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Sudán del Sur, el nuevo Kuwait africano en el que no está España
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SUDÁN DEL SUR SERÁ EL QUINTO EXPORTADOR DE CRUDO

Sudán del Sur, el nuevo Kuwait africano en el que no está España

En unos días puede nacer un nuevo Estado en África, un país con la superficie de la Península Ibérica y unos ocho millones de habitantes sumidos

Foto: Sudán del Sur, el nuevo Kuwait africano en el que no está España
Sudán del Sur, el nuevo Kuwait africano en el que no está España

En unos días puede nacer un nuevo Estado en África, un país con la superficie de la Península Ibérica y unos ocho millones de habitantes sumidos en la miseria, pero con unas perspectivas de desarrollo considerables. Ese nuevo país, la República de Sudán del Sur, será el quinto exportador de petróleo de África. Muchas potencias mundiales y regionales se han preparado para su independencia, habiendo abierto consulados en la capital, Juba, que pueden convertirse en embajadas (Estados Unidos, China, Reino Unido, India, Sudáfrica, Kenia, Brasil, Francia, Irán, Egipto, Uganda...). De esta toma de posiciones para la carrera está ausente por voluntad propia España, el único miembro de la Unión Europea y la OCDE con fronteras terrestres en África.

 

Pero no sólo los diplomáticos y los políticos españoles viven de espaldas a un acontecimiento capital en África, también los empresarios y los periodistas. Una vez controlada la crisis humanitaria en Darfur y concluida la guerra en el sur, apenas se han publicado artículos sobre Sudán (donde hay tres misiones de la ONU) en la prensa española.

Y Sudán es el país más grande África, con 2,5 millones de kilómetros cuadrados. También es, como lo han definido unos cooperantes de Ayuda a la Iglesia Necesitada con los que he hablado, como “el agujero negro de África, junto con el Congo”. Su importancia la da no sólo su tamaño, sino que incluye una de las líneas de choque entre el mundo árabe y musulmán y el africano tradicional negro, de religión cristiana o animista.

Desde su independencia de Gran Bretaña el 1 de enero de 1956, Sudán ha vivido casi siempre bajo dictadores de origen árabe-musulmán y en guerra. Los planes de los gobernantes de Jartum, como el general Yaafar al Nimeiri (1969-1985) y el general Omar Hasan Al Bashir (desde 1989 hasta la actualidad), eran conseguir la unificación del país en torno al Islam. La introducción de la sharía como ley civil causó la sublevación del sur. La guerra civil se extendió entre 1983 y 2005, y se calcula que en ella murieron dos millones de personas y hubo casi cinco millones de desplazados. En esos años, se descubrió petróleo en el sur, lo que enconó la guerra. La paz llegó con los Acuerdos de 2005 entre Jartum y el Movimiento de Liberación del Pueblo de Sudán, en los que se pactaba un régimen autonómico para el sur y, pasados unos años, un referéndum de autodeterminación. El domingo 9 de enero comenzará la consulta y la comunidad internacional, desde la ONU a los vecinos de Sudán, ha exigido a Bashir que respete los resultados.

El norte se quedó con el petróleo del sur

Sudán del Sur es un país en el que literalmente está todo por construir: carreteras, puentes, escuelas, hospitales, oficinas, viviendas… Jartum asoló el territorio para diezmar a sus habitantes y saquear el petróleo. La producción -con cifras poco fiables- supera los 400.000 barriles, que se venden en un 65% a China, uno de los escasos apoyos del dictador Bashir, y las reservas se han cifrado, por ahora, en 6.700 millones de barriles. El 80% del petróleo se encuentra en el territorio del sur. La victoria del sí se da por descontada, pese a los problemas para la elaboración del censo y los requisitos (participación mínima del 60%); incluso docenas de miles de negros que se refugiaron en Jartum huyendo de la guerra están regresando al sur.

El Gobierno del sur, que ha designado como capital la ciudad de Juba, ya está haciendo planes, algunos tan espectaculares como la construcción de ciudades con forma de animales. También quería tender una línea de ferrocarril uniese la capital con Uganda y Kenia, pero la construcción se ha suspendido. El principal obstáculo es la pobreza de la población, de la que el 90% vive con menos de un dólar diario de ingreso, según cálculos de la ONU. Pero la principal ventaja es la explotación del petróleo, que asegura un ingreso permanente. Desde hace años hay empresas de todo el mundo dedicadas a la extracción de petróleo (suecas, noruegas, holandesas, indias, chinas, francesas, italianas, japonesas, malasias, rusas…), algunas de las cuales han sido acusadas de complicidad en la violación de derechos humanos. En el caso de que se produzca la independencia, los dos Gobiernos tendrán que llegar a un acuerdo sobre el reparto de los rendimientos del petróleo que se extrae en el sur y se exporta a través de los puertos en el mar Rojo situados en el norte.

¿La mayor economía de la región?

Las perspectivas de desarrollo para Sudán del Sur son, dentro lo que suele ser habitual en África, positivas. Si gracias al petróleo, Jartum superó los efectos de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos por su colaboración con el terrorismo, ¿qué puede ocurrir en el sur con paz y con los beneficios del petróleo? Un banco keniata pronostica que el nuevo país puede ser la mayor economía de la región en poco más de 10 años.

Washington está implicado en la pacificación de todo Sudán; Pekín es el principal cliente de Jartum; París ha recibido esta semana al ministro de Exteriores sudanés; Nueva Dehli ha negociado más concesiones petrolíferas; Brasilia ofrece negocios a empresas sudanesas… ¿Y, mientras, qué hace España? Las exportaciones españolas a Sudán en 2008 ascendieron a sólo 23 millones de euros. En el mayor país de África no hay diplomáticos, ni empresarios, ni cascos azules ni periodistas españoles.

En unos días puede nacer un nuevo Estado en África, un país con la superficie de la Península Ibérica y unos ocho millones de habitantes sumidos en la miseria, pero con unas perspectivas de desarrollo considerables. Ese nuevo país, la República de Sudán del Sur, será el quinto exportador de petróleo de África. Muchas potencias mundiales y regionales se han preparado para su independencia, habiendo abierto consulados en la capital, Juba, que pueden convertirse en embajadas (Estados Unidos, China, Reino Unido, India, Sudáfrica, Kenia, Brasil, Francia, Irán, Egipto, Uganda...). De esta toma de posiciones para la carrera está ausente por voluntad propia España, el único miembro de la Unión Europea y la OCDE con fronteras terrestres en África.

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