Los rebeldes entierran a Gadafi en un lugar secreto

El derrocado dictador libio Muamar el Gadafi ha sido enterrado al amanecer en un lugar secreto, según informaron fuentes del Consejo Nacional de Transición (CNT, el Gobierno interino) citadas por la cadena Al Yazira. Horas antes, responsables del CNT habían informado de que el derrocado líder libio sería enterrado en una tumba secreta en una zona desértica, acabando con la polérmica que ha provocado la exposición del cadáver, que hizo temer a muchos por la gobernabilidad del país.

"Gadafi y el hijo Motassim han sido enterrados en un lugar secreto con los debidos respetos. Ofreceremos más detalles de forma oficial más tarde", ha declarado un alto cargo del Gobierno interino a Reuters.

Las fuerzas del Gobierno interino habían expuesto el cadáver, junto con el de uno de sus hijos, en un almacén refrigerado de Misrata, la ciudad bastión de los rebeldes durante los primeros meses de la guerra, mientras se decidía qué hacer con él, hasta que su descomposición les obligó el lunes a poner fin a la exhibición pública.

Los rebeldes 'limpian' las pruebas de masacres

Mientras, el diario estadounidense New York Times denuncia hoy que las autoridades rebeldes están limpiando los escenarios donde se han producido supuestas ejecuciones de gadafistas. A las puertas del Hotel Mahari, en Surt, grupos de voluntarios recogen docenas de cadáveres de personas aparentemente ejecutadas hace días, pero dejan atrás otras evidencias que puedan esclarecer sus muertes, como las cintas de plástico que se utilizaron para atarles las manos. Los voluntarios reconocen que entre los muertos hay al menos dos antiguos responsables del Gobierno de Gadafi, militares leales al coronel y, tal vez, algunos civiles. Sus asesinos, según la investigación, habrían sido milicianos rebeldes que pertenecían a unidades revolucionarias que tomaron el hotel para emplearlo como base durante las últimas semanas.

Ningún miembro o trabajador del nuevo Gobierno libio ha llegado hasta la zona para investigar, a pesar de que ésta podría ser una de las peores masacres en los ocho meses de conflicto. Los miembros del CNT no han estado dispuestos o han sido incapaces de escrutar las acusaciones de atrocidades contra sus milicias, a pesar de sus continuas advertencias para dejar claro que no tolerarían abusos.