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La coartada de Kahn: el complot internacional
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EL 57% DE LOS FRANCESES SE ABONA A ESTAS TESIS

La coartada de Kahn: el complot internacional

Cuando uno paga 3.000 dólares por noche en la suite 2806 del hotel Sofitel, cerca de Times Square, en el corazón de Nueva York, no espera

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La coartada de Kahn: el complot internacional

Cuando uno paga 3.000 dólares por noche en la suite 2806 del hotel Sofitel, cerca de Times Square, en el corazón de Nueva York, no espera que la señora de la limpieza entre a la habitación mientras se está duchando ¿o tal vez sí? La sombra de la teoría de la conspiración contra Dominique Strauss-Kahn ha calado a lo largo de la semana en las mentes de muchas personas. En su país de origen lo tienen claro: el 57% de los franceses piensan que todo este asunto es una intriga para acabar con la carrera al Elíseo de DSK.

Después de la conmoción inicial y de la incredulidad, las semillas del complot arraigaron y a lo largo de la semana, las sospechas y las preguntas, unidas a los cambios de declaración del ya ex director gerente del FMI, cada vez más gente se ha subido a este tren. “La trampa es evidente. Es de sobra conocida la debilidad de Strauss-Kahn por las mujeres y la han aprovechado”, aseguraba el ministro de Cooperación francés, Henry Raincourt, a la prensa.

Y nada de balas de fogueo. El fuego real de la conspiranoia incluso señala. Una alianza franco-rusa estaría detrás de este escándalo, señalaba este miércoles el diputado socialista Claude Bartolone en una entrevista concedida a BFMTV. Este político añadía que el propio Strauss-Kahn le había hecho partícipe de sus temores: “Me dijo ‘Cuidado, hay que estar muy atentos porque podemos estar bajo escucha telefónica, los rusos y, especialmente Putin, son aliados de Francia para intentar echarme del FMI antes de que pueda anunciar’” la candidatura al Elíseo.

De hecho, el propio domingo, ya había saltado la liebre. La vicepresidenta del consejo regional parisino, Michelle Sabban, del sector más cercano a Strauss-Kahn, declaraba convencida el propio 15 de mayo que detrás de la supuesta violación había “un complot internacional”. “Todo el mundo sabe que su fragilidad es la seducción, las mujeres, y por ahí le han cazado”, aseguraba a la AFP Sabban que se preguntaba “¿Cómo se puede entrar así como así en la habitación del jefe del FMI?”. Asimismo, también defendió sus virtudes: “Se le esperaba en Túnez a final de mes, dónde tenía que hacer propuestas para que la revolución sea efectiva. En otros países, como en Grecia, se le esperaba con esperanza…”.

Antes, el primer soplo sobre la detención de Strauss-Kahn lo había hecho a través de Twitter el estudiante Jonathan Pinet, militante de la UMP (partido al que pertenece Sarkozy), sólo 14 minutos después de que ocurriese, pisándole la exclusiva al mismísimo The New York Times. “Un colega en Estados Unidos me acaba de contar que DSK habría sido detenido por la Policía en un hotel de Nueva York hace una hora”. El tuit no se detuvo ahí, sino que lo rebotó Arnaud Dassier, responsable de la web de la campaña de Sarkozy en las presidenciales de 2007 y actual redactor jefe de Atlantico.fr. Esta web ya estaba antes del escándalo en el punto de mira del entorno de DSK, pues le acusaba de estar detrás de las fotos del ex director gerente del FMI al volante de un flamante Porsche.

Claroscuros de la trama

Como en las mejores historias, al escándalo le faltaba el testigo sorpresa. Un empleado del hotel que estaba retirando el desayuno de la habitación del ex director gerente del FMI, habría dado el visto bueno a Ophelia, la supuesta agredida, para que pasase a la habitación para limpiarla. Por si fuera poco, el prestigioso hotel no cuenta con cámaras en esa planta, aunque en un primer momento se dijo que habría imágenes de la camarera saliendo de la habitación 2806 en estado de shock. Entre el suceso y la alerta dada por Sofitel a la Policía transcurrió una hora, a pesar de que ésta informó inmediatamente a sus compañeras.

Por otro lado, Le Figaro señalaba esta semana que en el cuarto de las camareras había una foto de Strauss-Kahn colocada por la dirección del hotel para informarlas de la presencia de un VIP. Sin embargo, una de las mejores amigas de Ophelia contó a la radio que se enteró de quien era el inquilino de la 2806 cuando llegó a casa.

A pesar de la ausencia de cámaras, The New York Post reveló que una grabación mostraría a DSK saliendo precipitadamente de la habitación olvidándose algunos efectos personales, mientras que el chófer que le llevó hasta el aeropuerto dijo que Strauss-Kahn “quería irse lo antes posible”. Diversos testimonios recogidos por otros medios negaban el supuesto nerviosismo del ex director gerente del FMI.

Otro de los puntos oscuros de la investigación ha sido el hecho de que se haya pedido investigar la ropa de Dominique Strauss-Kahn, a pesar de que, aparentemente, este se encontraba desnudo mientras ocurrían los hechos.

Un millón de dólares de fianza después y a la espera del final del proceso, las tesis del complot contra Strauss-Kahn se quedan en tesis y supuestos y hasta que se demuestre lo contrario permanecerán en la misma nevera en la que reposan el Elvis resucitado, el avión que se estrelló contra el Pentágono y los OVNI de Roosevelt.

Cuando uno paga 3.000 dólares por noche en la suite 2806 del hotel Sofitel, cerca de Times Square, en el corazón de Nueva York, no espera que la señora de la limpieza entre a la habitación mientras se está duchando ¿o tal vez sí? La sombra de la teoría de la conspiración contra Dominique Strauss-Kahn ha calado a lo largo de la semana en las mentes de muchas personas. En su país de origen lo tienen claro: el 57% de los franceses piensan que todo este asunto es una intriga para acabar con la carrera al Elíseo de DSK.