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Una batalla entre el espíritu olímpico y el mensaje de Alá
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LOS ATLETAS MUSULMANES HACEN FRENTE A LAS CORTAPISAS QUE LES IMPONE LA RELIGIÓN

Una batalla entre el espíritu olímpico y el mensaje de Alá

Cuando Wojdan Shaherkani le dijo a su padre que quería seguir sus pasos, rompió ya una pequeña barrera que le ponía a los pies de la

Foto: Una batalla entre el espíritu olímpico y el mensaje de Alá
Una batalla entre el espíritu olímpico y el mensaje de Alá

Cuando Wojdan Shaherkani le dijo a su padre que quería seguir sus pasos, rompió ya una pequeña barrera que le ponía a los pies de la leyenda olímpica. El entrenador de yudo aceptó como pupila a su hija adolescente, a la que comenzó a preparar en su propia casa. Sólo dos años después de aquello, cuando la joven acaba de cumplir los 16, se dispone a convertirse en la primera mujer que compite en unos Juegos Olímpicos bajo la bandera de Arabia Saudí.

Brunei, Qatar y la monarquía saudí han decidido que por primera vez su equipo olímpico incluya una representación femenina. Los Juegos de Londres se convertirán en los primeros de la historia en los que todas las naciones incluyen mujeres en sus conjuntos. “Estoy orgulloso de ir con mi hija a las Olimpiadas bajo la bandera de nuestro país. Mi hija y yo haremos historia”, aseguraba el padre de la joven en una entrevista a la agencia Associated Press.

El príncipe saudí Nawaf bin Faisal, máxima autoridad deportiva del país, aseguró que aceptaba la presencia de mujeres, siempre que vistan “de acuerdo con los preceptos de la ley islámica”. Shaherkani se disponía a competir con el velo islámico, que siempre ha llevado. Sin embargo, esta misma semana el presidente de la Federación Internacional de Yudo, Marius Vizer, aseguró que “la atleta saudí deberá tomar parte en la competición de acuerdo con el espíritu del yudo, es decir, sin hiyab”.

La otra componente de la expedición, la atleta Sarah Attar, no tendrá ese problema, ya que en las pruebas de atletismo se permite el uso del velo. La velocista posee pasaporte estadounidense, después de haber completado sus estudios en California. Attar aparece en la ficha de la Universidad con el pelo descubierto, aunque el Comité Olímpico saudí ha presentado las fotografías de sus deportistas con el velo islámico.

Las marcas de la atleta no pasarán a la historia, pero su carrera va varias zancadas por delante de la de su compatriota. La joven yudoca apenas ha podido combatir en su país, ya que en Arabia Saudí las mujeres tienen prohibido alistarse a clubes y participar en las competiciones nacionales en las que se alcanzan las marcas mínimas necesarias para llegar a los torneos internacionales. Las jóvenes saudíes están en Londres gracias a una invitación personal del propio presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, con la voluntad de integrar a todas las mujeres en el espíritu olímpico. Los musulmanes tendrán, sin embargo, que superar muchos más obstáculos en la competición.

Olimpiadas durante el ramadán

Unos 3.500 musulmanes se debaten entre el ayuno y el alto rendimiento. Las Olimpiadas coinciden este año con el ramadán, el mes sagrado para los musulmanes, en el que dejan de comer, beber, fumar o practicar el sexo durante las horas del día. Países como Turquía, Egipto o Marruecos solicitaron al COI que el evento se retrasara, pero éste declinó la petición, asegurando que los Juegos Olímpicos representan un “acontecimiento laico”.

Las mujeres embarazadas, los niños, viajeros o personas que realizan trabajos pesados están exentos de cumplir con el ayuno. Por eso, varias autoridades religiosas de distintos países musulmanes han anunciado que permiten a los atletas retrasar el ramadán hasta que finalicen los Juegos Olímpicos. La decisión, al final, dependerá de cada uno de ellos.

“Estamos en una encrucijada entre el deseo de respetar uno de los cinco pilares de nuestra religión y la necesidad de llegar a Londres en el mejor estado físico posible para competir en las Olimpiadas”, aseguró hace días la marroquí Sara el Bekri, campeona africana de natación de 50 y 100 metros en estilo libre. El equipo de fútbol marroquí anunció que cumpliría con el ayuno, mientras que otras delegaciones como la egipcia visitaron a varios clérigos, que les dieron su bendición de retrasar el ramadán, antes de partir a la capital británica.

Y en medio de la guerra

La disyuntiva del ayuno y el deseo de alcanzar la gloria olímpica serán sólo batallas menores comparadas con la que han librado algunos de los deportistas árabes presentes en Reino Unido. La prestigiosa revista Sports Illustrated ha publicado una serie de reportajes con distintos opositores que se enfrentaron a los tiranos de sus respectivos países el pasado año. Desde el gimnasta tunecino apartado de las competiciones internacionales por quemar una foto del ex presidente Ben Alí, al yudoca yemení que recibió un disparo en una manifestación, pasando por el velocista egipcio que cambió los entrenamientos por las protestas en la plaza Tahrir.

Aquellas carreras terminaron, pero quienes realmente dejan una disputa abierta son los miembros de la delegación siria. El Gobierno británico, uno de los más beligerantes con el régimen de Damasco, ha negado el visado al presidente del Comité Olímpico sirio, que mantiene un estrecho vínculo con Al Assad. Desde el Gobierno apelan a sus deportistas como “verdaderos embajadores” para mostrar una imagen de “unidad”. Pero tendrán que ser esos 28 atletas los que comparezcan bajo la misma bandera de un país, desangrado en una guerra que enfrenta a distintas confesiones y que mantiene a la nación partida en dos.

Cuando Wojdan Shaherkani le dijo a su padre que quería seguir sus pasos, rompió ya una pequeña barrera que le ponía a los pies de la leyenda olímpica. El entrenador de yudo aceptó como pupila a su hija adolescente, a la que comenzó a preparar en su propia casa. Sólo dos años después de aquello, cuando la joven acaba de cumplir los 16, se dispone a convertirse en la primera mujer que compite en unos Juegos Olímpicos bajo la bandera de Arabia Saudí.

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