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Europa, dividida ante las presiones de Obama para aumentar los controles en los aeropuertos
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Europa, dividida ante las presiones de Obama para aumentar los controles en los aeropuertos

Francia cede ante los ruegos de Washington. En plena campaña de la administración Obama para hacer de la seguridad aérea una cuestión internacional, el Gobierno galo

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Europa, dividida ante las presiones de Obama para aumentar los controles en los aeropuertos

Francia cede ante los ruegos de Washington. En plena campaña de la administración Obama para hacer de la seguridad aérea una cuestión internacional, el Gobierno galo anunció ayer que utilizará escáneres corporales en los vuelos con destino a EEUU, y en otros “vuelos sensibles”, que partan de los aeropuertos parisinos. Se suma así a Reino Unido, Holanda e Italia, los únicos Estados europeos que ya han aceptado instalar estos sistemas de control.  

La Dirección General de la Aviación Civil gala (DGAC) explicó ayer que, con objeto de preservar la intimidad, los pasajeros estarán separados físicamente de los agentes que examinen las imágenes, formas reconstituidas en tres dimensiones que muestran borrosas las partes correspondientes a los genitales y la cara. El paso por los escáneres también será, por el momento, voluntario. Quienes lo rechacen, deberán someterse a un cacheo. 

Hasta ahora, Francia había descartado implantar estos sistemas, después de que una primera experiencia en el aeropuerto de Niza en 2009 provocase protestas de diversas asociaciones. El año anterior, el Parlamento Europeo había manifestado públicamente que el uso de estos escáneres podía atentar contra los derechos fundamentales de los pasajeros. Ahora que el atentado frustrado en Navidad contra un avión con destino a Detroit ha reactivado la polémica, los Estados miembros de la UE son, en principio, favorables a la implantación, según fuentes diplomáticas citadas por Efe, aunque declaran estar a la expectativa sobre la evolución de la reglamentación europea de seguridad aérea.  Solo países como Bélgica o Alemania han mostrado su oposición.    

El daño político

El presidente Barack Obama, acuciado por las dudas sobre su contundencia frente al terrorismo islamista que siembra el partido republicano tras el atentado del 25 de diciembre, anunció esta semana medidas adicionales para reforzar la seguridad aérea. Tras reunirse el jueves con sus asesores, el líder estadounidense aprobó la ampliación de las lista de personas que no pueden volar a EEUU, una inversión de 1.000 millones de dólares en nuevas tecnologías y una mayor supervisión en la entrega de visas.    

Con la inmediata presentación del informe sobre el atentado que protagonizó el nigeriano Umar Farouk, la Casa Blanca busca mitigar el daño político sufrido por Obama, ahora que los republicanos pretenden extraer rédito electoral de las supuestas lagunas en materia de seguridad y con la polémica por su reforma sanitaria aún candente. “Me temo que la preocupación del presidente con la reforma del sistema de salud y otros temas domésticos lo han distraído de los que debería ser el rol fundamental de nuestro jefe ejecutivo: mantener a nuestra nación y a la ciudadanía segura”, criticó el senador republicano John Cornyn.

Los ataques contra el presidente demócrata tendrán otra consecuencia. Antes del fallido atentado, Obama pretendía concentrarse en la recuperación económica y la creación de empleo. Ahora la seguridad consumirá una gran parte de su agenda. Y sus socios también deberán arrimar el hombro.

“El incidente de Navidad enfatizó que los procedimientos de control en los aeropuertos extranjeros son críticos para nuestra seguridad en Estados Unidos.  Por lo tanto, debemos hacer todo lo que podamos para exhortar a las autoridades extranjeras a que utilicen las mismas tecnologías mejoradas de seguridad aérea”, afirmó esta semana Janet Napolitano, secretaria de Estado de Seguridad Nacional.

Napolitano, quien ha sido duramente criticada por restar importancia al ataque frustrado del 25 de diciembre, visitará España a finales de enero para reunirse con sus homólogos de la UE  y acordar las medidas que deben adoptarse para desarrollar nuevos estándares de seguridad aérea. Desde el 11 de septiembre de 2001, los terroristas han utilizado en tres ocasiones aviones comerciales para atentar contra EEUU: el atacante con una bomba en sus zapatos detenido ese mismo año, un complot para derribar vuelos sobre el Atlántico descubierto en 2006 y el incidente del vuelo entre Amsterdam y Detroit.

Francia cede ante los ruegos de Washington. En plena campaña de la administración Obama para hacer de la seguridad aérea una cuestión internacional, el Gobierno galo anunció ayer que utilizará escáneres corporales en los vuelos con destino a EEUU, y en otros “vuelos sensibles”, que partan de los aeropuertos parisinos. Se suma así a Reino Unido, Holanda e Italia, los únicos Estados europeos que ya han aceptado instalar estos sistemas de control.  

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