Obama se impone a Romney con una ventaja de casi 100 votos electorales

Los estadounidenses han apostado por Barack Obama. El actual inquilino de la Casa Blanca fue reelegido anoche con al menos 303 votos electorales, una cifra más holgada de lo que apuntaban los sondeos, y tras superar al aspirante republicano, Mitt Romney, en casi todos los estados bisagra, aquellos considerados claves en la carrera por la presidencia. Según el recuento provisional, Obama ha superado extensamente los 270 votos necesarios para ocupar el Despacho Oval, con victorias en 25 estados y en el Distrito de Columbia. En el otro bando, su rival del partido elefante logró 206 votos electorales de 23 estados.

Sin embargo, la victoria del demócrata en el voto popular no ha sido tan amplia. Obama ha obtenido 55.800.695 votos, según los últimos datos, frente a los 54.500.560 de su contrincante. En cuanto a los nueve estados cruciales que estaban en juego, el presidente se ha adjudicado siete: Nuevo Hampshire, Iowa, Colorado, Nevada, Ohio, Virginia y Wisconsin. Para Romney se ha ido Carolina del Norte, un estado de tradición republicana pero que se decantó por Obama en 2008, mientras que Florida todavía no está decidido. En una carrera electoral que se preveía de las más reñidas de la historia de EEUU, el presidente se aseguró su reelección pasadas las 04:00 de la madrugada, cuando se selló su victoria en Iowa y Ohio, el "estado más clave entre los estados clave".   

Desde el año 1960, ningún candidato ha entrado en la Casa Blanca sin imponerse también en Ohio, que aporta 18 votos electorales y que anoche permitió a Obama asegurarse la cifra mágica de 270. En 2008, cuando encandiló al mundo con sus promesas de cambio y ganó las elecciones que le convirtieron en el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos, Obama logró 365 votos electorales frente a los 173 que obtuvo su rival de entonces, el republicano John McCain.

Así, la noche electoral ha quedado cerrada, a falta de los recuentos en Florida, Virginia (otros dos 'swing states'), Colorado, Nevada y Alaska. 

La economía, contra Romney

Romney, el candidato del Glorioso y Viejo Partido, no ha logrado romper con su imagen de millonario elitista. En cualquier calle de Estados Unidos o en la puerta de cualquier colegio electoral es frecuente escuchar frases del tipo “Romney no va a ayudar a los más pobres” o “es el hombre de las grandes empresas y va a favorecer a los ricos”. Al republicano tampoco le ha ayudado la positiva evolución de la economía estadounidense en los últimos meses. 

Tal y como pronosticaban las encuestas de los últimos días, Obama ha sabido contrarrestar el prestigio de Romney en el terreno económico. El vídeo de cámara oculta en el que el candidato republicano consideraba muy difícil obtener el respaldo de gran parte de la población porque “el 47% de los norteamericanos son ‘dependientes’ del Estado” ha hecho un daño irreparable a su campaña. La imagen de rico empresario que no se preocupa de la gente más necesitada ha calado hondo entre la ciudadanía estadounidense.

El problema que tendrá que afrontar Obama desde el próximo 20 de enero, cuando inicie oficialmente su segundo mandato, será lidiar con una mayoría republicana más amplia en la Cámara de Representantes de la que ha sufrido hasta ahora y que ha frenado sus proyectos. Hay que recordar que las elecciones a la presidencia de EEUU son distintas de las del Congreso, cuyos miembros son elegidos por distritos dentro de cada Estado.

Por otro lado, la oposición al rescate de la General Motors ha sido definitiva para derrotar al republicano en Ohio, un estado que guardaba la llave de la Casa Blanca. Obama ha luchado a cara de perro por defender su gestión hasta conquistar los 18 compromisarios en disputa en el “estado más clave de todos los estados clave”.

En los momentos de crisis, de catástrofes o desastres naturales, los ciudadanos miran hacia sus gobernantes. Ocurrió con George W. Bush, quien alcanzó su mayor nivel de popularidad tras el 11-S, y ha ocurrido con Obama tras el huracán Sandy. La actitud de liderazgo que transmitió el presidente demócrata, visitando las zonas más castigadas junto a un gobernador republicano, ha realzado el papel de firme líder en el Despacho Oval.

Los republicanos deben aprender español y conquistar a las mujeres

Al igual que en 2008, los hispanos han entregado su confianza a Obama con una abrumadora mayoría. Según la web Latino Decisions, el mayor margen obtenido por el demócrata sobre su rival se dio en el feudo de Romney, Massachusetts, donde el mandatario logró el 89% de los votos de la población hispana votante por tan solo un 10% de su contrincante. A continuación se sitúan territorios como Ohio y Nevada, con apoyos del 82 y el 80%, respectivamente.

La derrota de Mitt Romney tiene que hacer reflexionar al Partido Republicano sobre su actitud de cara a la comunidad de origen hispano. El voto de este sector supone un 10% del total de los votantes en los EEUU y se decanta mayoritariamente hacia el bando demócrata. Hace cuatro años suponía un 4% y la estimación es que en 2016 alcance en torno al 16%, ya que es el grupo de población con más crecimiento. 

Este cambio demográfico está produciendo un cambio de color en muchos estados que hasta ahora respaldaban tradicionalmente a los conservadores. Si los republicanos no son capaces de atraer a ese electorado hispano, si no cambian las políticas de inmigración, tendrán muy pocas posibilidades de conquistar la Casa Blanca en el futuro. Los nombres de Susana Martínez y de Marco Rubio, dos de las estrellas hispanas de los republicanos, se barajan como piezas claves para diseñar un nuevo partido, con capacidad de cambiar la tendencia de los últimos años.

Otro de los obstáculos que deben superar los republicanos es el escaso atractivo entre las mujeres. Las encuestas a la salida de los colegios electorales reflejaban ayer una diferencia de sexos preocupante, con el 54% del voto femenino en manos de Obama, frente al 44% de Romney. La tendencia no es nueva, pero se mantiene con cada nueva elección.