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Sudáfrica revive el apartheid con una batalla campal entre negros y ‘colorados’
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LOS DISTURBIOS RACISTAS SE ACENTÚAN EN LA ÚLTIMA SEMANA

Sudáfrica revive el apartheid con una batalla campal entre negros y ‘colorados’

La preciosa localidad de Grabouw, en la región de Western Cape, Sudáfrica, llevaba años viviendo en una aparente calma. Hasta esta semana. De unos días a

Foto: Sudáfrica revive el apartheid con una batalla campal entre negros y ‘colorados’
Sudáfrica revive el apartheid con una batalla campal entre negros y ‘colorados’

La preciosa localidad de Grabouw, en la región de Western Cape, Sudáfrica, llevaba años viviendo en una aparente calma. Hasta esta semana. De unos días a esta parte, sus apacibles calles -en la que los contrastes económicos son desoladores con solo cruzar la acera- se han incendiado hasta convertir en un infierno lo que en principio iba a ser la enésima jornada de protesta por el fallo de algunos servicios sociales.

Pero no fue la masificada escuela para desheredados el motivo sino el cada vez menos soterrado conflicto racial entre negros y colorados (así se conoce a los mestizos en Sudáfrica). Un problema que está creciendo alarmantemente en el último año y que amenaza con desangrar desde un nuevo flanco al país.

“Los vecinos se convirtieron en unas horas en enemigos”, decían unas autoridades sobrepasadas por unos sucesos que recordaban los tiempos del apartheid. Los bandos estaban muy marcados y eran fácilmente reconocibles: por un lado los de piel más negra; en el otro, los de piel oscura pero menos debido a su mezcla con población blanca.

Los primeros iban a subirse a unos autobuses que les llevarían a protestar en Ciudad del Cabo contra las condiciones escolares de su ciudad (blancos, negros y colorados viven cada uno con fronteras dentro de las mismas ciudades). Se quejaban de que las instalaciones de la escuela de negros eran indignas. En la misma población, pero en la zona de mestizos, sí hay una escuela nueva con la que compararse.

Por la noche, el grupo de población negra intensificó la trifulca cortando algunas calles, quemando neumáticos y amenazando con ir a por la escuela de los “blancos”. “Ellos no quieren que nuestros hijos tengan una escuela digna”, gritaba entre lágrimas una mujer negra.

Hasta ahí, aunque sea triste, nada especial en una manifestación sudafricana. El giro pegó cuando ya por la mañana corrió la voz de que uno de los miembros del grupo negro fue apuñalado en la zona de los colorados. Entonces, se olvidaron la falta de pupitres, las instalaciones insalubres y la falta de profesores y comenzó una cacería entre ambos grupos raciales.

Varios incendios propagaron una intensa humareda por toda la ciudad. Entre medias, la policía usaba gases lacrimógenos para dispersar a dos bandos ya organizados. A pocos kilómetros, en el área de Pine View, donde predomina la población mestiza, un hombre negro gritaba de dolor tras ser apedreado por sus rivales. Alrededor de él, los colorados le lanzaban insultos, “kafir”, que están penados y que vienen de la época del apartheid (término que usaban los racistas blancos para referirse a los negros antes de la democracia. Su sola mención puede ser motivo de cárcel)

En pocas horas, los mestizos se armaban alarmados por un rumor que decía que los negros venían a matarlos. En el camino que comunica los asentamientos de ambos grupos raciales se encontraron los dos bandos. Piedras, golpes y hasta algún disparo hicieron temer que habría un baño de sangre. Por suerte, la policía se empleó con dureza mientras hay imágenes de decenas de niños que observaban la escena desde colinas cercanas. No hubo ninguna muerte, si bastantes heridos. La mecha ya se ha encendido y las autoridades temen que pueda volver a prender.

Un problema de carácter político

El enésimo conflicto racial sudafricano ha sacudido al país. Ciudadanos y responsables de Instituciones hablan de vergüenza y hacen llamadas a la calma. Sin embargo, tras este conflicto se esconde un problema de carácter también político. Western Cape es la única región que no gobierna el ANC. La DA, partido liderado por la blanca Hellen Zille, renovó tras las elecciones municipales de 2011 su mayoría en la región. La DA cuenta con el apoyo de la población blanca y mayoritariamente de la mestiza que en esta zona del país supera a la negra.

El año pasado contábamos en El Confidencial que el conflicto étnico había llegado al propio Gobierno del ANC, que flirteó con una norma que obligaba a la segregación racial. La polvareda que levantó la idea que lanzó el ministro portavoz Jimmy Manyi, y que intentaba evitar el gueto de mestizos y blancos en Western Cape, levantó ampollas dentro del propio Gobierno. Un año después, la calle demuestra que Sudáfrica sigue sufriendo brotes raciales que amenazan la convivencia, aunque las máximas instituciones trabajan fuerte para conseguir el milagro de cerrar heridas muy enquistadas en la sociedad.

La preciosa localidad de Grabouw, en la región de Western Cape, Sudáfrica, llevaba años viviendo en una aparente calma. Hasta esta semana. De unos días a esta parte, sus apacibles calles -en la que los contrastes económicos son desoladores con solo cruzar la acera- se han incendiado hasta convertir en un infierno lo que en principio iba a ser la enésima jornada de protesta por el fallo de algunos servicios sociales.

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