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Anders Behring Breivik, supuesto autor de la tragedia de Oslo
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ES ISLAMÓFOBO Y DE CARÁCTER ULTRADERECHISTA

Anders Behring Breivik, supuesto autor de la tragedia de Oslo

“Debéis morir, debéis morir todos”. Con estas palabras, recordadas ahora por un testigo y víctima de la matanza, irrumpió Anders Behring Breivik en el campamento de

Foto: Anders Behring Breivik, supuesto autor de la tragedia de Oslo
Anders Behring Breivik, supuesto autor de la tragedia de Oslo

“Debéis morir, debéis morir todos”. Con estas palabras, recordadas ahora por un testigo y víctima de la matanza, irrumpió Anders Behring Breivik en el campamento de las juventudes del Partido Laborista de Noruega,  en la isla de Utoya, vestido con un traje de policía para sortear las medidas de seguridad, y  comenzó a disparar, dejando más de 90 muertos.

De momento, aunque la policía noruega busca un posible cómplice, Anders Behring Breivik es el único detenido tras el doble atentado. Éste, que tiene 32 años y nacionalidad noruega, ha sido descrito por la cadena de televisión noruega TV2  como un “hombre alto y rubio”.

Tras llevar a cabo en la noche del viernes un registro en su domicilio, donde se han hallado explosivos y varios uniformes de policía, las fuerzas de seguridad del país lo han calificado de “islamófobo”. En sus cuentas de Internet han hallado “opiniones hostiles al Islam” y de carácter ultraderechista. “No estaba en nuestro radar, lo habría estado si hubiese estado activo en grupos neonazis en Noruega”, han manifestado fuentes de la policía a AP. Según la agencia noruega de noticias NTB, Breivik perteneció a un club de tiro y tenía varias armas registradas de forma legal.

Los pocos datos que  se están conociendo sobre el supuesto autor del tiroteo se han obtenido de su página de Facebook -ahora bloqueada por la policía-, donde se decía que es soltero, cristiano, de ideas políticas conservadoras, con intereses que van del culturismo a la masonería pasando por la caza o la música trance. Según este perfil de la red social, a Behring le gustan los videojuegos ‘World of Warcraft’ y ‘Modern Warface’, así como los libros ‘1984’, de George Orwell, y ‘El Príncipe’, de Maquiavelo.

Reuters desvela que es director de la empresa Breivik Geofarm , una granja en Rena dedicada al comercio agrícola de verduras y frutas, que gestionaba y que podía haber usado como tapadera  desde la primavera pasada para comprar grandes cantidades de fertilizante, con lo que podría haber fabricado explosivos, sin levantar sospechas.

A Behring se le atribuye también un perfil en Twitter en el que sólo hay un mensaje, publicado el 17 de julio, que es una cita de Stuart Mill: “Una persona con una creencia equivale a la fuerza de 100.000 que solo tienen intereses”.

En la mañana del sábado, la policía noruega también ha detenido a un hombre armado con un cuchillo en el exterior del hotel  Sundvollen. El individuo ha asegurado a la prensa tras ser arrestado que llevaba el arma en un bolsillo porque no se sentía seguro. De momento, pese a posibles detenciones, la policía mantiene la tesis de un único autor.

Crónica del caos

“La gente caía muerta delante de mí. Corrí por el campamento hacia el área de las tiendas de campaña. Vi al hombre armado. Dos personas empezaron a hablarle y dos segundos después estaban muertas. Él llevaba un uniforme negro con bordes rojos. Parecía nazi con el uniforme que también recordaba al de un policía”, ha explicado desde el hospital a la CNN Adrian Pracon, una de las  víctimas del tiroteo que  se recupera de una herida de bala en la espalda. “Yo y otros dos nos quedamos tumbados boca abajo y sobrevivimos por los cuerpos que pudimos ponernos encima y fingir que estábamos muertos. Podía sentir su respiración, podía oír sus botas”.

Un par de horas después de la explosión en Oslo, Behring Breivik llegó a la isla disfrazado de policía para hacerse pasar por un miembro de las fuerzas de seguridad. La confusión generada en el campamento y el hecho de que el atacante estuviera tan cerca de las que acabarían siendo sus víctimas lo ha explicado Stine Renate Haheim, miembro del Parlamento noruego que se encontraba en la isla: “Los jóvenes empezaron a reunirse en pequeños grupos para hablar del atentado en Oslo cuando escucharon a alguien que decía que venía la policía, por lo que pensaron que ellos estarían protegidos”. Esto hizo que las víctimas no huyeran del agresor.

 “Al hombre armado se le veía muy seguro, tranquilo y bajo control. Parecía que sabía lo que estaba haciendo. Nos dijo a gritos que todos moriríamos. Todos empezamos a correr hacia el agua, la gente ya se había desvestido y empezaba a nadar”, ha relatado Pracon a la par que recordaba que “en un momento el atacante  me miró a mí, pero no disparó”.

Los testigos han contado que las personas que se habían salvado de los primeros disparos se escondieron entre los árboles y las rocas, pero el hombre volvió una hora después y empezó a disparar nuevamente. “Los disparos empezaron otra vez, con la gente cayendo en el agua. Ahí es cuando la gente moría”, ha narrado Pracon.

Durante una hora y media el tirador pudo recorrer la isla libremente, hasta que llegaron las auténticas  fuerzas policiales a la isla, tanto en helicóptero como en lancha. El agua es el lugar hacia el que todo el mundo intentó huir, pero según los testigos, Behring Breivik les siguió hasta la orilla. Los nadadores intentaron salvar la distancia que separa la isla de la costa –aproximadamente un kilómetro-. Muchos fueron los que tuvieron que volver ya que el agua estaba demasiado fría y con su ropa y calzado les resultó difícil nadar. Otros intentaron esconderse entre los arbusto o incluso subir a los árboles.

“Debéis morir, debéis morir todos”. Con estas palabras, recordadas ahora por un testigo y víctima de la matanza, irrumpió Anders Behring Breivik en el campamento de las juventudes del Partido Laborista de Noruega,  en la isla de Utoya, vestido con un traje de policía para sortear las medidas de seguridad, y  comenzó a disparar, dejando más de 90 muertos.

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