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El mayor reto del nuevo presidente de EEUU será evitar el abismo fiscal
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FORTALECER LA ECONOMÍA Y RETIRAR LOS ESTÍMULOS, ASUNTOS PENDIENTES

El mayor reto del nuevo presidente de EEUU será evitar el abismo fiscal

El nuevo presidente de Estados Unidos deberá ponerse a trabajar de inmediato en los importantes retos de la primera economía del mundo, pese a que los últimos datos

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El mayor reto del nuevo presidente de EEUU será evitar el abismo fiscal

El nuevo presidente de Estados Unidos deberá ponerse a trabajar de inmediato en los importantes retos de la primera economía del mundo, pese a que los últimos datos presentados antes de las elecciones indicaban cierta mejoría. Y el principal asunto que debe resolver, aunque no el único, es el del déficit fiscal.

El nuevo líder estadounidense debe lograr que el país recupere el impulso y reducir un desempleo en niveles históricamente amplios, pese a la mejora de los últimos meses. También tendrá que preparar una estrategia de salida de las medidas de estímulo que ha puesto en marcha la Reserva Federal (tres rondas de quantitative easing).

El PIB de Estados Unidos creció en el tercer trimestre un 2,5% más de lo previsto, según los datos publicados a finales de octubre. El dato de desempleo dado a conocer el viernes pasado también indica una mejoría del mercado laboral, aunque la tasa de paro subió una décima hasta el 7,9%.

Los datos del mercado inmobiliario muestran una mejora de los precios en el último mes del que hay cifras disponibles. Y los pedidos industriales también crecieron en septiembre al mejor ritmo en más de un año. Son buenas noticias que Barack Obama ha utilizado en la recta final de la campaña para vender ‘brotes verdes’.

Pero no todas las cifras son positivas. El gasto público registrado entre julio y septiembre aumentó un 3,7%, la mayor subida desde 2009. Y en lo que se refiere a la industria, los planes de gasto empresarial siguen poniendo de manifiesto las débiles expectativas para el año que viene.

Fiscal Cliff, el gran problema

Lo decía hace unos días la revista Time: gane quien gane esta noche, lo que importa es el abismo fiscal. Evitar el fiscal cliff, es decir, la entrada en vigor de las medidas automáticas sobre impuestos y gasto público que se pondrán en marcha a partir del 1 de enero, es el reto más importante, el que más debate ha generado y del que están pendientes tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.

“Los últimos datos económicos sugieren que el candidato que gane heredará una economía en recuperación”, señala el economista jefe de RBS en un comunicado. “Pero, aunque la sensación que dejan estas cifras es alentadora, el fiscal cliff amenaza con poner fin a cualquier mejora de la economía”, advierte. 

Por su parte, los analistas de Citigroup consideran que tras las elecciones y hasta que tome posesión el nuevo presidente, el 20 de enero, el escenario seguirá siendo el mismo y que, por tanto, será difícil que se resuelva la situación, lo que desembocaría en la puesta en marcha de las medidas automáticas, aunque sea de forma temporal.

Estados Unidos alcanzó el techo de deuda en 2011, una crisis que se cerró en falso elevando este límite máximo de la cantidad de dinero que puede pedir prestado el Estado. El problema es que el presidente Obama, demócrata, no ha conseguido en ningún momento el apoyo del Congreso, con mayoría republicana, para sacar adelante un proyecto de reducción de la deuda y del déficit. Para los republicanos la única opción válida era reducir el gasto público y se oponían totalmente a elevar los impuestos, como proponía el Partido Demócrata.

El pacto de última hora alcanzado hace un año contemplaba la entrada en vigor de una serie de medidas automáticas para conseguir el objetivo del déficit, entre las que se encuentran el aumento de los impuestos y el recorte del gasto público en 600.000 millones para conseguir una reducción del déficit en 2013 del 5%.

El temor es que estas medidas provoquen la recaída de la economía del país. La Oficina de Presupuesto del Congreso calculó que si EE.UU. se tumba en este “abismo fiscal” el país tendrá una recesión durante la cual el índice de desempleo subirá a alrededor del 9% en la segunda mitad de 2013.

Una salida a las políticas de estímulo

Por otra parte, el nuevo presidente estadounidense deberá ir pensando en la estrategia de salida de las medidas de expansión cuantitativa que se han puesto en marcha en los últimos años –la primera ronda se lanzó en 2010- para hacer frente a la crisis e impulsar la economía. Unas medidas que han sido cuestionadas por muchos expertos.

Mitt Romney se ha opuesto durante su campaña a la tercera ronda de estímulos (QE3), puesta en marcha en septiembre por la Reserva Federal. La última ronda de estímulos supone una inyección de 40.000 millones de dólares al sistema.

El republicano dijo hace apenas mes y medio que la Fed intentaba estimular la economía imprimiendo más dinero y que “eso tiene un coste, como la caída del valor de los ahorros y la bajada del precio del dólar, además del riesgo de mayor inflación”.

El nuevo presidente de Estados Unidos deberá ponerse a trabajar de inmediato en los importantes retos de la primera economía del mundo, pese a que los últimos datos presentados antes de las elecciones indicaban cierta mejoría. Y el principal asunto que debe resolver, aunque no el único, es el del déficit fiscal.