, con una caída en picado de los adictos, han generado un intenso debate. La izquierda ha propuesto leyes concretas para legalizar la producción controlada y crear centros sociales “permisivos” similares a los de Ámsterdam. Aunque el Parlamento ha frenado dichas iniciativas, la causa sigue ganando adeptos y simpatías.

10. Holanda

Es el primer país occidental que abrió la mano a las drogas blandas(1979), convirtiéndose en meca internacional del turismo “canutero”.Al contrario de lo que se suele pensar, nunca se ha liberalizado laproducción o comercialización de marihuana sino que su consumo essimplemente tolerado cuando se realiza en privado o en los llamados"coffee shops". En estos espacios, la venta de pequeñas dosis estácontrolada y regulada. En los últimos años, el debate no ha avanzadodemasiado y ha recibido críticas dentro de la Unión Europea. En enerode este año se tomaron medidas para frenar el turismo "especializado",
limitando en algunas localidades la venta a los ciudadanos holandeses.

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*...yCorea del Norte

Suena a chiste y probablemente lo sea, pero en los últimos meses han proliferado rumores y fotografías sobre lasbolsas de marihuanacon las que se estaría recibiendo a algunos de los grupos de turistas extranjeros que entran en el país ermitaño. Como en otros países de Asia, el consumo de drogas se castiga en Corea del Norte con pena de muerte y la versión oficial del régimen es que allí las sustancias ilegales ni siquiera existen.

Hace ya varios años que se acusa al régimen de Kim Jong Un de haberreconvertido algunas de sus fábricas en laboratorios de metanfetaminaspara el mercado asiático, un negocio ilegal pero dominado por el Ejército y una manera desesperada de conseguir divisas extranjeras tras el derrumbe de la URSS. El culebrón ha tenido episodios surrealistas, como la denuncia de que diplomáticos norcoreanosestarían vendiendo drogasde incógnito en sus destinos en el extranjero. Según fuentes de relativa credibilidadcitadas en los últimos meses, la marihuana es hoy una droga de uso común entre los campesinos norcoreanos y el régimen no lo persigue ni castiga porque no considera el cannabis como una droga.

El Congreso de Uruguay aprobó esta semana unaley históricapara legalizar la producción, venta y consumo de marihuana. Aunque aún tiene que pasar por el Senado, todo parece indicar que la iniciativa va a salir adelante. No se trata de la excentricidad de un país pequeño y radicalizado. Al revés, es la expresión de un debate que ha prendido con fuerza en toda América, donde cada vez más personas defienden que acabar con la prohibición es la mejor manera de combatir la delincuencia ligada al tráfico de drogas.

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