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“Sólo nos marcharemos si nos matan a todos”
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LOS HERMANOS MUSULMANES, ANTE SU INCIERTO FUTURO

“Sólo nos marcharemos si nos matan a todos”

El almuerzo colectivo redime a los miles de fieles que no faltan a su cita en las últimas dos semanas. La llegada del Ramadán tensa aún

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“Sólo nos marcharemos si nos matan a todos”

El almuerzo colectivo redime a los miles de fieles que no faltan a su cita en las últimas dos semanas. La llegada del Ramadán tensa aún más las condiciones en el indefinido campamento que han organizado los Hermanos Musulmanes en el barrio cairota de Ciudad Naser. Comienzan a escasear las fuerzas para replicar a las proclamas. Pero al caer la noche, la resistencia se transforma en sumisión. Primero ante las plegarias del imán. Después a la arenga política del mismo.

En ese momento, decenas de miles de personas se postran en dirección a La Meca. Dejan a las mujeres, que acompañan a sus maridos, que ocupen los primeros puestos para evitar los empujones de la multitud. El ejército es completamente pacífico, pero algunos elevan la retórica hasta el calvario. “Los militares me dispararon esta semana con balines y no nos vamos a marchar a menos que nos maten a todos”, asegura Arab el Gazar, mientras muestra sus heridas en la cabeza.

La llamada a los suyos para defender la legitimidad del depuesto Mohamed Mursi se produjo antes incluso del golpe de los militares. Pero la matanza del pasado lunes marcó otro punto de inflexión. Los soldados acabaron a tiros con la vida de 50 seguidores de los Hermanos Musulmanes que cercaban el edificio de la Guardia Republicana, donde sospechan que está retenido Mursi. El movimiento islamista condenó el ataque y emitió un comunicado en el que pedía levantarse contra quienes perpetraron el golpe.

“Yo no los voté, pero ahora estoy aquí para defender la democracia”

La Fiscalía ordenó el arresto del guía supremo de la hermandad, Mohamed Badía, por incitar a la violencia, elevando la persecución contra sus miembros a las cotas más altas. El número de detenidos es confuso y se especula con que algunos de sus líderes se encuentran refugiados en el interior de la mezquita ubicada en el epicentro de las protestas. “Estamos ante una ley marcial. No nos vamos a rendir hasta que no restituyan a Mohamed Mursi -que ni siquiera sabemos dónde está- y liberen a todos nuestros líderes”, señala el portavoz del brazo político de la cofradía, Hamza Zauba.

El almuerzo colectivo redime a los miles de fieles que no faltan a su cita en las últimas dos semanas. La llegada del Ramadán tensa aún más las condiciones en el indefinido campamento que han organizado los Hermanos Musulmanes en el barrio cairota de Ciudad Naser. Comienzan a escasear las fuerzas para replicar a las proclamas. Pero al caer la noche, la resistencia se transforma en sumisión. Primero ante las plegarias del imán. Después a la arenga política del mismo.