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Lehman, el asesor de Romney que pide más barcos para “frenar a los soviéticos”
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SE PLANTEA CONSTRUIR 15 BUQUES DE GUERRA POR AÑO

Lehman, el asesor de Romney que pide más barcos para “frenar a los soviéticos”

Entre las promesas de campaña de Mitt Romney está construir unos 15 buques de guerra por año, frente a los 9 que se fabrican actualmente en

Foto: Lehman, el asesor de Romney que pide más barcos para “frenar a los soviéticos”
Lehman, el asesor de Romney que pide más barcos para “frenar a los soviéticos”

Entre las promesas de campaña de Mitt Romney está construir unos 15 buques de guerra por año, frente a los 9 que se fabrican actualmente en EEUU. En el último debate presidencial sostuvo que la flota actual es insuficiente, frente a un Obama que se mofó de esta demanda, al asegurar que medir la seguridad por el número de barcos es como hacerlo contando el número de “caballos y bayonetas”.

John F. Lehman, asesor del candidato republicano e inversor en la industria naval, es el principal impulsor de esta nueva carrera armamentística. Ex secretario de Marina con Ronald Reagan, también asesoró en materia de Defensa a John McCain en la campaña de 2008 y formó parte de la Comisión del 11 de Septiembre, que propuso cuál debería ser la respuesta tras los atentados en las Torres Gemelas.

¿Cuál es la mejor forma de convencer a los americanos de que deben invertir en Defensa? El miedo, la amenaza exterior e interior. Una estrategia que los asesores republicanos mantienen viva. Mitt Romney ha hablado durante la campaña de la debilidad de los EEUU frente a uno de sus antiguos enemigos, Rusia, abriendo un frente que el resto del mundo daba por cerrado. Incluso, durante un mitin en el pasado mes de abril llegó a comentar que Obama “ha alcanzado un acuerdo con los soviéticos, perdón, con Rusia”.

El supuesto lapsus del candidato republicano recoge un término utilizado frecuentemente por John F. Lehman, sin ningún tipo de rectificación. Este asesor de Romney ha asegurado este año públicamente que “estamos viendo cómo los soviéticos presionan en el Ártico sin respuesta por nuestra parte”. A su juicio, Obama “está abandonando el liderazgo del mundo libre a la hora de mantener la estabilidad en el mundo”.

La fórmula de elevar la amenaza internacional ya le dio resultado a Lehman con anterioridad. En 2001, tras los ataques del 11 de septiembre, formó parte de los firmantes del ‘Proyecto por el Nuevo Siglo de América’. En la misiva, dirigida al entonces presidente George W. Bush, se reclamaba que “aunque no haya evidencia directa de que Irak esté detrás del ataque, cualquier estrategia parar erradicar el terrorismo y sus patrocinadores pasa por expulsar a Sadam Hussein del poder. Fracasar en esta tarea supondrá una temprana, y quizás decisiva, rendición en la guerra contra el terrorismo internacional”.

En su hoja de servicios también figura haber formado parte, en los años setenta, del Comité del Peligro Presente (Committe on the Present Danger). Este grupo anticomunista buscaba evitar los compromisos y acuerdos con el gobierno soviético, que entonces sí recibía este nombre.

Objetivo: Contar con 350 buques de guerra en diez años.

Junto a su actividad política, Lehman no esconde su relación con la industria naviera. La compañía que preside y que lleva su nombre, J.F. Lehman & Company, explica en su web (http://www.jflehman.com/philosophy/index.html ) que persigue “un exclusivo y permanente foco en invertir en compañías de la industria de Defensa, aeroespacial y marítima, así como en las empresas tecnológicas relacionadas con ella”. Tampoco oculta que “la estrecha relación y especialización de J.F. Lehman permite a la firma garantizar eficacia en esos mercados”, algo que se cimentó en su etapa como secretario de Marina.

La armada norteamericana cuenta actualmente con 285 buques de guerra. El objetivo de la Administración Obama es llegar a contar con 300 en 2019, un proyecto que tiene un coste estimado de más de 15.000 millones de euros, según la Oficina de Presupuestos del Congreso. El plan de Romney es más ambicioso y se plantea alcanzar los 350 buques dentro de diez años, con un coste que nadie se atreve a pronosticar.

Así como el aumento del parque móvil de coches hace que sean necesarios más talleres, en el ámbito naval, los astilleros son esenciales. Es ahí donde Lehman ha dado algunos de sus últimos ‘pelotazos’, según la revista ‘Wired’. Su empresa compró en 2006 los astilleros de Atlantic Marine en Alabama, Mississippi, Florida, Boston y Filadelfia por 130 millones de euros. Tres años después, en 2009, el gobierno federal concedió una ayuda de dos millones de euros para mejorar tres de estos centros de trabajo. ¿Casualidad o habilidad en las relaciones con la Administración?

Pero es que al año siguiente, en 2010, Lehman consiguió vender los astilleros de Florida, Mississippi y Alabama por 270 millones de euros, logrando un beneficio de más de 140 millones, al tiempo que mantenía los centros de Filadelfia y Boston. Precisamente estos dos últimos astilleros de su propiedad han recibido contratos para reparar buques de la Armada. Y lo lógico es que puedan recibir muchos más si el número de buques sigue creciendo.

Que Lehman no asesora a Mitt Romney de forma desinteresada lo deja clara la propia página web de este empresario. Entre los cargos que ostenta en la actualidad se encuentran el de presidente de OAO Technolog y Solutions, director de Ball Corporation, Insurance Services Offie, SDI Inc. y de Racal Instruments, entre otras compañías de proveedores y servicios relacionadas con la industria naval y aeroespacial.

Quienes piensen que los objetivos de ampliación de la fuerza naval de los EEUU son demasiado ambiciosos deberían repasar la hemeroteca. En su época como secretario de Marina con Ronald Reagan, Lehman era partidario de contar con una flota de 600 buques de guerra (más del doble de lo que tienen ahora), para mantener un control efectivo de su política en todo el mundo.

Entre las promesas de campaña de Mitt Romney está construir unos 15 buques de guerra por año, frente a los 9 que se fabrican actualmente en EEUU. En el último debate presidencial sostuvo que la flota actual es insuficiente, frente a un Obama que se mofó de esta demanda, al asegurar que medir la seguridad por el número de barcos es como hacerlo contando el número de “caballos y bayonetas”.