Es noticia
¿Por qué Barack Obama se quiere complicar la vida con Hillary Clinton?
  1. Mundo

¿Por qué Barack Obama se quiere complicar la vida con Hillary Clinton?

Es un reto para los dos y también un riesgo. Él quiere dar la impresión de ser magnánimo y generoso con su antigua rival. Ella tendrá

Foto: ¿Por qué Barack Obama se quiere complicar la vida con Hillary Clinton?
¿Por qué Barack Obama se quiere complicar la vida con Hillary Clinton?

Es un reto para los dos y también un riesgo. Él quiere dar la impresión de ser magnánimo y generoso con su antigua rival. Ella tendrá que aprender a obedecer, a recibir órdenes y a ponerse en un segundo plano tras su presidente. Él, inexperto en cuestiones internacionales, tendrá enfrente a una mujer que ha aireado a diestro y siniestro su conocimiento de temas y de personajes de alto nivel gracias a su paso por la Casa Blanca y luego por el Senado. Ella tendrá que defenderse en más de una ocasión contra quienes opinen que no será siempre Hillary, sino su marido, Bill, quien inspire algunas de las decisiones clave de la futura diplomacia norteamericana.

 

En todo caso, Obama ha aceptado el desafío. Aceptará los consejos del matrimonio Clinton, pero, a cambio, neutraliza –al menos de momento- las aspiraciones de ambos de volver a la Casa Blanca. Aún no se sabe cuántas veces aceptará con modestia estos consejos, pero en Washington se dice que el conflicto está programado. Durante la campaña de las primarias Obama y Clinton chocaron muchísimo precisamente en temas de política internacional, y ella tuvo que encajar muchos ataques por su apoyo a la invasión de Irak. A él Hillary le presentó como el novato absoluto que jamás había tomado parte en una conferencia o una reunión con los ‘grandes’ de la política y la economía mundial.

El ejemplo de Abraham Lincoln

Después de tantas puyas mutuas, es legítimo preguntarse por qué Obama se va a hacer la vida difícil con su flamante Secretaria de Estado. Las razones se remontan, según ha subrayado él mismo, a Abraham Lincoln. Él también eligió a su rival durante la campaña electoral, William Seward, como ministro de Asuntos Exteriores. Además, Lincoln, siempre según Obama, fue un presidente que se caracterizó por un modo de gobernar sabio y humilde. Más allá de esto, es evidente que si Hillary Clinton está permanentemente ocupada como jefa de la diplomacia norteamericana quedará completamente fuera de la política interior. Es decir, tendrá menos tiempo para sembrar cizaña en el Senado o para preparar su siguiente asalto a la Presidencia de los Estados Unidos, dentro de cuatro años.

Cuando Obama asuma la presidencia es evidente que primero se deberá ocupar de la política doméstica. Los asuntos internacionales deberían pasar a un segundo plano, si es que no se recrudece algún punto sensible, como Irán, Pakistán o Afganistán. Ahí es donde Hillary Clinton deberá actuar. Y tendrá varias cartas a su favor. Primero, todo el mundo la va a recibir con los brazos abiertos por representar el ‘cambio’, el fin de la etapa Bush. Segundo, por ser quien es. Tercero, porque da la imagen de ser una mujer fuerte, preparada y enérgica si es preciso, a la altura de las múltiples crisis abiertas. Tal vez esas características personales le puedan también crear problemas. De momento, ella ha pedido acceso directo con el presidente, sin pasar por el nuevo Consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones, y esto puede ser ya la semilla de tensiones futuras en la cúpula del poder en Washington.

Obama dijo ayer que quería formar un equipo “con personalidades fuertes y con opiniones fuertes” y que no quería una Casa Blanca en la que dominara “el pensamiento único, sin discusiones ni contrapropuestas”. Pues es seguro que sus deseos se van a ver cumplidos.

Es un reto para los dos y también un riesgo. Él quiere dar la impresión de ser magnánimo y generoso con su antigua rival. Ella tendrá que aprender a obedecer, a recibir órdenes y a ponerse en un segundo plano tras su presidente. Él, inexperto en cuestiones internacionales, tendrá enfrente a una mujer que ha aireado a diestro y siniestro su conocimiento de temas y de personajes de alto nivel gracias a su paso por la Casa Blanca y luego por el Senado. Ella tendrá que defenderse en más de una ocasión contra quienes opinen que no será siempre Hillary, sino su marido, Bill, quien inspire algunas de las decisiones clave de la futura diplomacia norteamericana.

Barack Obama Hillary Clinton