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El presidente del Parlamento asume la Jefatura de Estado de Túnez hasta las elecciones
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TRAS LA MARCHA DE BEN ALÍ A ARABIA SAUDÍ

El presidente del Parlamento asume la Jefatura de Estado de Túnez hasta las elecciones

Tras el derrocamiento del hasta ayer presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Alí, y su consiguiente exilio a Arabia Saudí, el Gobierno interino trata de tomar las riendas de

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El presidente del Parlamento asume la Jefatura de Estado de Túnez hasta las elecciones

Tras el derrocamiento del hasta ayer presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Alí, y su consiguiente exilio a Arabia Saudí, el Gobierno interino trata de tomar las riendas de una situación nacional insostenible. De momento, el Constitucional ha elegido el presidente interino encargado de dirigir el país hasta que el pueblo decida democráticamente el sustituto de Ben Alí, y oposición y Gobierno han fijado la celebración de elecciones anticipadas dentro de seis o siete meses.

La oleada de ira popular en las calles por la represión policial y por la pobreza acabó ayer viernes con los 23 años de gobierno del presidente tunecino, provocando un escalofrío en los impopulares gobiernos autoritarios del mundo árabe. El líder tunecino dejó el poder y decidió huir a Arabia Saudí. La capital de este país del norte de África se despertó este sábado en estado de excepción, después de una noche en la que se registraron numerosos saqueos y pillajes; además de con una cara nueva en la Presidencia.

El Consejo Constitucional ha proclamado esta mañana presidente interino al presidente del Parlamento, Fued Mebaza, tras el anuncio del primer ministro tunecino, Mohamed Ghannouchi, de la toma de las riendas de la Presidencia. De esta manera, Mebaza asume las funciones de presidente hasta que se celebren de elecciones anticipadas en un plazo de 60 días, según ha fijado el Constitucional.

Algunos analistas ya cuestionaron ayer si el cambio de presidente iba a satisfacer a los manifestantes. Después de que los disturbios se extendieran desde ciudades provinciales a la capital, causando decenas de muertos y dando problemas a las fuerzas de seguridad para contener las manifestaciones de jóvenes enfurecidos, el Gobierno declaró el estado de excepción e impuso un toque de queda desde el anochecer hasta el amanecer. Asimismo, el Ejecutivo cerró el espacio aéreo hasta esta mañana, dejando en tierra a miles de turistas.

La violencia y el rápido giro de los acontecimientos se sintió en todo el mundo árabe, donde mandatarios autoritarios similares están muy enraizados, pero afrontan la presión creciente de la población joven, las dificultades económicas y la atracción del islamismo.

De esta manera, ayer viernes pudieron escucharse disparos ocasionales en Túnez, aunque no se dieron grandes protestas tras el anuncio de Ghanuchi, aunque algunos tunecinos no estaban satisfechos con este cambio. Fadhel Bel Taher, hermano de un hombre que murió en las protestas, dijo a la cadena de televisión Al Yazira que las protestas se reanudarían pronto. "Mañana estaremos de vuelta en las calles, en la plaza de los mártires, para continuar con esta desobediencia civil hasta (...) que el régimen se haya ido". dijo.

No obstante, otros estaban más contentos. En la ciudad de Menzel Bouzaiane, al sur de Túnez, unas 5.000 personas se concentraron en las calles para celebrar la aparente salida de Ben Alí, dijo Mohamed Fadhel un activista de un sindicato local a Reuters.

Llamamiento nacional a la unidad

No estaba claro hasta qué punto los que rodean a Ben Alí, el segundo presidente que ha tenido Túnez desde que se independizó de Francia, estaban dispuestos a ceder el poder a los grupos opositores.

"Puesto que el presidente temporalmente no es capaz de ejercer su labor, se ha decidido que el primer ministro ejercerá temporalmente su labor", dijo Ghannouchi. "Pido a los hijos e hijas de Túnez, de todas las creencias políticas e intelectuales, que se unan para que nuestro amado país supere este difícil periodo y regrese a la estabilidad".

La última oleada de descontento surgió cuando la Policía impidió que un universitario en paro vendiera fruta sin licencia y éste se quemó a lo bonzo, muriendo poco después a causa de las quemaduras.

En el poder desde 1987, Ben Alí había declarado el estado de excepción y advertido a los manifestantes que había dado a la policía la orden de disparar, en una confrontación cada vez más violenta. También había cesado el Gobierno y convocado elecciones parlamentarias anticipadas.

Conforme la violencia empeoraba, la Policía lanzó gases lacrimógenos y disparó para intentar dispersar a una multitud en el centro de Túnez, que solicitaba la inmediata dimisión del veterano mandatario. No estaban satisfechos con la promesa que realizó el jueves de dejar el poder en 2014, cuando expirara su actual legislatura.

Estados Unidos pide calma

Por su parte, Estados Unidos encabezó los llamamientos internacionales a la calma y que el pueblo de Túnez pueda elegir libremente a sus líderes. Pero las potencias occidentales han ignorado desde hace tiempo a los gobernantes en la región, que aportan un bastión contra los radicales islamistas.

Mientras tanto, la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Catherine Ashton, mostró a través de un comunicado "todo el apoyo y reconocimiento de la UE al pueblo tunecino y sus aspiraciones democráticas", y ha asegurado que éstas se deben conseguir "de manera pacífica".

En este sentido, ha urgido a todas las partes implicadas a "mostrar moderación y mantener la calma" para evitar un rebrote de la violencia que cause nuevas víctimas, se lee en este comunicado subido a la página oficial en Internet de la diplomacia europea.

Por su parte, el presidente francés Nicolas Sarkozy indicó que "sólo el diálogo puede aportar una solución democrática y duradera en la actual crisis. En un primer momento, una fuente policial de la agencia Reuters en Francia dijo que la Policía había recibido órdenes de que esperara la llegada de Ben Alí en un aeropuerto cercano a París a última hora del viernes, hecho que no se cumplió tras la llegada del ya ex presidente a Arabia Saudí.

Varios países, como Reino Unido y Estados Unidos, han aconsejado a sus ciudadanos que no viajen a Túnez, poniendo en peligro el turismo, alma económica del país. El operador de vacaciones Thomas Cook dijo el viernes que estaba evacuando a casi 4.000 turistas alemanes, británicos e irlandeses.

Tras el derrocamiento del hasta ayer presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Alí, y su consiguiente exilio a Arabia Saudí, el Gobierno interino trata de tomar las riendas de una situación nacional insostenible. De momento, el Constitucional ha elegido el presidente interino encargado de dirigir el país hasta que el pueblo decida democráticamente el sustituto de Ben Alí, y oposición y Gobierno han fijado la celebración de elecciones anticipadas dentro de seis o siete meses.

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