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Bin Laden vuelve a unir, y después a dividir, a EEUU y Europa
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RESPUESTAS OPUESTAS EN AMBOS LADOS DEL ATLÁNTICO

Bin Laden vuelve a unir, y después a dividir, a EEUU y Europa

Cuando los hombres de Osama bin Laden estrellaron dos aviones contra el World Trade Center de Nueva York hace 10 años, desencadenaron una efusión de solidaridad

Foto: Bin Laden vuelve a unir, y después a dividir, a EEUU y Europa
Bin Laden vuelve a unir, y después a dividir, a EEUU y Europa

Cuando los hombres de Osama bin Laden estrellaron dos aviones contra el World Trade Center de Nueva York hace 10 años, desencadenaron una efusión de solidaridad desde Europa, que fue resumida por un periódico francés con el titular "Ahora todos somos estadounidenses". No duró. La década de guerras posterior ha tensado viejas alianzas, y ahora la muerte de un Bin Laden desarmado a manos de tropas estadunidenses ha provocado una nueva oleada de respuestas emocionales opuestas en ambos lados del Atlántico.

Estadounidenses eufóricos llenaron Times Square para cantar ¡"USA, USA, USA!" y acudieron a Internet para comprar camisetas con la leyenda "Le pillamos" y "Eh Osama, dile a Hitler hola de nuestra parte". Los europeos, también objetivo de Al Qaeda, mantuvieron su satisfacción más contenida, aunque los titulares de los periódicos sensacionalistas no fueron menos triunfantes. Y, algo más importante, algunos empezaron a cuestionar la legalidad y moralidad del asesinato y el riego de ataques de represalia.

Esa actitud simplemente ha indignado a muchos americanos. Cuando Tony Metcalf, el redactor jefe británico de los periódicos de Metro en Estados Unidos, publicó una historia de Reuters sobre las dudas europeas de lo que un ex canciller alemán calificó de violación de la ley internacional, "sabíamos que habría una reacción". En una anotación el miércoles en su blog, Metcalf señaló que dadas las
celebraciones por Estados Unidos el domingo por la noche, las objeciones desde Francia, Alemania, España y partes de Reino Unido no sorprendieron, y encajaron perfectamente en la visión despectiva que tienen muchos americanos de los europeos.

Un vistazo al hilo de comentarios de Metro muestra una casi unanimidad sobre las críticas europeas: "Arrogantes, condescendientes, desconsiderados y desagradecidos", escribió LisaC en un post menos cáustico.

Valores compartidos, perspectivas diferentes

Impertérrito, Metcalf continuó explicando cómo los europeos admiran el compromiso de los estadounidenses con los valores compartidos de la democracia y el Estado de Derecho, pero temen que la política estadounidense, particularmente hacia los musulmanes, ponga en riesgo esos mismos valores y cree problemas para el futuro. "Los estados democráticos no ejecutan a la gente sin pasar primero por el proceso judicial", escribió. "Si se evita ese proceso, entonces no se es mejor que los terroristas".

"¿Es duro? ¿Debería yo, un europeo, ser enviado de vuelta al otro lado del charco entre abucheos? Probablemente usted piense eso". "Pero le desafío a debatir con esa lógica". Al otro lado del océano, los estadounidenses que viven en Europa también
eran conscientes del abismo en las percepciones.

Bernhard Warner, un empresario de medios sociales y periodista freelance que trabaja en Roma, dijo que amigos europeos compararon la visión de los americanos "bailando en la calle por la muerte de alguien" con las escenas de júbilo procedentes de Oriente Próximo tras el 11-S, que fueron calificadas de barbarie por Estados Unidos. "Tengo familia y amigos en casa que están eufóricos y tengo familia y amigos
en Europa que no entienden la euforia", dijo Warner. "Hay una sensación de estar atónitos".

El californiano Daniel Leraul, que trabaja en España, dijo: "Mis amigos europeos (...) son muy cínicos al respecto. No están de acuerdo con la declaración de Obama de que se había hecho justicia".

Las dudas en Europa contrastan con el consenso en Estados Unidos. Algunos lo ven debido a los diferentes pareceres sobre lo que la muerte de Bin Laden puede suponer para el futuro.

Otros lo achacan a las históricas diferencias culturales. Algunos dicen que los europeos, que desprecian generalmente el gusto de los estadounidenses por la pena de muerte y tienen un nivel mucho menor de fe religiosa, también  ven un mundo más gris que uno en el que el bien gana al "mal" que algunos americanos declararon como su enemigo después del 11 de septiembre.

Cuando los hombres de Osama bin Laden estrellaron dos aviones contra el World Trade Center de Nueva York hace 10 años, desencadenaron una efusión de solidaridad desde Europa, que fue resumida por un periódico francés con el titular "Ahora todos somos estadounidenses". No duró. La década de guerras posterior ha tensado viejas alianzas, y ahora la muerte de un Bin Laden desarmado a manos de tropas estadunidenses ha provocado una nueva oleada de respuestas emocionales opuestas en ambos lados del Atlántico.

Estadounidenses eufóricos llenaron Times Square para cantar ¡"USA, USA, USA!" y acudieron a Internet para comprar camisetas con la leyenda "Le pillamos" y "Eh Osama, dile a Hitler hola de nuestra parte". Los europeos, también objetivo de Al Qaeda, mantuvieron su satisfacción más contenida, aunque los titulares de los periódicos sensacionalistas no fueron menos triunfantes. Y, algo más importante, algunos empezaron a cuestionar la legalidad y moralidad del asesinato y el riego de ataques de represalia.

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