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México rompe las barreras a favor de los gays en un continente homófobo
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CÁRCEL, CENSURA Y HASTA CADENA PERPETUA

México rompe las barreras a favor de los gays en un continente homófobo

Jaime López ultimaba los detalles de su boda mientras responde a El Confidencial. Su enlace no sería noticia si no figurase entre los cinco primeros que

Foto: México rompe las barreras a favor de los gays en un continente homófobo
México rompe las barreras a favor de los gays en un continente homófobo

Jaime López ultimaba los detalles de su boda mientras responde a El Confidencial. Su enlace no sería noticia si no figurase entre los cinco primeros que tienen lugar entre parejas del mismo sexo -dos de hombres y tres de mujeres- en el Distrito Federal mexicano, la única ciudad de Latinoamérica y el Caribe que ha aprobado el matrimonio entre homosexuales con plenos derechos, lo que incluye la adopción. En esta región once países aún consideran la homosexualidad un crimen penado con la cárcel.

 

El cambio en el código civil impulsado por el izquierdista Marcelo Ebrard, alcalde de Ciudad de México, ha supuesto “un gran respiro” para el colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales (LGBT), del que López, abogado, es uno de sus principales activistas y responsables. Pero la lucha por la igualdad de derechos y contra la discriminación por razones de orientación e identidad sexual, que en Latinoamérica tuvo poco eco como consecuencia de los regímenes totalitarias (y sociedades conservadoras muy influenciadas por la Iglesia católica), es aún larga, explica López.

Brasil encabeza el ránking de crímenes por homofobia, con un asesinato cada tres días. Le siguen México, con una media de 35 al año y Estados Unidos, con 25. La mayoría de esos crímenes quedan impunes.

Muchos de esos asesinatos se ejecutan con saña. Un ejemplo reciente es el de un gay de 19 años cuyo cuerpo apareció quemado, decapitado y desmembrado en noviembre de 2009 en Puerto Rico. Era un conocido miembro de la comunidad homosexual del país, donde se aplican las decisiones del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, que declaró inconstitucionales las leyes estatales que criminalizaban la “sodomía”. Hasta 2005 la homosexualidad consentida estuvo penalizada en su legislación.

Los países con menor nivel de desarrollo económico de América son los que mantienen índices más elevados de homofobia en sus sociedades: en Guyana la homosexualidad se castiga con cadena perpetua y se prohíbe el travestismo público, y la legislación nicaragüense penaba con cárcel la homosexualidad hasta 2008. En el Caribe se asemejan más al mundo islámico que a sus vecinos, y en la mayoría de sus islas las relaciones homosexuales son consideradas delictivas. En Jamaica, Barbados o Trinidad y Togabo se castiga con penas mayores de cárcel y en el continental Belice las leyes prohíben además la entrada al país de homosexuales y prostitutas, según los datos recabados por El Confidencial de International Lesbian and Gay Asociation (ILGA).

Cuba, un caso ‘sui generis’

Cuba, explica Jaime López, es un caso “muy sui generis”. Él mismo fue objeto de la represión que “hasta hace cinco años” se vivía bajo el régimen castrista y que llevaba a la cárcel a los homosexuales. En los años 60 eran internados en campos de trabajo para su reeducación. Al revés que la práctica totalidad del resto del mundo, empezó por regular los derechos de los transexuales y transgéneros, y cuenta con “un muy buen programa de atención médica”; pero para los gays, lesbianas y bisexuales “todavía no hay derechos” y ni siquiera se reconocen las uniones civiles entre personas del mismo sexo. La emblemática película Fresa y chocolate hizo más evidente la situación y abrió el debate allá por 1992. Cantantes cubanos como Pablo Milanés o Silvio Rodríguez han aportado su grano de arena en esta batalla con composiciones como Pecado original o El Sol no da de beber.

El periodista y escritor español Jorge Moreta, que acaba de publicar su libro Cuba, más allá de Fidel (Altair, 2009) recordó a El Confidencial cómo Fidel Castro castigó durante décadas la homosexualidad con prisión, como ocurrió con un gran número de lo que en la isla conocen como “pájaros”, que acabaron penando en lugares como el emblemático castillo del Morro de La Habana. Una víctima bien conocida del régimen, por motivos sexuales y políticos, fue el poeta Reinaldo Arenas.

Resquicios legales en Argentina

Argentina -cuna del primer grupo de reivindicación homosexual de Suramérica durante la dictadura militar de 1966-1973 y cuya capital, Buenos Aires, fue la primera de América Latina en autorizar la unión civil de parejas del mismo sexo en 2003-, se debate ahora en un enjambre legal que deja resquicios como los que aprovechó una pareja gay para contraer matrimonio en un registro civil de Ushuaia. Lo intentaron infructuosamente en Buenos Aires, pero lograron su propósito el pasado diciembre gracias a que la gobernadora del distrito de esa provincia de Tierra de Fuego lo autorizara mediante un decreto.

En ese país sólo algunas ciudades reconocen la unión civil, más restrictiva en derechos que el matrimonio, y prueba de ello es que un juez argentino acaba de anular el casamiento de dos hombres celebrado en Buenos Aires la semana pasada, al considerar que supone una violación del Código Civil, según informa el diario La Nación. No obstante, el apoyo del ex presidente Néstor Kircher y esposo de la actual mandataria del país, Cristina Fernández, al matrimonio gay, abre las puertas de la esperanza para el colectivo.

Sólo Colombia, Ecuador y Uruguay reconocen en todo su territorio las uniones civiles entre personas del mismo sexo; se añaden algunas ciudades de Argentina, Brasil, Colombia y México. En Estados como República Dominicana aún siguen vigentes leyes que prohíben la difusión de vídeos musicales relacionados con la homosexualidad y la bisexualidad en canales televisivos locales. Regímenes izquierdistas como el de Evo Morales en Bolivia o Rafael Correa en Ecuador han aportado avances para la comunidad LGBT; en el primer caso, señala López, el presidente promovió una reforma constitucional para incluir la no discriminación sexual por identidad y de género, por lo que “en teoría”, los matrimonios entre personas del mismo sexo podrían celebrarse “para evitar una discriminación”, al igual que en territorio ecuatoriano, pero las adopciones les están vetadas.

En su opinión, dentro de una corriente en la que “los movimientos de izquierda demuestran fuertes intentos de acabar con todas las discriminaciones”, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil es el más decepcionante. Allí sólo algunas ciudades reconocen desde 2005 las uniones civiles de homosexuales. Se esperaba más del mandatario que hace casi dos años insinuó ante las organizaciones LGBT un reconocimiento pleno de sus derechos. Este mes se ha previsto una manifestación para exigirle el cumplimiento de sus compromisos.

Rechazo social

Y aunque la Ciudad de México se haya puesto en la vanguardia al cambiar el concepto de matrimonio –ya no es unión entre hombre y mujer, sino entre dos personas- y otorgar así a las parejas homosexuales los mismos derechos cívicos de los que gozan las heterosexuales, “una cosa es la ley y otra la aceptación social”, recuerda el responsable del colectivo LGTB del país. Son muchas las personas que no ven con buenos ojos esta medida y menos que esas parejas puedan adoptar hijos. El rechazo, sobre todo en áreas menos cosmopolitas que el DF, les impide expresar su amor en público.

Según varios antropólogos, es una herencia de la colonización; muchas de las culturas prehispánicas consideraban a los homosexuales seres mágicos dotados de poderes sobrenaturales –en algunas sociedades sólo a ellos se les permitía ejercer como chamanes-, el sexo entre gays era apreciado como en la Grecia clásica y se respetaba la bisexualidad y el travestismo. El desembarco de los colonizadores europeos y la conversión al cristianismo importó la homofobia del viejo continente y la Inquisición persiguió y castigó con la muerte lo que consideraba conductas demoníacas. Más de 500 años después aún luchan por recuperar sus derechos.

Jaime López ultimaba los detalles de su boda mientras responde a El Confidencial. Su enlace no sería noticia si no figurase entre los cinco primeros que tienen lugar entre parejas del mismo sexo -dos de hombres y tres de mujeres- en el Distrito Federal mexicano, la única ciudad de Latinoamérica y el Caribe que ha aprobado el matrimonio entre homosexuales con plenos derechos, lo que incluye la adopción. En esta región once países aún consideran la homosexualidad un crimen penado con la cárcel.

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