Bush pone en libertad a dos policías fronterizos en su última orden como presidente

El presidente saliente de EEUU, George W. Bush, conmutó hoy en su último día de mandato las sentencias contra dos guardias fronterizos, cuyo castigo por abrir fuego contra un narcotraficante mexicano suscitó un intenso debate sobre la inmigración ilegal.

Los agentes Ignacio Ramos y José Compean fueron condenados a más de diez años de prisión por disparar en 2005 contra el narcotraficante Osvaldo Aldrete Dávila cuando éste intentaba huir cruzando el río Grande. Al conmutar la pena, Bush consideró que los dos ex funcionarios recibieron un juicio justo pero sus sentencias fueron excesivas y ya sufrieron bastante con la pérdida de sus puestos de trabajo, de su reputación y los dos años de cárcel que llevan cumplidos, por lo que los dos agentes podrían recuperar la libertad en los próximos meses.

En el juicio, los dos agentes alegaron que pensaban que el narcotraficante estaba armado y dispararon para protegerse.

El fiscal encargado del caso argumento, entre otras cosas, que Ramos y Compean no informaron del incidente y trataron de ocultar las pruebas al recoger algunos de los casquillos de bala disparados. Los dos agentes fueron expulsados del cuerpo de Protección de Fronteras y declarados culpables de asalto con arma peligrosa, lesiones graves, violación de los derechos civiles y obstrucción de la Justicia. Intentaron apelar pero los tribunales superiores mantuvieron los cargos, excepto el de obstrucción a la Justicia.

Sectores conservadores estadounidenses y opuestos a la inmigración ilegal abrazaron la causa de Ramos y Compean y lanzaron una campaña para su puesta en libertad. También, algunos legisladores demócratas y republicanos pidieron a Bush que les perdonara pues, a su juicio, los agentes sólo cumplían su trabajo de defender la frontera.

Con esta decisión, Bush, que entregará en menos de 24 horas la Presidencia de EEUU a su sucesor, Barack Obama, ha concedido un total de 189 perdones y once conmutaciones de pena.