Italia se encomienda a las rondas para compensar el recorte de fondos a la Policía

Uno de cada tres coches de Policía italianos no patrulla las calles por falta de fondos para repararlos. Los sufridos agentes rezan para que no sufran una avería, que en la mayor parte de las ocasiones supone la inmovilización del vehículo en el garaje durante meses. Son las consecuencias del recorte presupuestario ordenado por Silvio Berlusconi desde que volvió al poder en mayo del año pasado. En 2009 se ha reducido la partida “orden y seguridad pública” en 254 millones de euros. La cifra irá creciendo en los próximos dos años: 270 en 2010 y 480 en 2011. En tres años, el Ejecutivo espera ahorrar 1.000 millones de euros.

 

El Gobierno ha intentado cubrir el hueco que deja el recorte de fondos para la Policía, los Carabineros, el Cuerpo Forestal, la Guardia de Finanzas, la Policía de Estado y la Policía Penitenciaria con una doble maniobra. La primera es el despliegue de 3.000 soldados en las principales ciudades del país. Los militares forman patrullas mixtas con los otros cuerpos de seguridad y vigilan las embajadas, edificios públicos importantes y la periferia de las ciudades. Esta operación le cuesta a las arcas públicas alrededor de 125 millones de euros anuales. El ahorro real para el fisco italiano tras recortar los fondos a las fuerzas de seguridad y utilizar el Ejército para cubrir, en parte, las nuevas carencias es, pues, de casi 130 millones de euros en 2009. Una bendición para un país cuya deuda pública rozará a final de año el 110% de su PIB.

La segunda medida ideada por el Gobierno de “Il Cavaliere” para que los ciudadanos no perciban la precariedad de las fuerzas de seguridad es aún más polémica que el despliegue de los soldados. La idea no es ni siquiera del primer ministro, sino de su aliado más polémico en el Ejecutivo: la Liga Norte. El partido de Umberto Bossi lleva años organizando rondas ciudadanas en las poblaciones que gobierna para mejorar la seguridad o, al menos, hacer partícipes a los vecinos en la lucha contra el crimen. La iniciativa cuenta con muchos adeptos en el norte del país y, poco a poco, ha ido seduciendo a los alcaldes de las ciudades de otras zonas más meridionales.

Voluntarios contra la delincuencia

En una nación tan politizada como Italia los partidos no podían quedarse al margen de las patrullas de vecinos. Padua ofrece un cuadro preocupante y ridículo al mismo tiempo sobre este polémico asunto. La Liga Norte cuenta con sus Rondas Padanas, formadas por voluntarios vestidos de verde que vigilan la seguridad de las zonas más conflictivas de la ciudad. Alarmados por los supuestos excesos que los seguidores de Bossi pueden cometer con los inmigrantes, los movimientos de izquierda han organizado sus propias patrullas, las Rondas Proletarias.

Son pocos los partidos que no se han visto infectados por esta “pasión rondística”. El último en sumarse a la tendencia es el Movimiento Social Italiano-Derecha Nacional, la formación heredera del fascismo y nostálgica de Benito Mussolini. Esta agrupación ha puesto en marcha la Guardia Nacional Italiana, en las que se encuadran más de 2.000 voluntarios dispuestos a “colaborar con las autoridades contra la delincuencia”. Sólo su atuendo ya da miedo. Recuerda demasiado a los peores años de Italia durante el siglo XX: camisa caqui, pantalones grises, boina con el águila imperial romana y franja negra en el brazo.

El Ministerio del Interior ha puesto freno, de momento, a las ansias de los fascistas italianos de patrullar las calles. “Las asociaciones de voluntarios no podrán utilizar símbolos y nombres que se refieran a partidos políticos. Tampoco les estará permitido usar armas o instrumentos de coerción como cuerdas o esposas ni admitir a personas que tengas antecedentes penales”, dice el reglamento sobre las patrullas ciudadanas, todavía pendiente de aprobación por el Parlamento. El titular de la cartera de Interior, Roberto Maroni, sostiene, no obstante, que se debe “exorcizar” el término “ronda”. “Tenemos que usarlo de forma positiva y, finalmente, será considerado como algo bueno”.