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“No nos vendemos bien. Hay más inversión española en EEUU que de EEUU en España”
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'EL CONFIDENCIAL' ENTREVISTA AL EMBAJADOR EN WASHINGTON

“No nos vendemos bien. Hay más inversión española en EEUU que de EEUU en España”

Un día después del triunfo de Barack Obama, el embajador de España en EE.UU. recibe a El Confidencial en las oficinas de la Avenida Pennsylvania, en

Foto: “No nos vendemos bien. Hay más inversión española en EEUU que de EEUU en España”
“No nos vendemos bien. Hay más inversión española en EEUU que de EEUU en España”

Un día después del triunfo de Barack Obama, el embajador de España en EE.UU. recibe a El Confidencial en las oficinas de la Avenida Pennsylvania, en Washington DC. Ramón Gil-Casares ha sufrido en esta campaña las alusiones a España como modelo a evitar por parte de Mitt Romney, pero también ha escuchado en boca del inquilino de la Casa Blanca el “no podemos permitir que España se derrumbe”.

“La Administración Obama está apoyando las medidas que ha tomado el Gobierno español”, asegura Gil-Casares. “Ellos tienen una política monetaria un poco más expansiva de la que tienen algunos socios de la Unión Europea, pero son muy comprensivos con la posición española y están mandando mensajes en este sentido”.

En su opinión, los responsables económicos del Gobierno norteamericano “saben que algunas causas de la crisis son españolas, pero que ahora las dificultades para salir no son tanto nuestras, al pertenecer al euro, con una política monetaria que nuestro país no controla”.

¿Hay alguna medida concreta, algún contacto al margen de esos mensajes? “España tiene reuniones en el marco del G20 y en el Fondo Monetario. Hay un especial interés por la situación de España y, a partir de ahí, ellos nos cuentan cómo lo ven y nosotros les damos nuestra opinión”. “Especialmente en los momentos duros, como en el pasado mes de julio, Obama habló, creo que cuatro veces, con Rajoy y hubo contactos a todos los niveles”, añade.

El embajador de España no ha permanecido impasible ante las alusiones a nuestro país durante la campaña. Cuando Romney nos acusó de un excesivo gasto público, Gil-Casares intervino para aclarar a los asesores del republicano que “España tiene menos gasto público que Inglaterra, Francia, Italia o Alemania. Lo que ocurre es que en las elecciones uno va buscando el elemento que atraiga al votante, como también en España se han mencionado otros países para advertir de las consecuencias de determinadas políticas. Y no es que haya ninguna animadversión hacia ellos”.

 “España tiene empresas en sectores innovadores de EE.UU.”

¿Cómo podemos contrarrestar esa imagen? “Aquí nos pasamos las 24 horas del día hablando con representantes de think-tanks, con empresarios, con medios informativos... Les enseñamos las cifras y las reformas que se han hecho”, afirma Gil-Casares.

Nuestro diplomático se empeña en recalcar que “si España estuviera en una situación tan negativa no tendríamos tantas empresas invirtiendo en EE.UU., no tendríamos una estación meteorológica en una misión de la NASA, no estaría la mejor empresa de biotecnología del mundo en materia de plasma, no estaría el mejor banco de la zona euro, las constructoras que hacen autopistas… Cuando explicas todo esto, a los americanos les choca”.

¿Qué está fallando entonces? “A lo mejor no lo hemos sabido vender todo lo bien que lo deberíamos hacer y espero que ahora se haga ese esfuerzo. En España tenemos un dicho medieval, ‘el buen paño en el arca se vende’, que es mentira. El buen paño hay que sacarlo del arca y ponerlo en un escaparate con luces de neón para que se vea. La realidad es que hay gente muy interesada en invertir en España, pero esperan más claridad con el futuro del euro”.

Y falla la imagen, ya que “la realidad es que hay 300 empresas españolas en EE.UU. que emplean de forma directa a 70.000 personas y a 300.000 de forma indirecta, muchas de ellas en sectores innovadores. En estos momentos hay más inversión española en EE.UU. que de EE.UU. en España”, recalca el embajador español.

“Debemos aprender del sistema educativo norteamericano”

Entonces, ¿qué debemos aprender de los americanos? “Tenemos mucho que aprender de su sistema educativo. Este es un país que tiene las mejores universidades del mundo, pero también un buen nivel en Primaria y Secundaria”, afirma Gil-Casares.

A su juicio, “aquí los jóvenes saben que tienen que estudiar y no se contempla la historia de que ‘al final al pobre niño hay que aprobarle pase lo que pase’, una cultura que nos ha llevado a la situación en la que estamos”. También recuerda que durante la campaña presidencial “los dos candidatos pusieron un gran énfasis en su modelo educativo, con unos objetivos que plantean la responsabilidad personal de cada niño. Es algo que nosotros no hemos sabido desarrollar en España”.

El auge de los hispanos en EE.UU., determinantes en la reelección de Obama, es un fenómeno que se observa con interés desde la embajada española. “Ellos nos entienden a los españoles mejor que al resto de los norteamericanos y tienen simpatía hacia nosotros. Es un capital que no podemos desaprovechar”.

Gil-Casares promueve los contactos con esta comunidad hispanohablante. La noche anterior a esta entrevista, en la celebración de los resultados electorales en la residencia del embajador, tuvo como invitados a representantes de cámaras de comercio hispanas. Asegura que están “muy interesados en entrar en contacto con empresas españolas”.

También acudieron a esa cita representantes de los dos grandes partidos y de otros países europeos. Y el diplomático español confiesa que vivió un momento “difícil como anfitrión” cuando algunos jóvenes demócratas celebraron con demasiada efusividad los resultados. Afortunadamente, la hospitalidad española templó los ánimos.

Un día después del triunfo de Barack Obama, el embajador de España en EE.UU. recibe a El Confidencial en las oficinas de la Avenida Pennsylvania, en Washington DC. Ramón Gil-Casares ha sufrido en esta campaña las alusiones a España como modelo a evitar por parte de Mitt Romney, pero también ha escuchado en boca del inquilino de la Casa Blanca el “no podemos permitir que España se derrumbe”.