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Monti descubre su plan para Italia: recortar pensiones, privilegios y más impuestos
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EL PRIMER MINISTRO ENTRANTE TENDRÁ QUE LIDIAR CON MEDIDAS IMPOPULARES

Monti descubre su plan para Italia: recortar pensiones, privilegios y más impuestos

“En Italia hay un trabajo enorme que hacer”. Ya lo advertía Mario Monti la semana pasada entre los rumores crecientes de su ascenso al puesto de

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Monti descubre su plan para Italia: recortar pensiones, privilegios y más impuestos

“En Italia hay un trabajo enorme que hacer”. Ya lo advertía Mario Monti la semana pasada entre los rumores crecientes de su ascenso al puesto de primer ministro italiano. El excomisario europeo de Competencia sustituye a Berlusconi con una agenda impopular y con la esperanza de que su equipo de técnicos desatasque aquellos puntos en los que los políticos se han quedado varados. La culminación de la iniciada reforma de las pensiones, más flexibilidad en el mercado laboral y medidas destinadas a reavivar el maltrecho PIB italiano son algunas de las cuestiones que tendrá que abordar la agenda Monti.

“El país tiene que volver a ser un elemento de fuerza y no de debilidad de una Unión Europea de la que fuimos fundadores y de la que debemos de ser protagonistas”, indicó Monti tras dar a conocer formalmente el encargo de formar un Gobierno cargado de retos.En primer lugar, el Gobierno de unidad tendría que culminar una de las medidas que acabaron con el saliente Ejecutivo Berlusconi, la reforma de las pensiones. Con la Liga Norte, el principal partido opositor a esta medida, en fuera de juego, el primer ministro entrante, que se reunió este sábado con el presidente del BCE, su compatriota Mario Draghi, debería acabar con las pensiones por antigüedad, es decir, la jubilación anticipada.

Por otro lado, el nuevo Gobierno italiano debería también flexibilizar el mercado de trabajo, una de las peticiones de Europa. En este sentido se trabajaría en lograr introducir un contrato único, un proyecto que lleva varado varios años en el Parlamento italiano.  Además, se suavizarán las duras condiciones que existen en el país para el despido.

Los planes de Monti también apuntarían sobre una reforma fiscal. En los últimos días se viene hablando de la reintroducción del impuesto sobre la primera casa y la posibilidad de tasar aquellos patrimonios que se encuentren por encima del millón de euros. Sin embargo, el primer ministro entrante también sería favorable a detraer impuestos del trabajo en detrimento del consumo, que se vería más gravado.

Todas ellas medidas impopulares que el puzzle político italiano ha intentado evitar para no tener que pagar ninguna factura en las urnas.

Asimismo, el Gobierno también intentaría trabajar en una modernización de la administración italiana y un recorte en los gastos de la política. Un auténtico reto en el país de Europa con mayor número de coches oficiales. Monti ha sido muy claro en este sentido y una de las declaraciones que más veces se le ha escuchado es que “hay que acabar con los privilegios”. Entre otras medidas, se baraja con la reducción del número de altos cargos públicos.

Además, el nuevo primer ministro, que ha insistido en la necesidad de reformas estructurales para revivir el PIB italiano, apuntará sobre la liberalización de algunos sectores cerrados en el país. De esta manera, recortaría privilegios en algunas profesiones y abriría el mercado en sectores como el transporte, los servicios públicos locales, la energía y las telecomunicaciones. Un punto sobre el que Monti se ha mostrado en el pasado especialmente favorable.

Los empresarios le dan su bendición

La noticia de la llegada de Mario Monti ha sido aplaudida desde varios sectores, ya que es visto como la única oportunidad de salvar a Italia del desastre. En este sentido, la presidenta de la patronal italiana, Emma Marcegaglia, recibió esta posibilidad con los brazos abiertos. Además, todos los grupos políticos, a excepción de la Liga Norte, han acabado admitiendo la necesidad de que el excomisario se haga cargo del país.

En la clase política, a pesar de las reticencias expresadas en las arduas jornadas de negociación, los partidos políticos han apoyado mayoritariamente a Monti. Hasta el partido de Silvio Berlusconi, el PDL, y la Italia de los Valores (IDV), han dado el visto bueno a la llegada del economista, eso sí, con limitaciones. Sólo la Liga Norte se ha situado en la trinchera minoritaria de la oposición.

Por su parte, la opinión pública italiana se muestra mayoritariamente favorable a la llegada del nuevo primer ministro. Según un sondeo hecho público este domingo en la prensa italiana, un Gobierno guiado por Mario Monti  contaría con el respaldo del 58% de los encuestados. En este sentido, el 50% de los encuestados considera que este Ejecutivo lo hará mejor que el anterior de Silvio Berlusconi, que sólo ve respaldada su actuación por un 7% de los encuestados. En otro sondeo llevado a cabo por el semanario L'Espresso se extraía que el 78% de los encuestados valoraban la alta competencia de Súper Mario.

Aunque en las calles se ha vivido con un júbilo generalizado la dimisión de Berlusconi, este domingo, centenares de seguidores del exprimer ministro se manifestaron ante la sede de la Presidencia de la República para pedir elecciones anticipadas.

El Gobierno también ha obtenido el visto bueno de la comunidad internacional. De esta manera, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saludó las buenas noticias del cambio de Gobierno, mientras que el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ya había dado su apoyo indirecto al nuevo Ejecutivo antes incluso de la dimisión definitiva de Silvio Berlusconi: “Italia lo que necesita son reformas y no elecciones”. Sin embargo, la UE volvió a dar ayer muestras de satisfacción tras la confirmación del encargo: "Creemos que envía otra señal alentadora, tras la rápida adopción de la Ley de Estabilidad 2012, de la determinación de las autoridades italianas para superar la actual crisis", indicaron Van Rompuy y José Manuel Durao Barroso en un comunicado conjunto.

Por el momento, el acuerdo sobre el nacimiento del Ejecutivo Monti llega antes del temido lunes. Falta el visto bueno de uno de los factores claves en la caída del Gobierno de Berlusconi, los mercados.

“En Italia hay un trabajo enorme que hacer”. Ya lo advertía Mario Monti la semana pasada entre los rumores crecientes de su ascenso al puesto de primer ministro italiano. El excomisario europeo de Competencia sustituye a Berlusconi con una agenda impopular y con la esperanza de que su equipo de técnicos desatasque aquellos puntos en los que los políticos se han quedado varados. La culminación de la iniciada reforma de las pensiones, más flexibilidad en el mercado laboral y medidas destinadas a reavivar el maltrecho PIB italiano son algunas de las cuestiones que tendrá que abordar la agenda Monti.