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Chávez envenena el ambiente para la cumbre de Unasur
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Chávez envenena el ambiente para la cumbre de Unasur

Una guerra del siglo XIX que hizo cambiar los mapas de la costa del Pacífico y un conflicto interno que desangra a Colombia desde hace más

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Chávez envenena el ambiente para la cumbre de Unasur

Una guerra del siglo XIX que hizo cambiar los mapas de la costa del Pacífico y un conflicto interno que desangra a Colombia desde hace más de 40 años envenenan el ambiente de la próxima cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Los gobernantes de los 12 países miembros de Unasur se reunirán este viernes en Bariloche con el objetivo principal de tratar sobre un acuerdo para que militares estadounidenses puedan usar bases colombianas en operaciones contra la guerrilla y el narcotráfico.

Pese a que Colombia es escenario desde hace más de una década de un plan de Estados Unidos contra esos dos flagelos, con presencia militar estadounidense incluida, el acuerdo ha provocado un frontal rechazo en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, y preocupación en otras naciones de la región, que, sin embargo, en su mayoría reconocen que se trata de una decisión soberana del Gobierno colombiano.

En la cumbre ordinaria que Unasur celebró en Quito el 10 de agosto, que estuvo precedida de una gira del presidente colombiano, Álvaro Uribe, por la región para explicar los términos del pacto, no se logró consenso para censurar a Colombia por ese acuerdo para el uso compartido de bases con Estados Unidos. El panorama para la reunión de Bariloche (Argentina) no es precisamente el mejor para avanzar en posturas comunes.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, que considera el acuerdo colombo-estadounidense casi como "una declaración de guerra", ya ha pronosticado que debido al acuerdo relativo a las bases habrá ruptura de relaciones con Colombia -de hecho, están ya congeladas-. Ayer en la Organización de Estados Americanos (OEA) Colombia presentará una queja formal contra Venezuela por "las intenciones intervencionistas" del presidente Chávez. Pero, este no es el único conflicto entre países de Unasur que envenena el ambiente para la cumbre de Bariloche.

La "sumisión" de Morales

La guerra del Pacífico, que a fines del siglo XIX enfrentó a Chile con Bolivia y Perú, y en la que los chilenos resultaron vencedores, lo que les permitió incrementar su territorio a costa de los derrotados, sigue siendo motivo de discordia. Esta vez Perú, que tiene en el tribunal de La Haya una demanda contra Chile por no estar de acuerdo con los actuales límites marítimos, ha provocado el malestar de Bolivia y Chile con unas declaraciones de su presidente, Alan García, en las que ha acusado a esos dos países de negociar acuerdos bajo la mesa. García además acusó al presidente de Bolivia, Evo Morales, de "sumisión" al gobierno chileno, lo que ha avivado la tensión entre Perú y Bolivia.

Los gobiernos de Bolivia y Chile, que paradójicamente no tienen relaciones diplomáticas entre ellos, han negado que sus negociaciones para una agenda común tengan cláusulas secretas relativas a la reclamación boliviana de una salida al mar y han asegurado que se rigen por la "transparencia". García es precisamente el presidente que ha adoptado una posición más favorable al acuerdo entre Colombia y Estados Unidos, y será previsiblemente un aliado de Álvaro Uribe en la cumbre de Bariloche. Allí el mandatario colombiano tendrá también que verse las caras con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien rompió las relaciones con Colombia en marzo de 2008.

Correa y las FARC

La causa de esa ruptura es el bombardeo colombiano de un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) instalado en territorio ecuatoriano, que dejó 26 muertos, entre ellos Luis Edgar Devia, alias Raúl Reyes, número dos de esa organización considerada terrorista por la Unión Europea y EE.UU. Los presuntos nexos de Correa y su gobierno con las FARC, así como el supuesto apoyo del Gobierno de Chávez a esa misma organización guerrillera, a la que las autoridades colombianas han incautado armamento de procedencia venezolana, están detrás de las malas relaciones de Colombia con Ecuador y Venezuela.

Tanto Correa como Chávez han negado tajantemente tener relaciones con las FARC y han calificado de "manipulaciones" los vídeos y otras "pruebas" presentadas por Colombia.

En Bariloche, el Gobierno de Colombia pretende que se traten también otros acuerdos en materia de defensa entre otros miembros de Unasur y países fuera de la región, y la lucha contra el terrorismo. Según el ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, que el martes se reunió en Bogotá con su homólogo colombiano, Gabriel Silva, Colombia se ha comprometido a ofrecer garantías en Bariloche de que el acuerdo militar negociado con EE.UU. se limitará a operaciones en territorio colombiano.

Ese compromiso puede acercar a la posición colombiana a los países que han manifestado preocupación pero no rechazan frontalmente el acuerdo, como son Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay, pero no es seguro que ponga fin a los pleitos con Venezuela y Ecuador.

El camino para la integración de Sudamérica nunca ha sido fácil. En el primer año de andadura de Unasur, que se creó en mayo de 2008, el conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta papelera en el segundo país trabó los avances e incluso impidió que por ahora la organización tenga secretario general.

El ex presidente argentino Néstor Kirchner, promovido como candidato por Ecuador, está vetado por Uruguay. "Es la primera vez en 200 años en que muchos de los países de Sudamérica comienzan a realizar las iniciativas necesarias para una independencia auténtica", opina, sin embargo, el lingüista y pensador estadounidense Norman Chomsky. El académico subrayó este miércoles en una entrevista con una radio de Ecuador que en ese camino existen dos problemas fundamentales a resolver por los países latinoamericanos: la integración de la región y la brecha entre un sector minoritario que concentra la riqueza y una "abrumadora mayoría pobre".

Una guerra del siglo XIX que hizo cambiar los mapas de la costa del Pacífico y un conflicto interno que desangra a Colombia desde hace más de 40 años envenenan el ambiente de la próxima cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Los gobernantes de los 12 países miembros de Unasur se reunirán este viernes en Bariloche con el objetivo principal de tratar sobre un acuerdo para que militares estadounidenses puedan usar bases colombianas en operaciones contra la guerrilla y el narcotráfico.

Pese a que Colombia es escenario desde hace más de una década de un plan de Estados Unidos contra esos dos flagelos, con presencia militar estadounidense incluida, el acuerdo ha provocado un frontal rechazo en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia, y preocupación en otras naciones de la región, que, sin embargo, en su mayoría reconocen que se trata de una decisión soberana del Gobierno colombiano.

En la cumbre ordinaria que Unasur celebró en Quito el 10 de agosto, que estuvo precedida de una gira del presidente colombiano, Álvaro Uribe, por la región para explicar los términos del pacto, no se logró consenso para censurar a Colombia por ese acuerdo para el uso compartido de bases con Estados Unidos. El panorama para la reunión de Bariloche (Argentina) no es precisamente el mejor para avanzar en posturas comunes.

El presidente venezolano, Hugo Chávez, que considera el acuerdo colombo-estadounidense casi como "una declaración de guerra", ya ha pronosticado que debido al acuerdo relativo a las bases habrá ruptura de relaciones con Colombia -de hecho, están ya congeladas-. Ayer en la Organización de Estados Americanos (OEA) Colombia presentará una queja formal contra Venezuela por "las intenciones intervencionistas" del presidente Chávez. Pero, este no es el único conflicto entre países de Unasur que envenena el ambiente para la cumbre de Bariloche.

Hugo Chávez Colombia