México busca a cinco delincuentes comunes que violaron a las españolas “por diversión”

La urgencia por detener a la banda que violó a seis españolas en Acapulco ha alcanzado al Senado de la República, mientras la investigación de los hechos sigue acaparando la agenda de los responsables políticos de la perla del Pacífico y del Estado de Guerrero. La reputación de México y Acapulco como destinos turísticos parece depender estos días de que las autoridades sean capaces de poner a disposición de la Justicia a los hombres que, en la madrugada del lunes, asaltaron, violaron y robaron "por diversión" a un grupo de turistas españoles.

A la espera de que este jueves se puedan conocer algunos resultados de la investigación, las indagaciones parecen centradas en un grupo de delincuentes comunes, sin nexos con la delincuencia organizada del narcotráfico que también azota Acapulco. Ocho personas fueron interrogadas ayer, aunque no en calidad de detenidos, y según un jefe policial, se trataba únicamente de ver qué sabían "del asunto".

De acuerdo con la procuradora Martha Elba Garzón, responsable del organismo que lleva a cabo la investigación, el móvil del ataque al bungaló fue "el robo, el llegar a divertirse". "Sabemos que este grupo de jóvenes una vez que cometen fechorías empiezan a tomar botellas de mezcal en el lugar", afirmó Garzón en declaraciones al noticiero radiofónico Fórmula de la Tarde, recogidas por el diario El Sur. Asimismo, señaló que poseen "indicios firmes", y que "no habrá tolerancia con ningún grupo que cometa un hecho tan aberrante".

Al menos cinco criminales armados atacaron a un grupo de trece españoles y una mexicana cuando descansaban en una casa junto a la playa, en la zona de Acapulco conocida como Diamante. Ataron con cables a los hombres y violaron repetidamente a las seis españolas. Después de varias horas de torturas huyeron dejando amarradas a las víctimas. De acuerdo con la procuradora, la turista mexicana se salvó de ser violada gracias a su nacionalidad. 

Tras las indignantes declaraciones que realizó en un primer momento el alcalde de Acapulco, Luis Walton, en las que aseguró que estos casos ocurrían en cualquier lugar del mundo, los responsables políticos han tratado de lanzar un mensaje de firmeza contra los criminales y de solidaridad con las víctimas y la comunidad española. El propio Walton reconoció las carencias de seguridad que existen en la zona, y reclamó ayuda al presidente Peña Nieto.

15.000 violaciones denunciadas al año en todo el país

La tragedia también alcanzó la agenda de los dos principales partidos de la oposición, PAN (derecha) y PRD (izquierda), en el Senado. Así, diversos portavoces de ambas formaciones se dirigieron a los medios de comunicación para reclamar que se investigue hasta el final y expresar su preocupación por la integridad de las mujeres, así como por la imagen que se proyecta de México.

Asimismo, la Comisión de Equidad e Igualdad de Género del Senado reclamó un "pronto esclarecimiento de los hechos", e incluso llegó a abrir el debate sobre un endurecimiento de las penas en los estados para este tipo de delitos. Y es que, la agresión sufrida por el grupo de turistas españoles ha devuelto a primera plana la violencia contra la mujer en México. Ayer, una información del diario La Jornada, recordando que cada año se denuncian 15.000 violaciones en el país, obtuvo una notable repercusión en los medios de Internet, donde también se sigue al minuto el caso de las turistas españolas.

Pese a la conmoción que ha supuesto la violación en grupo a las seis turistas, la violencia sexual no es una excepción en las estadísticas criminales de México. Durante los primeros meses de 2012 se denunciaron entre 23 y 34 mensuales en el Estado de Guerrero, pero en todo el país la cifra sube hasta 15.000 denuncias anuales. En 2009, de acuerdo con los datos recogidos por las agencias del Ministerio Público, se registraron 14.829 violaciones, pero en el capítulo de "otros delitos sexuales" se detectaron otros 18.783 casos. La gran pregunta que no pueden responder las estadísticas es cuántos abusos quedan en la oscuridad, sin que víctima tuviera la oportunidad de denunciar.