Las cinco dudosas opciones de Snowden para llegar a Venezuela

Difícil elección la que debe tomar Edward Snowden. Si el hombre más buscado del momento acepta la oferta de “asilo humanitario” de Venezuela, su vuelo hasta el país amigo será una oportunidad de oro para sus perseguidores, una vez que el extécnico de la CIA abandone su santuario, el aeropuerto moscovita de Sheremetyevo, donde se refugia desde hace dos semanas. 

Tras la singular epopeya del presidente boliviano Evo Morales en su vuelo sobre Europa, con aterrizaje forzoso en Austria incluido, es más que probable que Snowden busque una ruta que no sobrevuele países aliados de Estados Unidos, que reclama su extradición desde que destapó el programa PRISMA de vigilancia masiva de comunicaciones e internet.

En respuesta a las ofertas de asilo de Bolivia, Nicaragua y Venezuela, la Casa Blanca advirtió este martes que Snowden “está acusado de un delito (espionaje) y no se le puede permitir ningún viaje internacional que no sea otro que su retorno a EEUU”. Washington sigue en contacto con todos los países que pueden ser “tránsito o destino final” del extécnico de la Agencia Central de Inteligencia. A medida que la presión norteamericana sobre la comunidad internacional se intensifica, la red alrededor de Snowden se estrecha. 

Incluso el sandinista Jacinto Suárez, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional de Nicaragua, reconoció esta semana la dificultad de la tarea de sacarle de la capital rusa. "Está en el aeropuerto de Moscú sin documentación. Primero, ¿cómo salir de ahí? Segundo, ¿cómo llegar hasta aquí? No es fácil", dijo.

A simple vista, Snowden tiene cinco opciones, ninguna de las cuales está exenta de riesgos. El diario Washington Post ha publicado un breve análisis de cada una de ellas, con sus pros y contras. El rotativo coincide en parte con lo adelantado por algunos analistas, que sugerían la posibilidad de que, en vez de la lógica ruta atlántica con escala en Cuba, Snowden y el país que le asile opten por cruzar Siberia y el océano hasta llegar a Caracas, eludiendo sobrevolar territorio de los aliados de Washington.

La ruta del contrabandista 

Sin duda, la opción más arriesgada, la más cinematográfica, sería para Snowden tomar un vuelo regular desde Moscú a La Habana y, después, a Caracas con la vana esperanza de no ser capturado. La ruta de vuelo le llevaría a entrar en el espacio aéreo estadounidense y también en el de varios aliados de Washington: Canadá, Noruega y Suecia. Un avión que realice este trayecto pasa varias horas en espacio aéreo norteamericano. Pros: es la ruta más rápida, barata y simple. Contras: como bien sabe Snowden, EEUU tiene una capacidad de espionaje inmensa. Además, hace semanas se especuló con que el extécnico de la CIA había tomado un avión a La Habana. Era falso. Probablemente, tenía razones para pensar que el vuelo entrañaba algún peligro.

La táctica antiimperialista

En esta alternativa, Snowden tomaría el mismo plan de vuelo que en la opción anterior, pero de forma pública, posiblemente en el avión de un líder venezolano de peso, implorando a su suerte que nadie le detuviera. La teoría es que las recientes acusaciones contra estados europeos de sumisión a EEUU podrían evitar que le obligasen a tomar tierra. Pros: no hay peligro de ser capturado si no estás escondiendo nada. Pones todas las cartas sobre la mesa. Pase lo que pase con el vuelo, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, quedaría como un valiente antiimperialista que resiste contra el imperio yanqui. Contras: si Evo Morales no pudo atravesar Europa porque se sospechaba que escondía a Snowden, trasladarlo de forma pública sería incluso más arriesgado.

El camino más largo

También bautizada como "la ruta escénica”, este hipotético plan de vuelo requeriría enviar un avión especial a través de una elaborada ruta ártica y atlántica (como muestra la fotografía) para evitar cualquier espacio aéreo excepto el ruso y el venezolano. Las estimaciones sobre la distancia a recorrer varían entre 6.835 y 6.924 millas. Pros: Es la mejor forma de evitar la extradición, ya que no sobrevolaría países europeos que pueden obligarle a tomar tierra. Probablemente utilizaría un avión privado. Contras: cara, potencialmente peligrosa y excesivamente peliculera. No hay muchos aviones que puedan realizar semejante viaje sin repostar. Algunos apuntan a que un jet Gulfstream V sería capaz de hacerlo, pero ese modelo cuesta decenas de millones de dólares. Además, la mayoría de los vuelos evitan pasar muchas horas sobre océano abierto y mucho menos tomar rutas que requieren utilizar la reserva de combustible por razones de seguridad. Por último, sobrevolaría varias islas del Caribe, algunas de las cuales pertenecen a Estados Unidos o a Gran Bretaña.

El Hail Mary del Pacífico 

El punto de partida es el aeropuerto Petropavlovsk-Kamchatsk, un aeródromo militar (y de uso civil) ubicado en el lejano Este ruso. Snowden podría llegar hasta allí desde la ciudad de Vladivostok, a la que viajaría en avión o en tren desde Moscú. Este aeropuerto no ofrece vuelos a Latinoamérica, pero sí la posibilidad de agenciarse una aeronave de envergadura. El exténico de la CIA tendría que contratar un vuelo especial (tal vez un avión incluso de mayor gama que un Gulfstream V) para una trayectoria por el Pacífico. Nicaragua es el punto amigo más cercano, a sólo 6.554 millas en vuelo directo, por espacio aéreo estadounidense. Una ruta indirecta podría llegar a las 7.000 millas. Pros: puede evitar espacios aéreos de sus perseguidores. No arrostraría ninguno de los riesgos de la ruta atlántica. Contras: son obvios, la ruta pacífica es tan extremadamente larga que necesitaría un vuelo especial en un avión especial. También debería pasar tiempo en Petropavlovsk-Kamchatsk, un lugar no muy recomendable para hacer turismo. 

Viaje por cuatro continentes      

Por último, Snowden podría escapar de Europa por el sureste, atravesando después países de Oriente Medio y África que son hostiles hacia EEUU, aliados de Rusia o, en algunos casos del África Occidental, narcoestados excesivamente corruptos como para obligarle a tomar tierra. Volar de Moscú a Teherán es sencillo; después podría coger un vuelo a Chipre. De ahí, a Sudán, y luego a algún país del África Occidental, desde donde Latinoamérica está a tiro de piedra. Pros: no sería una ruta peligrosa ni excesivamente cara. Podría tomar incluso vuelos comerciales, porque depende de países que tienen interés en que llegue a buen puerto. Contras: requeriría sobrevolar Egipto, cuya población puede ser antiamericana pero su Ejército depende por completo de la ayuda financiera estadounidense. Tampoco hay vuelos directos entre África Occidental y Venezuela, así que tendría que viajar a otro país latinoamericano. Además, atravesaría casi una docena de países en su periplo, y cada uno de ellos podría ser persuadido para entregarle.