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“España debería seguir el ejemplo de Obama y promover la llegada de brasileños”
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ENTREVISTA A EDUARDO SAMPAIO, ‘COUNTRY MANAGER’ DE FTI CONSULTING EN BRASIL

“España debería seguir el ejemplo de Obama y promover la llegada de brasileños”

Establecido en Sao Paulo pero manteniendo la mirada global, Eduardo Sampaio recibe a ‘El Confidencial’ en las oficinas madrileñas de FTI Consulting, firma para la que dirige

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“España debería seguir el ejemplo de Obama y promover la llegada de brasileños”

Establecido en Sao Paulo pero manteniendo la mirada global, Eduardo Sampaio recibe a ‘El Confidencial’ en las oficinas madrileñas de FTI Consulting, firma para la que dirige las operaciones en Brasil. Con más de 15 años de experiencia en consultoría de riesgos, Sampaio conoce a fondo los entresijos de la cada vez más potente economía brasileña y nos habla desde su autorizada posición del papel de las empresas españolas en el gigante sudamericano, con quien las relaciones diplomáticas no pasan por su mejor momento debido a la ‘crisis aduanera’.

Después de una década de espectacular desarrollo, el perfil de los brasileños en el exterior ha cambiado notablemente, algo que ha sido reconocido por Estados Unidos con la reciente simplificación de los requisitos exigidos para obtener un visado turístico. “En los años 70 y 80, Brasil era un país sin perspectivas económicas, los estudiantes soñaban con irse a EEUU para trabajar como camarero o taxista”, explica Sampaio. “Ahora las cosas son totalmente distintas: los brasileños son los turistas que más gastan en Nueva York, en Miami… y eso lo ha comprendido Obama ascendiéndolos de categoría”.

Según Sampaio, la economía española tendría mucho que ganar con una medida en esa línea: “España debe preocuparse por su protección migratoria, pero sería adecuado poner las cosas en perspectiva: si hay miles de brasileños gastando mucho dinero en Miami… ¿por qué no intentar que vayan a Madrid o Barcelona, que además son mucho más interesantes?”

Y es que en un país donde hasta una estrella del fútbol como Neymar prefiere quedarse en el campeonato paulista en vez lanzarse a Europa, la presión migratoria causada por el desempleo ya no existe. “Ahora es al revés, todos los que se fueron quieren volver porque las oportunidades están en Brasil”, señala Sampaio.

Un escenario propicio para las renovables

Uno de los aspectos en los que más se ha notado el crecimiento brasileño es la demanda de energía eléctrica: “En los últimos años todo el mundo mejoró un poco su calidad de vida, y un aumento de sueldo se invierte en cosas que consumen electricidad. Si el país crece durante más de un 7% durante un par de años no habrá infraestructura eléctrica para soportarlo”.

Un panorama en el que la experiencia del sector energético español en las renovables puede tener mucho que decir. “Estamos en contacto con compañías españolas expertas en energía eólica y solar, que es un tema reciente en Brasil”, indica Sampaio.

Además, los aspectos culturales y lingüísticos suponen una gran ventaja respecto a otros posibles competidores internacionales. “Un empresario español que intente hacer negocios en Brasil lo tendrá mucho más fácil que uno chino o indonesio porque no despertará recelos. La imagen es buena gracias a que compañías como Santander, BBVA o Telefónica abrieron el sendero hace diez años”.

Tres nuevas leyes de impuestos al día

No obstante, quien desee invertir en el país más grande de Iberoamérica deberá tener en cuenta los precios a pagar, principalmente en términos de costes administrativos y tributarios. “La burocracia en Brasil sigue siendo un horror, para abrir una compañía necesitas 120 días y tienes que contratar abogados exclusivamente para gestionar los papeles”, señala Sampaio, que no ofrece una visión más optimista en lo relativo al sistema impositivo. “Tenemos cerca de ochenta tipos de impuestos, con tres nuevas normas cada día”.

Además, quien piense en obtener ventajas por los bajos costes de la mano de obra debe saber que esa situación ya pertenece al pasado, puesto que ahora mismo “el coste de mantener empleados en Brasil es mucho mayor que en otros países de la zona debido a las garantías jurídicas y laborales que hay que cubrir”. Aunque antes de preocuparse por los salarios de los empleados es necesario encontrarlos, ya que “conseguir gente en Brasil está dificilísimo, desde obreros hasta directivos”.

¿Crecimiento real o burbuja?

Una de las mayores sorpresas que puede encontrarse un extranjero en Brasil son los altos precios en todos los ámbitos, desde la hostelería (“75 euros por cenar en pareja una pizza y un vino”) hasta el sector inmobiliario (“cerca de la playa de Ipanema se piden 15.000 euros por metro cuadrado”).

Preguntado acerca de la sostenibilidad de esta situación, Sampaio asegura que no existe el peligro de que ocurra lo mismo que sucedió en Europa o Estados Unidos tras el estallido de la burbuja: “Tenemos un par de ventajas. Por un lado, el exagerado coste del capital funciona como freno a la especulación, y por otro no tenemos un mercado secundario de deuda inmobiliaria. Por tanto, si una persona pide un préstamo para comprar un piso, el banco va a asegurarse de que pueda pagarlo antes de concederlo”. Sin embargo, admite que el acceso al crédito para consumir se ha suavizado respecto a épocas anteriores, lo cual aumenta el riesgo de terminar “ahogado” por los intereses.

Para terminar, Sampaio tiene palabras de elogio para el Gobierno de Dilma Rousseff, que está manteniendo un estricto control presupuestario “empleando el superávit en pagar la deuda del país, cuando podría haberlo puesto en manos de los políticos municipales antes de las elecciones”. En el horizonte de este idílico panorama, la principal preocupación de las grandes empresas brasileñas es la hipotética reducción de la demanda china de recursos naturales, puesto que el gigante asiático ha sido clave en el reciente despegue de países emergentes como Canadá, Australia, Sudáfrica o el propio Brasil.

Establecido en Sao Paulo pero manteniendo la mirada global, Eduardo Sampaio recibe a ‘El Confidencial’ en las oficinas madrileñas de FTI Consulting, firma para la que dirige las operaciones en Brasil. Con más de 15 años de experiencia en consultoría de riesgos, Sampaio conoce a fondo los entresijos de la cada vez más potente economía brasileña y nos habla desde su autorizada posición del papel de las empresas españolas en el gigante sudamericano, con quien las relaciones diplomáticas no pasan por su mejor momento debido a la ‘crisis aduanera’.

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