La entrada de Mediaset en Cuatro y Digital Plus podría suavizar el veto de Italia a las inversiones españolas

La compra de la mayoría de los activos televisivos de Prisa por parte de Mediaset, el conglomerado audiovisual de Silvio Berlusconi, muestra nuevamente que las empresas italianas encuentran el camino expedito cuando hacen adquisiciones en España. Lo reconocía claramente el hijo de Il Cavaliere y vicepresidente de Mediaset, Pier Silvio Berlusconi, quien en una reciente entrevista al Corriere della Sera afirmaba que el Gobierno español se comportaba de forma “muy moderna”, ya que no ponía impedimentos a las operaciones que corporaciones italianas como la propia Mediaset, Rizzoli-Corriere della Sera (RCS), Enel o De Agostini han realizado en España en los últimos años.

La falta de intervención del Ejecutivo español contrasta con la postura de Roma, que hace del proteccionismo y de la defensa de la italianidad de sus empresas históricas una bandera. La compra de Cuatro y del 22% de Digital Plus por parte de Mediaset, sin embargo, podría abrir un nuevo escenario de intercambio que beneficiaría sobre todo a Telefonica, cuyo presidente, César Alierta, aspira a hacerse con el control de su participada Telecom Italia. “Está claro que la operación entre Mediaset y Prisa no tiene ninguna contrapartida pero crea un crédito a favor de los españoles con el que se podrá trabajar”, reconocía recientemente al diario La Repubblica un banquero experto en el mundo de la telefonía.

Alierta no ha podido hasta ahora aumentar su participación en Telecom Italia por el veto que le ha puesto Berlusconi, quien no quiere ceder a manos extranjeras el control de la red telefónica italiana. La teleco transalpina, no obstante, se encuentra en una situación muy débil por su elevada deuda y la falta de un accionista de referencia. Además necesita una fuerte inyección de liquidez para acometer inversiones tecnológicas básicas que le permitan seguir ofreciendo sus servicios.

Veto de Berlusconi a Telefónica

Telefónica posee ahora el 46,1% de Telco, el consorcio que controla a su vez el 22,5% de Telecom Italia. Querría hacerse con una participación mucho mayor para relanzar la compañía y, según la prensa italiana, incluso fusionarse con ella. La luz verde que José Luis Rodríguez Zapatero ha dado a Mediaset para que compre Cuatro podría hacer que Berlusconi abandonase por una vez su proteccionismo y permitiese que Alierta terminase de cazar su presa. Un atento observador de las relaciones económicas entre ambos países, sin embargo, considera muy difícil que Il Cavaliere acabe cediendo a una empresa española el control de una corporación tan estratégica como Telecom Italia.

Basta con recordar las últimas grandes operaciones bilaterales para ver claramente que la relación económica que mantienen España e Italia no está muy equilibrada. España no tuvo problemas para ceder a la transalpina Enel el control de una sociedad tan importante como Endesa, lo que no impidió que Roma bloqueara el intento de fusión entre la catalana Abertis y Autostrade. La actitud de Italia va más allá del Gobierno de turno. Si ahora es Berlusconi el que pone freno a Telefónica, antes fue Romano Prodi el que hizo descarrilar el acuerdo entre las concesionarias de autopistas.

Este desequilibrio es igual de evidente al contemplar las cifras. En 2007, antes de que la crisis dejara las relaciones comerciales bilaterales en los huesos, las inversiones españolas en Italia alcanzaron los 4.920 millones de euros. Las italianas en nuestro país triplicaron con creces esa cifra, hasta alcanzar 18.141 millones de euros.